Un capitán del Departamento Correccional se está recuperando después de que la cámara que llevaba en el cuerpo se incendiara en Rikers Island, lo que provocó una acción inmediata por parte de funcionarios municipales y sindicales para abordar la seguridad de dichos dispositivos.
El incidente ocurrió el viernes en el Centro George R. Vierno, donde la cámara corporal Reveal D5 del capitán se encendió inesperadamente, según Annais Morales, secretaria de prensa del DOC.
El capitán, cuyo nombre no ha trascendido, sufrió quemaduras e inhalación de humo. Fue trasladada rápidamente al Hospital Mount Sinai para recibir tratamiento.
En respuesta, la comisionada Lynelle Maginley-Liddie ordenó la suspensión de todas las cámaras corporales en todo el departamento.
“Nuestros pensamientos están con nuestro capitán que resultó herido en este incidente”, afirmó Maginley-Liddie. “La seguridad de nuestro personal es primordial, por lo que retiraré del servicio todas las cámaras corporales por precaución mientras investigamos cómo y por qué ocurrió este incidente”.
Las cámaras corporales no se utilizarán hasta que se confirme que pueden operarse de manera segura. Mientras tanto, los agentes documentarán todos los incidentes importantes, incluidos los posibles usos de la fuerza y las sesiones de recreación, utilizando cámaras portátiles según las políticas existentes del departamento, dijo Maginley-Liddie en un memorando al personal obtenido por NBC New York.
Este es el primer incidente de este tipo desde que el departamento comenzó a usar cámaras corporales en 2015. Actualmente, hay 3,480 cámaras corporales en uso en todo el departamento, y todo el personal uniformado tiene asignada una.
El Monitor Federal que supervisa las reformas del departamento ha sido notificado del incidente y de la decisión de suspender temporalmente el uso de las cámaras. Se espera que la investigación sobre su mal funcionamiento dure entre una y dos semanas.
La policía de Nueva York suspendió el uso de 3.000 cámaras corporales después de que un Vievu LE-5 se incendiara y explotara en 2008.
La Asociación Benéfica de Oficiales Penitenciarios también reaccionó rápidamente. Benny Boscio, presidente del COBA, enfatizó el compromiso del sindicato con la seguridad de sus afiliados.
