¿Por qué Eurovisión no veta a Israel por la guerra en Gaza como lo hizo con Rusia?

El 25 de febrero de 2022, el mundo no estaba preparado para recibir ninguna noticia más que la ofensiva que Vladimir Putin había lanzado el día anterior contra Ucrania. La guerra que acababa de estallar –y que aún sigue abierta– no dejó rincón en ningún periódico para mencionar algo tan trivial como que, en menos de 24 horas, el Unión Europea de Radiodifusión (UER) había respondido a la invasión con la suspensión por parte de Rusia del festival de Eurovisión.

Dos años después, regresa esta celebración del canto, la convivencia y la libertad bajo el lema ‘Unidos por la música’. Pero ahora, cuando un país miembro de la UER está librando una guerra sangrienta que ya se ha cobrado 35.000 vidas, muchos en Europa se preguntan por qué Israel puede participar en la gran final de esta noche. Pese a la invasión de Gaza tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, la organización ha determinado que la televisión pública israelí, Kan, podrás seguir participando. Pero ¿por qué están todos invitados a la fiesta este año? ¿Por qué Israel no paga el mismo precio que Rusia?

La UER emitió un comunicado el pasado mes de diciembre en el que justificaba la permanencia de Israel afirmando que Eurovisión es un “evento apolítico y una competición entre organismos públicos de radiodifusión que son miembros de la UER. no es una competencia entre gobiernos“Con este principio en su defensa, el Grupo de Referencia y el Comité Ejecutivo de la organización emitieron una recomendación en la que aprobaron la participación del Khan en la edición de este año en la ciudad sueca de Malmö.

Luego, el fallo fue “consultado” con las radios nacionales, pero ninguna pareció oponerse. Al menos públicamente. La televisión pública sueca SVT, presentadora de este año, dijo al periódico israelí Haaretz: “La UER decide quiénes son los países participantes y nosotros cooperamos”. Otras entidades se retiraron del debate con el pretexto de la neutralidad: la NRK de Noruega declaró este mes que un boicot a Israel “no entra dentro de nuestro mandato. Cubrimos conflictos en Medio Oriente y si, como empresa de radiodifusión, tomáramos una posición sobre un conflicto, comprometeríamos nuestra integridad. Los mismos SVT y NRK fueron el tercero y el cuarto en exigir la expulsión de Rusia de la competición de Turín en 2022.

A la falta de transparencia en la toma de decisiones se suma que la mayoría de los países que participan en Eurovisión tienen gobiernos con posiciones favorables hacia Israel. Varios Estados –véanse Alemania, Francia, el Reino Unido o incluso Azerbaiyán– son aliados políticos y comerciales, por lo que un boicot a la participación de Tel Aviv habría provocado tensiones no deseadas. Estaciones de televisión gubernamentales que critican Benjamín Netanyahucomo Radio Televisión Española o la irlandesa RTÉ, no han hecho declaraciones públicas de momento en contra de la decisión de la unión de entidades europeas.

La UER se escuda en los desacuerdos entre el Khan y el Gobierno de Netanyahu como un elemento diferenciador entre Israel y Rusia: “La relación es fundamentalmente diferente de la que existe entre la radio y la televisión rusas y el Kremlin”, señala la organización, que dice haber suspendido a el VGTRK por “persistente incumplimientos de las obligaciones de los miembros y la violación de los valores del servicio público”. Las discrepancias entre el Khan y el primer ministro son ciertas: Netanyahu estuvo a punto de cerrar la televisión pública en enero de 2023 para “distribuir fondos” y favorecer otras plataformas, incluidos medios de extrema derecha que actuaron como portavoces del primer ministro y su partido Likud. El proyecto se vio frustrado poco después de salir a la luz, en parte gracias a las protestas de los propios trabajadores.

Sin embargo, en la declaración del 25 de febrero de 2022, la UER no mencionó que la expulsión de Rusia se debió a que VGTRK había violado algún principio de los medios públicos. La única razón para esa decisión fue, según el propio documento, que: “a la luz de la crisis sin precedentes en Ucrania, la inclusión de una candidatura rusa en el concurso de este año desacreditaría el concurso“En aquel momento, la UER reconoció que tener un número musical de un país que había invadido otro podía empañar la imagen de Eurovisión.

El problema también es monetario

La afinidad de varios gobiernos europeos con el Estado de Israel es evidente, y no se debe subestimar el poder político de la resolución de la UER, por mucho que la organización afirme lo contrario. Pero hay otras fuerzas que mantienen a Kan entre las estaciones de radio miembros. A diferencia de Ucrania, sólo nueve países de la UE reconocen a Palestina como Estado. Algo que podría tener más peso aquí es que Palestina no participa en Eurovisión ni es miembro de la UER. De hecho, Enarbolar su bandera está prohibido desde 2016cuando la organización prohibió la entrada al recinto del festival de varios símbolos nacionalistas, como la ikurriña vasca.

Estos factores no parecen ser decisivos: la televisión sueca, por ejemplo, no ha pedido la expulsión de Israel como sí hizo con Rusia pese a que Estocolmo reconoce al Estado palestino. Sin embargo, lo que parece vincular a la UER con Israel es la vínculo económico de Eurovisión a empresas del país. Desde 2021, el mayor patrocinador del festival es Aceite marroquí, una marca de cosméticos de propiedad israelí. Este año sigue siendo la imagen de Eurovisión en Malmö, tras haber consolidado su presencia en las ediciones de Rotterdam, Turín y Liverpool.

Según Luka, director del medio especializado Eurovisión España“La UER de algún modo ha sacrificado su imagen corporativa en beneficio de Marruecosil. [En los últimos años,] Al final no sabías discernir si era el Festival de Eurovisión o un Festival marroquí, porque el logo de este patrocinador acaparaba todos los espacios”, declaró en una entrevista en el programa de RNE ‘El gallo que no cesa’. ‘ el mes pasado. desde enero.

Al expulsar a Israel, Eurovisión podría haberse enfrentado a graves problemas financieros o al revés de buscar empresas dispuestas a invertir en un patrocinio que sustituyera al de Marruecosil. Al margen de las relaciones con empresas privadas israelíes, Kan es una de las televisiones que más dinero aporta a la organización del evento detrás de los Cinco Grandes, formados por España, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania. El público israelí es un gran seguidor del festival, que contó con 980.000 espectadores en 2023 en un país de poco más de nueve millones de habitantes según los censos gubernamentales.

[RTVE reclama a la UER que vele por la libertad de prensa en la jornada más complicada de Eurovisión]

La conducta de la UER en los últimos meses también ha dejado claro que la entidad teme una boicotear Eurovisión de los espectadores europeos e internacionales por su decisión de no expulsar a Israel. En noviembre, por primera vez, la organización Puso entradas a la venta antes de que se conocieran los países competidores, como contamos en EL ESPAÑOL. Cuando se confirmó que Israel seguiría participando en 2024, las localidades del Malmö Arena ya estaban agotadas.