Funcionaria cuenta cómo es la experiencia de ser la primera guardia de seguridad de la PUCV

Funcionaria cuenta cómo es la experiencia de ser la primera guardia de seguridad de la PUCV
Funcionaria cuenta cómo es la experiencia de ser la primera guardia de seguridad de la PUCV

Stephania Tunaca ha marcado un hito importante al ser la primera mujer guardia de seguridad de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Su carrera en nuestra Casa de Estudios comenzó hace tres años cuando era asistente de limpieza y luego se convirtió en guardia de seguridad en la entrada de la Casa Central, el tradicional edificio de la Avenida Brasil.

Durante el mes de diciembre de 2021, la Universidad necesitó una persona que pudiera desempeñarse como guardia de seguridad durante el periodo vacacional. Le propusieron la idea a Estefanía, debido a su destacado desempeño en su trabajo. Aunque eso significó posponer sus vacaciones de verano, aceptó la oportunidad.

Tras completar la sustitución, volvió a su puesto habitual como asistente. Sin embargo, en abril de 2022 comenzaron los períodos de prueba para ingresar definitivamente a la planta y decidió postularse al concurso abierto para el puesto de guardia de seguridad. “Hay mucha gente que por miedo no aprovecha las oportunidades que se les ofrece, pero creo que primero hay que intentarlo y luego decidir si es un buen lugar para estar”, añadió Estefanía.

Luego de unos meses de trabajar en el área de seguridad, le informaron que había sido seleccionada y oficialmente se convirtió en guardia de seguridad en la PUCV. Este logro representó un desafío tanto a nivel personal como profesional, pero lo afrontó con determinación, contribuyendo así a romper las barreras de género en el ámbito laboral.

EL ORGULLO DE SER MUJER

Al principio Estefanía no había reflexionado sobre la importancia de esta decisión, sin embargo, con el paso del tiempo sus compañeros comenzaron a felicitarla por este logro. Al analizar más a fondo sus nuevas responsabilidades y el contexto en el que se encontraba, más allá de su ascenso, Estefanía comprendió el importante papel que desempeñaba al ser la única mujer del equipo. “Siento que he roto las barreras del machismo” es la idea que se le quedó grabada en la mente al ser la primera mujer guardia de seguridad en la Universidad.

En cuanto a la convivencia con sus compañeros, fue todo un proceso de adopción de nuevos hábitos tanto para Estefanía como para sus compañeros. Tuvieron que adaptarse a compartir espacios, aunque destaca que siempre hubo un ambiente de respeto mutuo. “Desde el primer minuto tuve muy buena acogida con todos ellos”.

Con el paso del tiempo se fueron organizando una nueva rutina en los probadores de ropa, así como nuevas costumbres en el lenguaje y actitudes, al dejar de ser un lugar exclusivamente masculino. A su vez, Estefanía fue consciente de que ella también debía respetar los hábitos establecidos antes de su llegada, para tener una sana convivencia. “Todo va de la mano de si te gusta lo que haces, de lo contrario no funcionará, seas hombre o mujer”, expresó finalmente Estefanía.

Por Paulina Reyes

Departamento de Comunicación Estratégica

 
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