Volver a los orígenes o por qué vivir como antes es la gran tendencia del bienestar

Volver a los orígenes o por qué vivir como antes es la gran tendencia del bienestar
Volver a los orígenes o por qué vivir como antes es la gran tendencia del bienestar

Por qué volver a lo básico puede beneficiarte

Si lo pensamos bien, muchos de los hábitos e intereses de consumo de las generaciones jóvenes, incluida la Z, tienen muchos puntos en común con los de nuestros abuelos y bisabuelos (para contextualizar el adjetivo ‘nuestro’: es un viejo milenario quien escribe este artículo). No solo por uno cuestión estética que ha hecho el regreso de cárdigans y pantalones holgados—palabra de Pinterest, que en su informe de predicciones para este año afirma contundentemente que esta generación y la boomers “Buscan un estilo de abuelo ecléctico”—. También para un Filosofía que cuestiona todos los paradigmas de la vida perfecta. lo que creían sus generaciones inmediatamente anteriores:millennialsxy baby boomers– quien durante décadas asoció la idea del éxito laboral con la felicidad y defendió la cultura del ultraesfuerzo silencioso y la obsesión por el trabajo y el liderazgo.

La salud mental nos transporta a costumbres (y calidad) del pasado

No querer vivir para trabajar es una realidad, también en TikTok con etiquetas varios—lo cual ha sido cuantificado en encuestas que muestran que los jóvenes priorizan su bienestar emocional por encima de cualquier triunfo profesional. Son muy conscientes de la importancia de la salud mental y de la incuestionable necesidad de hablar de ella, especialmente en público. Además, el estudio Generación Z: dando forma al futuro de las tendencias de consumode la consultora Oliver Wyam, aporta otros datos que lo confirman regreso a los orígenes en todos los aspectos. Por ejemplo, el 75% está dispuesto a pagar más por productos sostenibles y el 67% de los Zetas ahorra dinero activamente.

Este comportamiento está marcando el rumbo, entre otras cosas, del mercado del bienestar y la salud, lo que hace repensar la necesidad de volver a muchos viejos hábitos para mejorar la calidad de vida que se ha perdido con el auge de las nuevas tecnologías, las redes sociales Redes, hiperconectividad y más es más. El deseo de escapar de todo esto está propiciando una vuelta a lo tradicional y a una austeridad que no parece que vaya a ser una tendencia pasajera. Nace como un contrapunto rebelde al exceso tecnológico. En todo sentido. No es casualidad, por ejemplo, que los nutricionistas se esfuercen por recordar losla importancia de conectarse con
nosotros mismos durante las comidas y la necesidad de convertirlas en un momento de desconexión. La psiconutricionista Itziar Digón reflexiona sobre la importancia de recuperar patrones alimentarios previos.

“Se trata de hacerlo desde la conciencia y no mediante trámites. Antiguamente, el momento de comer era sagrado: la gente cocinaba en casa con materias primas locales, sin prisas, y pasaba el tiempo sentados alrededor de la mesa. Era un momento en el que la gente hablaba para aligerar la sobrecarga del día y en el que la gente se sentía conectada con su gente, algo muy importante para el bienestar. Conciliar con el ritual de la comida, sentarse tranquilamente a disfrutar de los sabores y respetar las señales de hambre y saciedad, mejora la calidad de la digestión”.

Por tanto, intentar volver a esa costumbre, aunque sea solo a la hora de cenar -incluso recuperando recetas familiares, sugiere el experto- es una de las bazas a jugar en esta vuelta a los orígenes. Francisco Gómez Moreno, experto en fisioterapia y nutrición de la clínica Palasiet, centra su atención en cómo el actual modelo organizativo de la cocina, en el que siempre hay algún dispositivo de entretenimiento, está provocando problemas a todos los niveles. “La gente no es consciente de lo que ha comido ni de cuánto ha ingerido. De ahí la importancia de comer desde la conciencia”.

Recuperar actuaciones que también sean sostenibles

La nutricionista Laura Jorge también recuerda que ir al mercado a comprar y tener tiempo para planificar los menús semanales es sostenible en todos los sentidos, también a la hora de evitar el desperdicio de alimentos. En 2024, y tras el auge de la cultura de la comida rápida y los alimentos ultraprocesados, volver a este punto de partida es un propósito real que, si bien puede resultar difícil de hacer realidad, ya está presente en la conversación con todos los buenos. que implica. tomar conciencia de esa necesidad.

 
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