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18 pinturas de Carlos Páez Vilaró llegan con fuerte custodia en oro -.

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La muestra de Páez Vilaró comenzará este sábado en oro.

“Tenía un gran sentido social y la humanidad de Carlos, más allá de ser quien era, siempre lo distinguió. Por esa razón, nos establecemos una aventura más riesgosa ya que las distancias en Argentina son inmensas y fue la Lei Motor de la pintora del” Medio del Río “. Su trabajo está marcado por las dos orillas, la mayoría de sus trabajos de facto han sido concebidos en Tives. Comber. Ponte de pie y ahora reanudamos ”, profundizó los detalles.

Dijo que el recorrido que comenzará en el oro continuará a través de la cordillera y el resto de la Patagonia y arrojó un palo a Neuquén. “Las conversaciones iniciales fueron con el Museo de Bellas Artes de Neuquén, los esfuerzos fueron avanzados, pero de repente ignoraron el tema. No hay un mal que para bien no viene y afortunadamente recogieron el guante en oro y otras ciudades de cordilleran”, rescató.

“En el oro se hará en un lugar maravilloso y emblemático, de la gran gerencia local y municipal y empresarios en el área”, agregó el productor, quien indicó que las pinturas “estarán con custodia y venta”, aunque no ventiló figuras.

Inspiró la pared blanca de las cuevas

A finales de los años 80, Carlos Páez Vilaró llegó a Las Grutas, el spa de Rionegrino que caminó para convertirse en el gran centro turístico que es, y estaba encantado con las bellezas naturales que encontró.

Los testimonios dicen que recordó el paisaje de Casa Pueblo, el emblemático edificio ubicado en Punta Ballenas, en las cercanías de Punta del Este, donde pasó y trabajó en su taller.

Su presencia no pasó desapercibida, porque también dejó su marca al haber promovido, como en ese lugar en Uruguay, las formas de estilo mediterráneo que se pueden ver hoy en las paredes blanqueadas de la Costanera, en el descenso a la playa, el parador de la Rinconada y la propiedad privada ocasional.

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Estos detalles arquitectónicos, que caracterizan a la villa de Balnearia, en 2020 adquirieron relevancia al sancionar el deliberativo Consejo de San , una ordenanza que declaró una herencia cultural municipal al mural costero que se extiende desde el vecindario de Terraza hasta el mar hasta la séptima descendencia. Poco más de 3,300 metros.

Pero además, el artista presentó a la comunidad dos murales con su estilo particular. Uno está en el aeródromo Antoine de Saint-Exupéry y el otro en la delegación municipal.

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Este último trabajo tiene la peculiaridad de que, como se pintó originalmente en el edificio comunitario anterior ubicado en la y se demolió para construir el complejo de un de aceite que compró la tierra, dividieron la pieza de la pared donde lo había dibujado y lo transfirió al nuevo edificio, donde está expuesto al público.

En 2014, los miembros de la Dirección Nacional de Patrimonías Argentinas y Museos llevaron a cabo trabajos de restauración de ambos murales.

A review on Crlos Páez Vilaró

Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo, Uruguay, el 1 de noviembre de 1923. Debido a su fuerte vocación artística, dejó en su a Buenos Aires, donde estaba vinculado a los medios de comunicación de las artes gráficas, como aprendiz impreso en Barracas y Avellaneda.

Regresó a Uruguay, en los años 40. Motivado por el tema de Candombe y el afro-oriental Comparsa y estaba estrechamente vinculado a la vida del convento de “Media Medios”, entró completamente en manifestarse en el campo del arte.

Páez Vilaró fue totalmente entregado al tema, pintó docenas de cartones, compuso Candombs para las Lubolas Comparsas, dirigió sus coros, decoró su tambores o alentó un folklore que en ese momento luchó para imponerse contra el mal entendido.

Conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y Calder en sus talleres y vivió con el Dr. Albert Schweitzer en el Lambaréné Leprosario. Páez Vilaró, integrando la expedición francesa “Dahlia”, logró actuar en África, la película “Batouk”.

En su vasto traque[1]Yectoria de logros y a pesar de los viajes y cambios experimentados en su pintura durante el medio siglo de la acción, el artista retuvo su lealtad al tema afro-uruguayo.

El convento de “Media Mundicano”, el punto de partida de su trabajo, fue demolido y con él, su muy delicioso historial. Páez Vilaró, finalmente con sede en Punta Ballena, Uruguay, tuvo su taller en la cúpula más antigua[1]Pueblo, su “escultura habitable”, modelada con sus propias manos, en los acantilados que miran el mar en Punta Ballena.

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