el cine que vio el esplendor de Plaza Huincul hace casi 100 años

Llegada a Plaza Huincul por Ruta 22, ubicada El comienzo de este “viaje en el tiempo” en la primera rotonda, junto a las réplicas de la torre extractiva y del dinosaurio, a la derecha. Desde allí, por la calle Zambrano debes continuar varias cuadras hacia el Norte, para ingresar a lo que solía ser el “Campamento 1”, donde empezó todo: las primeras perforaciones y la vida organizada en torno a la actividad hidrocarburífera. De nuevo a mano derecha, “el camino te lleva solo”, diría cualquier nativo para explicar cómo llegar al cine Petróleo, el mismo que supo funcionar durante 40 añoshasta finales de los años 60, en la ahora bautizada “Vuelta de los Pioneros”.

Con molduras redondeadas y un sencillo cartel, su fachada invita a imaginar un paseo por el Lejano Oeste, al mejor estilo western, pero no, está en el corazón del interior neuquino, desde 1926, cumpliendo nada menos que 98 años desde su inauguración. el lo construyo YPF, la petrolera que había nacido apenas cuatro años antesen 1922, y que encontró una de sus líneas de trabajo en ese primer pozo en 1918.

Muchos pueden decir que hoy apenas es un edificio. abandonado, usurpado por una familia quien lo convirtió en su hogar, pero sería una injusticia con las experiencias culturales y sociales que allí se registraronporque fue una cuna para las primeras jugadas que se impulsaron en el incipiente caserío, en los años 30, gracias al cuadro filodramático “Florencio Parravicini”.

La sala era un punto de encuentro de la élite local.

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Según reconstruyeron Marisa Reyes y Guillermo Haag para una presentación presentada en las “Jornadas de Dramaturgias de la Patagonia Norte Argentina”, enfocadas en Neuquén, Allí se presentaron cinco obras de autores argentinos.: “El sostén de la familia”, de Camilo Darthés y Santiago Damel, “Rincón viejo” de Roberto Cayol, “Policía secreta”, de Eliseo Gutiérrez y Manuel Sofovich, “Ilusiones del viejo y de la vieja”, de Juan Villalba y “La Sagrada Familia”, de Carlos A. Cabral. La distribución de puestos entre los actores fue casi casual, explicaron, ya que “unas veces actuaban como apuntadores y otras como directores”.”, aunque no hay certeza de que tuvieran capacitación al respecto.

Las actrices eran minoría (sólo se mencionan las hermanas Deimundo y Tobar) y las tardes eran amenizado por la orquesta Carabillo, nombre de un bandoneonista llegado de Bahía Blanca. “Una vez terminada la representación de la obra, se preparaba la sala para el carnaval o baile y también había la presencia del “Estudiante Roquense”, del entonces Fuerte Roca”, ampliaron Reyes y Haag, conectando la historia de esa región con el Alto Valle Río Negro.

Es difícil imaginar, visto hoy desde fuera, que este espacio Albergaba 280 butacas más los palcos en forma de “U”, espléndidos y de espaldas al proyector de 35 mm.. Debajo de la escalera interior había un quiosco y la puerta de entrada era verdesituado justo debajo del cartel con el nombre, hoy tapiado y sustituido por dos ventanas con rejas, según recordó Nidia Aranda, una de las referentes del Archivo Histórico de Cutral Cocon aportes de Ángel Darbesio, ex vecino del lugar. Allí se estrenó “Plaza Huincul (Pozo Uno)”la primera producción cinematográfica nacional realizada en la provincia de Neuquén, en septiembre de 1960, dirigida por Lucas Demare, sobre el guión de Sixto Pondal Ríos, quien fue asesorado por el ingeniero Enrique Cánepa para el argumento de la película.

Y lo más llamativo del expediente es que “Petróleo” aparece a su vez asociado a los hechos ocurrido dentro de la primera “pueblada”, una huelga petrolera en 1958. En un intento por controlar las manifestaciones de los trabajadores, las fuerzas de seguridad decidieron utilizar el cine para retener a los detenidos en los incidentes, para luego trasladarlos a Neuquén capital, explicó la revista especializada “Más Neuquén”. Sin embargo, “esta decisión no hizo más que profundizar la protesta”, recordaron.

El elitismo de la época, hay que decirlo, también formaba parte de ese contexto de prosperidad asociado a la presencia de la petrolera estatal, con sus profesionales jerárquicos, sus viviendas, su piscina, su trato preferencial en los negocios y todas las comodidades disponibles en ese momento. Es por eso No faltaron las “pajareras”, el servicio de transporte con asientos de madera que se disponían para llevar a los espectadores a cada proyección de cine, posteriormente sustituidos por autobuses más modernos.

Foto cortesía.

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Desafortunadamente esa misma exclusión hizo que muchos vecinos del pueblo en esos años Mirarían lo que sucedía alrededor del “Petróleo” desde fuera del octágono, nombre que recibe esa zona privilegiada dentro de Plaza Huincul. Quizás por eso, con el paso de los años, fue complicado cuidarlo y preservarlo del deterioro.

Los registros explican que A pesar de tanta historia, finalmente fue reemplazado por el Cine “Ruca Lighuen”. (Casa de las luces), construida en el Campamento Central. “El Cine del Petróleo cumplió su cometido”, afirmó el ingeniero Eduardo Rocchi, en 1969, según publicó la Revista YPF N°9 y citado por la Dirección de Turismo local. “Fundada en 1926, ha ofrecido los placeres del arte cinematográfico a esta zona durante más de 40 años. “Los ex vecinos de Plaza Huincul conocen de su trayectoria en beneficio del entretenimiento y la cultura de esta comunidad”, Rocchi lo elogió con elogios, pero firmó su retirada para siempre.

 
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