Tiempo aproximado de lectura: 2 minutos, 44 segundos
Lugares comunes de expresiones materiales e inmateriales, con características singulares, son los cementerios, espacios que merecen una mirada más cercana pese a su misticismo o predisposición, al tratarse de sitios de interés vinculados al patrimonio funerario.
En concreto, dos cementerios de nuestra provincia cuentan con la categoría de Monumento Nacional. Otros, ubicados en la geografía provincial, cuentan con rasgos identitarios y elementos de importancia arquitectónica o intangible, que ciertamente pueden engrosar la lista en la categoría de Monumentos declarados.
El 18 de abril de este año se aprobó la Resolución que conforma la Red de Cementerios Patrimoniales de Cuba, un paso más a favor de la protección de la riqueza tangible e intangible que debemos preservar, en este caso, desde el justo reconocimiento y compromiso con estos espacios funerarios. Con el objetivo de salvaguardarlos, el Consejo Nacional del Patrimonio Cultural establece esta Red, implementando acciones para su gestión, conservación y control. Promover y fortalecer el intercambio desde el compromiso con el conocimiento y la conservación integral, reuniendo a los responsables directos de su preservación.
En esta Red se incluyen siete sitios funerarios de la nación: la Necrópolis de Colón y el Cementerio Chino, ubicados en La Habana; Santa Efigenia y Remanganagua, en Santiago de Cuba; el Columbia, en la Isla de la Juventud, y en Cienfuegos los dos monumentos nacionales de esta tipología, vinculados al patrimonio funerario: la Necrópolis Tomás Acea y el Cementerio General, de Reina. Estos últimos con peculiaridades que exaltan su representatividad y merecen una protección sistemática y precisa.
El Cementerio General o de la Reina data de 1839. Ubicado en el barrio homónimo, responde a la necesidad de destinar un espacio de sepultura en otro punto, luego de que el primer cementerio, ubicado en las inmediaciones de lo que hoy son Velazco y Casales, quedara prácticamente inoperable. debido a las características del terreno y su proximidad al área marítima. Si bien el actual cementerio de Reina no dista de esta condición geográfica, se trata de un sitio con características excepcionales, concretamente definidas en la conservación de nichos verticales que se sitúan en todo el perímetro, delimitando su espacio funcional. Es el único cementerio que conserva esta forma de entierro, similar a la del antiguo Cementerio de Espada, en La Habana. Junto a ello, la riqueza arquitectónica y escultórica, impresionante por las dimensiones y propuestas artísticas, en su mayoría con mármol, redimensionan su vigencia hasta un punto superior al conjunto de la obra.
Otra manifestación de las técnicas asociadas al patrimonio funerario, como la herrería, tiene apreciable relevancia en este yacimiento. Aquí descansan varias familias o personalidades de importancia nacional o local, incluyendo nombres ilustres de los primeros pobladores y figuras de los conflictos revolucionarios, siendo un elemento que reconoce su validez patrimonial. Pero lo más atractivo es la representación de la llamada Bella Durmiente, una joya escultórica ligada a su leyenda y llena de misticismo, que identifica simbólicamente a este sitio.
Por su parte, el cementerio Tomás Acea, inaugurado en 1926, tiene una historia más privada ligada a la familia Acea y a la financiación de la obra monumental con un impresionante resultado estético, y es el único cementerio jardín de Cuba. Así se conserva la Avenida de los Pinos, Los Cedros, Las Palmas, entre otras, siendo este un verdadero impacto visual que dignifica aún más el valor excepcional del cementerio.
Su edificio central, imponente y perfectamente ubicado ofrece una visual que acoge y proyecta en el visitante la relación vida-muerte como un paso natural y a la vez inevitable. La obra fue diseñada y ejecutada por Pablo Donato Carbonell y Luis Felipe Ros, figuras que dejaron notables referencias en Cienfuegos.
Por supuesto, el “Tomás Acea”, al ser más contemporáneo que el de Reina, presenta otras influencias, siendo impresionante la presencia de símbolos, representaciones Art Decó con una expresividad monumental y otras características propias del arte funerario.
Nombres de gran valor en nuestra historia, como Don Louis De Clouet, Carlos Rafael Rodríguez, y el espacio para proteger a nuestros mártires del 5 de Septiembre y a los caídos en defensa de la Patria, preservan la identidad desde la representación funeraria. Es así como la monumentalidad del espacio es proporcional a la dimensión de estos valores históricos que protege.
La inmaterialidad de los cementerios, su capacidad para albergar la diversidad de expresiones artísticas y rituales funerarios de diversas denominaciones, así como la formación de una identidad local, son elementos que permanecen y requieren medidas concretas para preservarlos. En esto también influye la historia y el desafío de compartirla para que permanezca.
Visitas: 1
