La sorpresiva muerte de la política antioqueña Piedad Córdoba estremeció al país; Sin embargo, hizo que la excéntrica Finca Hotel Agroecológica Ari Ari, propiedad de la entonces senadora Piedad Córdoba, quedara casi en el olvido.
Aunque Córdoba quiso asfaltar el camino que conduce de Puerto Lleras al pueblo La Tigrera, no pudo hacerlo, ya que falleció. La propiedad es la más lujosa de la zona; según SEMANA, es un «lugar excéntrico en medio de grandes extensiones de césped y algunos árboles aptos para 38 grados centígrados. A primera vista se pueden ver casonas con techos de zinc rojo, adornadas con palmeras botella de 20 y 30 metros que bailan con el fuerte viento de la zona”.
De momento la obra se encuentra inconclusa, sin embargo, hay animales exóticos, atractivos de la finca agroturística que se crían y venden como negocio, además, fueron uno de los sustentos económicos de la política antioqueña.
“Metros más adelante, un cultivo de heliconias de varios colores, palmeras de areca roja y un denso jardín de hojas moradas embellecen el entorno de la finca. Todos fueron plantados por recomendación de Córdoba. La entrada principal es imponente. Una puerta de madera noble, con dos grandes palmeras a cada lado y cubierta por tejas de barro, confirma la entrada a Ari Ari. La entrada está cerrada y asegurada con un candado.”, aseguraron en SEMANA.
Los amigos más cercanos del exsenador aún no entienden cómo llegó Piedad a La Tigrera, dedicando sus esfuerzos a arreglar y promover una finca en la sabana de los llanos orientales. “Era una mujer de lujos, excentricidades y buena vida”, dijeron a SEMANA, por lo que cuando no estaba en el elegante departamento de la Avenida 26, en la capital, vivía en su casa de Medellín.
“Odiaba las granjas, los mosquitos, le gustaba vivir bien. Era una mujer de buena vida, con aire acondicionado. De hecho, pasó más del 40 por ciento de su vida en un vehículo blindado, en buenos restaurantes, hicieron todo por ella. Ella nunca fue a las granjas”, dijo a SEMANA una de sus amigas más cercanas.
Según la propia Piedad, contó a algunos de sus conocidos, compró el inmueble con la indemnización que recibió tras su salida del Congreso por la destitución del exprocurador Alejandro Ordóñez. Pese a ello, la Corte Suprema de Justicia hostigó los bienes porque consideró que eventualmente podrían provenir de Álex Saab.