En nombre de Doña Dora, médica pionera – .

A doña Dora le hubiera sorprendido mucho verse hoy en los periódicos. “Era una mujer sencilla, nada pretenciosa, que nunca se dio importancia y que gustaba mucho de su profesión”, resume su sobrino nieto Adolfo Iglesias, también médico. El presidente Capellán anunció el pasado martes que el nuevo centro de especialidades que se construirá junto a la Escuela de Enfermería llevará el nombre de Adoración Benita Sáenz López (Pipaona, 1917), pionera de la medicina riojana que ejerció su oficio en numerosos pueblos: Nieva de Cameros, Elvillar de Álava, Ventrosa , Tirgo, Valgañón, Berceo… Finalmente, tras muchos años de peregrinación con el estetoscopio a cuestas, el 27 de marzo de 1962, Doña Dora tomó posesión de un puesto como médico titular en Herramélluri, con un sueldo de 10.320 pesetas y dos pagas. extra.

Adoración empezó a estudiar Medicina cuando pocos hombres y casi ninguna mujer pensaban en ir a la Universidad. Nacida el 4 de enero de 1917, hija del carpintero pipaonés, su destino cambió cuando llegó al pueblo un nuevo médico, don Adolfo. “Vio algo en mi tía y convenció a mis bisabuelos de que tenía que seguir estudiando”, recuerda hoy su sobrino. No fue una decisión fácil por muchas razones. Para llegar a Zaragoza, sede de la Facultad de Medicina, Adoración tuvo que caminar desde Pipaona hasta Alcanadre, casi quince kilómetros, y desde allí tomar el tren hasta la capital aragonesa. Primero estudió matrona y luego, en 1949, acabó licenciándose en Medicina y Cirugía. “Si obtener una carrera universitaria era entonces noticia para las mujeres, ejercer su profesión merecía todos los titulares”, recuerda la Organización Médica Colegiada en el libro ‘Mujeres pioneras de la Medicina Española’. Doña Dora lo entendió. Su primer destino fue Nieva de Cameros, donde trabajó hasta julio de 1951. “Nos contó que en invierno caían nieves tremendas y tenía que ir a caballo a visitar a los enfermos”, apunta su sobrino Adolfo Iglesias. .

Adoración Sáenz, en un momento de estudio.

Regalado por la familia

En 1962 consiguió finalmente un puesto fijo en Herramélluri. Su nombramiento apareció en el Boletín Oficial del Estado del 12 de enero. La resolución del Ministerio del Interior para la dotación de médicos titulares en toda España incluía 515 nombres; Sólo tres eran mujeres: una en Valencia, otra en Sevilla y Adoración Sáenz López, en la entonces provincia de Logroño. Dos días después, cuando se publicó la noticia en el periódico, se informó que la plaza Herramélluri era propiedad de “Don Adoración Sáenz (sic)”, tal vez por un error, tal vez porque se entendió que era imposible que una Señora para andar con el maletín. y el librito de recetas, en una época en la que cuando se oía hablar de “el doctor” todavía se pensaba en la mujer del médico.

Adoración Sáenz recibe diploma de manos del gobernador civil.

Regalado por la familia

Doña Dora, sin embargo, nunca se quejó de que la habían despreciado por ser mujer. De lo contrario. Recibió el cariño del pueblo y mantuvo su pasión por la medicina hasta su jubilación. Aunque obtuvo el título de Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, su sobrino sospecha que le hubiera encantado la Ginecología: «era matrona, atendía todos los partos… Creo que, si hubiera podido elegirla, la habría elegido». “Ha sido su especialidad”.

Adoración Sáenz falleció en 2006. No se casó ni tuvo hijos. Para sus sobrinos y sobrinos nietos ella nunca fue Doña Dora, sino “tía Benita”, una presencia familiar y continua. En 2008, el área de mujer del sindicato CSIF promovió un homenaje a ella en su localidad natal, Pipaona de Ocón, que le dedicó una calle. Este nuevo recordatorio ha pillado por sorpresa a la familia. “No nos lo esperábamos y estamos muy agradecidos… ¡aunque a ella no le gustaron nada sus homenajes!”, apunta Adolfo Iglesias.

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