Generar este tipo de programas demanda costos difíciles de asumir para los desarrolladores, afirmó el joven ingeniero automático, quien consideró que estos problemas afectan de una u otra manera a muchos campos por la falta de estructuración y conocimiento sobre el tema a nivel de país. .
A esto se suman temas de soporte, capacitación e infraestructura necesaria, explicó Luis Antonio Noa, también miembro de FatestudioGame.
Ambos coinciden en que uno de los grandes costos de la industria es el acceso a Internet, ya que constantemente es necesario descargar archivos o ver algún tutorial para avanzar en la producción del videojuego.
“Y muchos de los recursos disponibles en línea no son accesibles desde Cuba debido al bloqueo de páginas y servicios de Internet por parte de proveedores”, señalaron en entrevista con la revista Juventud Técnica. Además de la cuestión económica, la profesión de desarrollador de videojuegos no está reconocida legalmente en el país, por lo que deben registrarse como programadores informáticos o creadores audiovisuales, la forma que encontraron para monetizar en el registro de creadores.
A juicio de Anaya y desde su experiencia, el videojuego en Cuba ha pasado por varias etapas: la creación de la Colección Multisable del Ministerio de Educación, la fundación del Centro de Tecnologías Interactivas VERTEX (2014), el inicio del estudio ConWiro y su plataforma Wiro Force (creada para la monetización de videojuegos) a partir de 2020 y la apertura de Internet a través de datos móviles.
“Si aprovechamos esta ola podremos salir adelante. Una industria no son solo los desarrolladores, necesita los jugadores, la gente que vende cosas de videojuegos y el público, también tenemos que vincular las tiendas de estos productos, los diseñadores y los músicos para tener un ambiente más colaborativo”, expresó.
Respecto a su próximo videojuego, inspirado en el popular Los Sims, anunciaron que se trata de un juego lateral en 2D para caminar por una ciudad hablando con diferentes personajes, cada uno con su propia historia.
Las locaciones, explicaron, serían lugares como la escuela, el hogar y la playa, con el interés de crear algo que rescate sus vivencias en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin y la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría.
Se trata de las aventuras de un joven universitario que intenta encontrar un equilibrio entre la vida estudiantil y lo que sucede fuera del aula, idea en la que trabajan con los beneficios que ofrece una beca en el Parque Científico y Tecnológico de La Habana.
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