Los neumáticos son una de las piezas de desgaste del transporte moderno. Mientras que en Europa la mayoría de los neumáticos usados se reciclan, en Kuwait se entierran en la arena. El país árabe alberga el vertedero más grande del mundo: se estima que hay unos 50 millones de neumáticos usados esperando a ser reciclados o enterrados.
Más cifras para entender el problema: en Estados Unidos se generan cada año alrededor de 290 millones de neumáticos al final de su vida útil (NFU). En México se desechan alrededor de 40 millones al año. Se estima que en América Latina se generan millones de toneladas de neumáticos usados anualmente.
Pero el problema no es sólo la cantidad. En la mayoría de los casos, los neumáticos se incineran o simplemente acaban en vertederos. La quema incontrolada de caucho produce gases tóxicos que pueden provocar irritación aguda y daños en las vías respiratorias, además de aumentar el riesgo de cáncer.
Asimismo, el agua de lluvia se acumula en los neumáticos de los vertederos, lo que proporciona un entorno ideal para los insectos portadores de enfermedades.
Pero en lugar de quemar los neumáticos o dejarlos tirados, podrían reciclarse y utilizarse para fabricar nuevos productos. Con el caucho de un solo neumático se pueden fabricar aproximadamente 30 pares de suelas (ver gráfico). ¿Y por qué los neumáticos de los automóviles no se pueden reciclar tan fácilmente como otros residuos?
“La composición de los neumáticos, principalmente el caucho que los hace tan resistentes, no se degrada ni destruye por el paso del tiempo ni por ningún elemento u organismo natural, condición que requiere el uso de tecnologías que consumen mucha energía”, explica. a DW. Jorge Delaveau Conley, director general de Ecotr, empresa chilena especializada en el reciclaje de llantas de desecho desechadas por la industria minera.
Tecnología innovadora
El método tradicional y más utilizado para el reciclaje es la destrucción mecánica mediante trituradoras. Un método más innovador es la pirólisis. ¿De qué se trata? El reactor de pirólisis es un tipo de dispositivo que rompe neumáticos de desecho, plásticos, caucho o lodos de petróleo en un horno cerrado para producir petróleo líquido, gas combustible no condensable y productos sólidos a una determinada temperatura y presión.
¿Es esta la mejor solución para reciclar neumáticos fuera de uso? “Definitivamente sí”, subraya Jorge Delaveau.
Y desde Argentina, Gerardo Botasso, doctor en ingeniería y secretario de Ciencia, Tecnología y Posgrado de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) La Plata agrega: “Es una muy buena alternativa al método de trituración. La pirólisis descompone el neumático en su material. “Se obtiene materia prima original y, en el proceso de fabricación, nuevos productos de alto valor comercial como el negro de humo. Muchas empresas como Michelin o europeas como Pirelli lo vuelven a utilizar en la fabricación de sus neumáticos”.
Países líderes en reciclaje en América Latina
El tema del reciclaje de neumáticos está ganando cada vez más atención en América Latina. Hoy en día, varios países tienen leyes que exigen el cumplimiento de objetivos de reciclaje. Además, actualmente operan en la región empresas con tecnologías de buen rendimiento.
En Brasil, ejemplos notables incluyen la planta de Reciclanip en São Paulo, una iniciativa conjunta de la Asociación Nacional de Productores de Neumáticos y la Asociación Brasileña del Caucho.
En México, Grupo Llantiq es una de las empresas líderes en reciclaje de llantas. Plantas de reciclaje funcionan en varias ciudades del país. En Argentina, la empresa NEUMAC opera una planta de reciclaje en la provincia de Buenos Aires.
Y en Chile destaca la empresa Neumáticos del Pacífico, con una planta de reciclaje en la Región Metropolitana de Santiago.
Sin embargo, el número de plantas de pirólisis sigue siendo limitado. “En Chile hay dos y en este momento estoy asesorando particularmente a una empresa en México que acaba de adquirir una planta de pirólisis en el estado de Hidalgo”, dice Gerardo Botasso, en entrevista con DW.
Aún quedan desafíos
Algunos países de la región han implementado programas y regulaciones de reciclaje para gestionar adecuadamente las llantas al final de su vida útil. “El panorama del reciclaje de neumáticos depende fundamentalmente de la existencia o no de una ley de responsabilidad ampliada del productor”, enfatiza el experto de la UTN.
“El problema de las plantas, tanto de pirólisis como de trituración, es tener el neumático en la planta porque hay un costo muy alto de transporte de los neumáticos a la planta, y eso depende de un sistema de gestión”, agrega Botasso. y destaca el ejemplo chileno.
La Ley 20.920, sancionada en Chile en 2016, sienta las bases para la regulación de la Responsabilidad Ampliada del Productor (REP), mecanismo bajo el cual los productores de productos prioritarios son responsables de la organización y financiamiento de la gestión de residuos. derivados de la comercialización de sus productos en el país.
Para los neumáticos utilizados en la industria minera, la ley establece que, en 2026, se debe alcanzar el 100 por ciento de recolección y recuperación. Un objetivo sobre el que Jorge Delaveau se muestra escéptico: “Los fabricantes de neumáticos, en su mayoría importadores en el caso de Chile, han tenido que asumir la responsabilidad de cumplir con los requisitos de la ley REP, vigente desde febrero de 2023. Sin embargo, y particularmente “en el caso de neumáticos categoría B denominados por dicha ley, que corresponden a neumáticos de gran minería, a la fecha no existe capacidad instalada suficiente para absorber la demanda generada por dicha ley”.
(Vermont)
