El presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció que decretó toque de queda en tres comunas de la provincia de Arauco, en la región del Biobío, tras el asesinato de tres policías.
“He instruido decretar toque de queda en las comunas de Cañete, Contulmo y Tirúa entre las 00:00 y las 7:00 horas. Además, se reforzará la presencia policial y militar a nuestra máxima capacidad mediante patrullajes conjuntos en la zona. Los delincuentes responderán ante Chile y la justicia”, dijo en su cuenta en la red social X.
El asesinato de tres agentes de la policía militarizada de Carabineros ocurrido en la zona centro-sur del país, en la región del Biobío, la madrugada de este sábado, justo en el día conmemorativo de la institución, sumió a la sociedad chilena en un estado de conmoción y profundo choque.
Gabriel Boric, quien apenas conoció la noticia reunió a su gabinete de crisis y condenó públicamente el atentado, se dirigió al lugar, a más de 600 kilómetros al sur de la capital, acompañado de una delegación de representantes de los tres poderes del Estado. y llamó a la unidad política para afrontar la situación.
“Ahora no debe haber ni izquierda ni derecha, ni partido gobernante ni oposición. Chile debe ser un todo, como un solo puño, como una sola fuerza para hacer justicia, para que no haya impunidad, para desmantelar a estas bandas y hacerlas pagar por sus crímenes, estén donde estén”, dijo el presidente desde el funeral servicio por los fallecidos y tras declarar tres días de duelo nacional.
El ataque contra los funcionarios de Control de Orden Público (COP) en la comisaría de Los Álamos se produjo alrededor de la 1.30 horas (6.30 GMT), cuando un grupo de hombres armados disparó contra la patrulla policial, antes de incendiar el vehículo. con ellos dentro. Un sargento y dos cabos murieron quemados.
“Se trata de actuar juntos como una sola fuerza para hacer justicia”, reiteró Boric durante la tarde en su cuenta X.
“No es momento de debilitar a Carabineros”
El conjunto de fuerzas políticas que integran el Parlamento chileno, desde la extrema derecha hasta el Partido Comunista, reaccionó y condenó el ataque múltiple, que coincidió con el Día de Carabineros -27 de abril- a propósito del 97 aniversario institucional.
Todos los actos conmemorativos previstos para el día fueron suspendidos y, de forma espontánea, cientos de personas se manifestaron en el centro de Santiago en apoyo a la fuerza policial.
En medio de la convulsión, se reabrió la polémica sobre si es momento de que el director general de Carabineros, Ricardo Yáñez, deje su cargo, luego de que la Fiscalía fuera imputada por un posible delito de omisión de presiones ilegítimas con resultado de lesiones graves. y homicidio. durante las protestas de 2019.
Si bien esta semana el Gobierno, presionado por parte del oficialismo, había anunciado que el jefe policial dejaría el cargo antes de su formalización (imputación por el juez), prevista para el 7 de mayo, este sábado varias autoridades cuestionaron esa posibilidad.
En plena respuesta a los graves ataques y ante la insistencia de la oposición en que el director permanezca en el cargo, Boric señaló que “en esto todos somos necesarios, como lo es el general Yañez”. Previamente, la ministra del Interior, Carolina Tohá, había asegurado que ahora “no es el momento de debilitar a Carabineros”.
Aumentar las medidas de seguridad en la zona
Tras el asesinato simultáneo de los tres policías, inédito en el pasado reciente de Chile, varias autoridades políticas exigieron al Gobierno extremar medidas de seguridad en la zona, afectada por un conflicto que involucra a pueblos indígenas, el Estado y grandes terratenientes y empresarios forestales. que explotan tierras y bosques considerados ancestrales por las comunidades indígenas.
La Araucanía y parte de la región del Bio Bío, incluido el sector donde se llevó a cabo el ataque, se encuentran bajo estado de emergencia desde mayo de 2022, en un intento por controlar los ataques de grupos armados, en su mayoría sabotajes incendiarios.
El gobernador del Biobío, Rodrigo Díaz, pidió reinstaurar la pena de muerte para quienes asesinen a policías, mientras la derecha tradicional exigió darle urgencia a los proyectos de ley pendientes en materia de seguridad.
La mayoría de estas propuestas surgieron en medio de otra crisis desatada hace apenas un año por el asesinato de otros tres agentes ocurrido en pleno desempeño de sus labores y en menos de 21 días.
Desde hace años, Chile atraviesa una crisis de seguridad que se ha convertido hoy en la principal preocupación de los ciudadanos y que en la zona centro-sur del país se combina con un escenario conflictivo que no se resuelve desde hace décadas.
(EFE)
