Por qué los arquitectos se resisten al Bernabéu: “Habla más de poder que de arquitectura”

Por qué los arquitectos se resisten al Bernabéu: “Habla más de poder que de arquitectura”
Por qué los arquitectos se resisten al Bernabéu: “Habla más de poder que de arquitectura”

El nuevo Bernabéu estaba destinado a generar polémica. Tanto la presentación del proyecto, en septiembre de 2018, como la aprobación siete meses después de una primera línea de crédito por un presupuesto inicial de 575 millones de euros ya fueron polémicas. En los últimos meses ha surgido una avalancha de nuevas informaciones que van desde el sarcasmo hasta la vituperación, empezando por la alarmante estimación de costes realizada por el divulgador financiero Héctor Mohedano, quien considera que, si se toman en cuenta los intereses de los préstamos solicitados hasta la fecha, el estadio acabará costando 1.948,5 millones de euros.

También ha tenido un impacto notable la paralización (provisional) de la construcción de dos túneles y un aparcamiento, fruto de una movilización vecinal que ha encontrado el amparo de la justicia. Y hace apenas una semana, el Ayuntamiento de Madrid anunció la tramitación de un expediente sancionador por exceso de ruido contra los promotores de todos los conciertos celebrados en el estadio tras su reforma, empezando por los dos que realizó Taylor Swift los días 29 y 30 de mayo.

DVD 1215 (29/05/24) Concierto de Taylor Swift en el Santiago Bernabéu, Madrid © Claudio ÁlvarezClaudio Álvarez

Mención especial merecen los comentarios sobre el proyecto arquitectónico, su nivel de excelencia técnica, su impacto estético, su modernidad o su grado de idoneidad. Arquitectos, ingenieros, urbanistas y simples transeúntes han discutido al respecto en las redes sociales. En el origen de la polémica habría que situar la intención, expresada en su momento tanto por el club como por el ayuntamiento de la capital de España, de convertir el estadio en un símbolo e icono del Madrid del futuro, el gran emblemático edificio, reconocible a nivel global, del que la ciudad, en teoría, carece.

Valorado así, el renovado Santiago Bernabéu, más que una obra de arquitectura e ingeniería deportiva al más alto nivel, sería la piedra angular de una nueva historia. Todo un reto para una construcción singular que la España de los chistes y los memes ya ha bautizado como “la lata de sardina”, por no hablar de los múltiples artículos periodísticos que han reducido la cuestión a un drástico dilema: ¿es una chapuza o una obra maestra?

Vista aérea del Estadio en 1976.Agencia Getty

Para el arquitecto y experto en modelismo constructivo Miguel Picado, Madrid ha sido en las últimas décadas “un formidable laboratorio experimental de la arquitectura española moderna y contemporánea”. Picado destaca que durante el siglo pasado y lo que va de éste, la ciudad ha contado con un parque arquitectónico y un horizonte Edificios innovadores que cuentan con edificios emblemáticos como la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas (Lamela y Rogers), la Puerta de Europa (Johnson y Burgee), las Torres Blancas (Sáenz de Oiza), la Ciudad BBVA (Herzog & De Meuron) o el Centro de Estudios Hidrográficos (Fisac).

Según la arquitecta Virginia Durán, hay que sumar otro puñado de edificios singulares que contribuyen a hacer de Madrid una “ciudad deliciosa, imprescindible para todo aquel que ama la arquitectura”. Entre ellos, la torre de Castelar (De la Hoz), el Pabellón (Foster), las Escuelas Pías de San Antón (Moure), el mercado de Barceló (Sobejano) o el puente peatonal de Arganzuela (Perrault). La cuestión es si en este parque de excelencia arquitectónica tiene cabida una nueva novedad que ha llegado con mucha fuerza: el nuevo estadio Santiago Bernabéu, obra de gmp Architekten, L35 Arquitectos y Ribas & Ribas.

DVD 1215. Madrid, 29/05/2024. Ruido en el Santiago Bernabéu. Ambiente antes del concierto de Teylor Swift. (Foto: JUAN BARBOSA)JUAN BARBOSA

Por su tamaño, proyección internacional y coste final (estamos hablando de 1.170 millones de euros), no cabe duda de que se trata de arquitectura civil de primer orden. El Coliseo de Madrid ya era y seguirá siendo uno de los tres edificios más visitados de España junto con el Camp Nou y la Sagrada Familia. Desde el punto de vista de la notoriedad espontánea, de las posibilidades que tiene de convertirse a medio plazo en un edificio emblemático del Madrid del futuro, una imagen icónica reconocible en todo el mundo, el estadio no tiene rival. Cuestión aparte es el grado de excelencia arquitectónica que le atribuyen los especialistas. En 2019, con las obras aún en marcha, ICON propuso hasta qué punto esta obra de escala faraónica, con su revestimiento de acero, su cubierta retráctil y su apuesta por una vanguardia de inspiración “galáctica”, podría convertirse en el gran icono de una ciudad en la que abunda la buena arquitectura, pero no cuenta con edificios emblemáticos tan reconocidos como los de algunos de sus competidores nacionales o internacionales. A falta de una Alhambra, una Sagrada Familia, una mezquita de Córdoba, una catedral de Notre-Dame, un Taj Mahal o un Big Ben, Madrid podría presumir de tener la mejor instalación deportiva del mundo. En la consulta de hace cinco años, varios de los expertos expresaron sus dudas. La arquitecta y diseñadora de interiores Teresa Sapey se refirió al estadio como una nave espacial “del siglo pasado”, conservadora en su concepción y “ni icónica ni sexy” en su ejecución. A Manuel Blanco le pareció una construcción “torpe”, que más que dialogar con su entorno inmediato, “cae sobre algunos edificios de su alrededor”. Para Javier Peña Ibáñez, se trata de un edificio que, más allá de la estética, “habla más de poder y política que de arquitectura”. Hay que reconocer al estadio su preocupación por la sostenibilidad, en la línea de la de instalaciones deportivas pioneras como el Mercedes-Benz Arena de Atlanta, el Johan Cruyff de Ámsterdam o el renovado estadio del Tottenham Hotspurs de Londres. Eso sí, como ocurre con casi cualquier edificio trofeo de estética contemporánea, el nuevo Bernabéu ha sido objeto de bromas crueles. El arquitecto y divulgador Alejandro Darias recoge en su canal de Youtube algunas de las más sangrientas (“es una lata de sardinas gigantesca, es una impresora HP, parece un tupperware o una nevera vista por detrás”) para acabar concluyendo que la mayoría de ejemplos de arquitectura de vanguardia fueron denostados en su día. Sólo el tiempo dirá si la silueta del nuevo estadio acabará consolidándose como la imagen más reconocible del Madrid del futuro. Y poco importará que los expertos sigan prefiriendo el Centro de Estudios Hidrológicos de Miguel Fisac.

 
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