Crisis en RTVE: una tregua de seis meses con un consejo ingobernable

Crisis en RTVE: una tregua de seis meses con un consejo ingobernable
Crisis en RTVE: una tregua de seis meses con un consejo ingobernable

Tres presidentes en tres años. La inestabilidad en Prado del Rey se ha convertido en una seña de identidad de la radio y la televisión públicas. Tras una reunión turbulenta, la junta directiva de RTVE ha nombrado este miércoles a la socialista Concepción Cascajosa nueva presidenta interina por un periodo de seis meses. Durante ese tiempo, la dirección de la entidad confía en que los dos grandes partidos, PP y PSOE, lleguen a un acuerdo para la renovación de cinco de sus miembros cuyo mandato ha expirado esta semana y ocupen el puesto del anterior presidente José Manuel Pérez Tornero. , quien dimitió del consejo cuando presentó su dimisión. Cascajosa toma el relevo de Elena Sánchez, destituida la víspera en una racha en la que también dejó el cargo el responsable de contenidos, José Pablo López. Y tiene por delante un enorme reto: gestionar un consejo tormentoso, en equilibrio inestable y muy difícil de gobernar pese a la tregua de seis meses acordada tras 48 horas de vértigo.

Cascajosa (L’Hospitalet de Llobregat, 45 años) es doctora en Comunicación Audiovisual y presidenta del Observatorio de Igualdad de RTVE y ha conseguido humo blanco gracias a los votos de los diputados electos por PSOE, Unidas Podemos y PNV. Los tres concejales del PP se han pronunciado en su contra, mientras que Elena Sánchez (de la cuota socialista) se ha abstenido. El consejo rechazó la propuesta popular de que la presidencia interina se desempeñara de forma rotatoria. En un giro extraño, el PP llegó a proponer que el criterio para iniciar estos relevos fuera la edad, lo que adjudicó el primer tramo a Ramón Colom. Pero una vez superado ese calvario, las mayorías que le han dado la presidencia a Cascajosa son muy frágiles. No está claro qué hará Elena Sánchez, que ha amenazado con dimitir. Tampoco el papel de José Manuel Martín Medem, uno de los concejales designados en su momento por Unidas Podemos y que pertenece al PCE, que ha tenido un papel muy activo en la sucesión de despidos de las últimas horas.

La política sigue jugando un papel crucial en el futuro de RTVE. Para obtener los cinco votos que romperían el bloqueo, los partidos han llevado a cabo una frenética ronda de negociaciones, especialmente en el entorno socialista y las formaciones a la izquierda del PSOE. La propuesta consejera de Unidas Podemos fue la única que apoyó firmemente este martes a Elena Sánchez. Al principio se mostró reacio a elegir Cascajosa. Según fuentes de la corporación, Martín Medem exigió la salida del secretario general de la entidad, Alfonso Morales, para darle su apoyo al candidato. En la primera vuelta no alcanzó los votos necesarios. En un receso, el secretario general le preguntó a Martín Medem qué quería para apoyar a Cascajosa y este respondió: “Tu cabeza”. Y la orden se consumó. El consejero avalado por Unidas Podemos cambió de postura y Morales presentó su dimisión irrevocable. Morales se había sometido a un voto de confianza el día anterior, que aprobó fácilmente. Pero Martín Medem reclamó su caída para darle su apoyo a Cascajosa, y cayó Morales. La presencia de Martín Medem en el consejo, junto con la de la presidenta saliente, Elena Sánchez, podría ser un foco de inestabilidad si suman sus votos a los de los tres concejales del PP.

El gran objetivo de Cascajosa es pacificar el concejo. Pero a corto plazo se ve obligada a reconstruir el equipo de presidencia: la salida del secretario general se produjo apenas un día después de que el consejo destituyera al director de contenidos generales, José Pablo López. En apenas 24 horas, el comité de dirección ha perdido a dos de sus hombres fuertes tras una colusión sin precedentes. El nuevo equilibrio de fuerzas podría convertir a la empresa en ingobernable, según las fuentes consultadas. La pregunta que pesa sobre el resto del comité directivo es cuánto tiempo permanecerán en sus cargos. Temen caer uno a uno si se consume la pinza de los tres concejales del PP, por un lado, y de Elena Sánchez y Martín Medem, por otro.

Elena Sánchez Caballero, durante su comparecencia ante la Comisión Mixta del Senado, el 7 de marzo de 2024. Borja Sánchez-Trillo (EFE)

Esta guerra abierta entre la alta dirección y Elena Sánchez ha desembocado en la mayor crisis vivida en RTVE en los últimos años, que se arrastra desde la dimisión hace año y medio de José Manuel Pérez Tornero, elegido por consenso de PP, PSOE, Unidas Podemos y PNV, en el mismo paquete que todos los consejeros.

La gestión de Sánchez ha estado marcada por una batalla oculta con su cúpula directiva. La falta de comprensión ha sido sorprendente. La expresidenta se ha quejado insistentemente de que el equipo de alta dirección, que incluye al responsable de informativos, Pep Vilar, y de contenidos, José Pablo López, es una herencia recibida de su antecesor. Durante su comparecencia en la comisión de control de RTVE, ante diputados y senadores, la semana pasada aprovechó para recordar que los miembros de la comisión gestora fueron nombrados por Pérez Tornero. Sostuvo que al tener rango de presidenta interina no gozaba de las prerrogativas de su antecesor y que, de haberlas tenido, quizás hubiera confirmado la dirección ejecutiva “o quizás no”.

La oposición aprovechó para echar más leña al fuego y preguntó los motivos por los que no se modificó el organigrama para nombrar un director de RNE. Sánchez alegó que no recibió un mandato firme para acometer los cambios, dejando así la responsabilidad en el consejo. Fuentes de la corporación aseguran que la presidenta había diseñado un comité directivo paralelo, en el que solo figuraba una persona de la actual dirección (Verónica Ollé, su jefa de Gabinete), pero que nunca llevó formalmente estos nombramientos a la aprobación del organismo. . “Quería laminarnos a todos. Ella dijo que no éramos su equipo. Nos llamó incompetentes, inútiles y vagos”, afirma un miembro de la alta dirección. Y añade: “Como no consiguió que el Gobierno forzara nuestra salida, anunció en la Moncloa que dimitía, pero 48 horas después rectificó y decidió no dimitir”.

La mala sintonía se agravó tras las elecciones del 23 de julio y la formación del gobierno de coalición. “Elena Sánchez contactó con dirigentes del PP y del PSOE para garantizar que iba a ser nombrada presidenta por el Congreso”, sostienen fuentes de la corporación. Dejaría así de ser interina y sus funciones pasarían a equipararse a las de Pérez Tornero. Esperaba que el partido gobernante le facilitara cambiar el organigrama para destituir a toda la dirección. “Ella recriminó al PSOE no hacer nada”, explican las mismas fuentes. Los parlamentarios populares tampoco han dado muestras de apoyo. Varias comisiones han pedido la dimisión de Sánchez tras calificar a RTVE de “manipulación de la radio española”.

Otro motivo de tensión entre el presidente y el equipo directivo surgió en torno al contenido. El titular de la entidad pública se mostró reticente a la contratación con algunas productoras y se opuso a la incorporación de determinados colaboradores. Vetó, por ejemplo, a Belén Esteban como jurado de un formato de baile y le impuso la compra de películas al productor Enrique Cerezo por tres años y nueve millones de euros. Sánchez quiso dejar claras sus discrepancias con el responsable de contenidos en el Congreso al admitir que “algunos formatos” que se han emitido han planteado “algunas dudas” sobre su idoneidad en la televisión pública en abierto, “y particularmente para un medio con la trayectoria, experiencia y tradición de RTVE”.

El último episodio de este rosario de desencuentros ha sido el plan de contratar al humorista David Broncano para emitir su programa La resistencia (actualmente en Movistar Plus+) en La 1 después del informativo de la tarde, en la misma franja horaria que el hormiguero (Antena 3) y el intermedio (El sexto). El núcleo duro de la comisión gestora había llegado a un acuerdo para contratar a Broncano por tres años, pero a la hora de dar el visto bueno en el consejo del día 11, Sánchez se abstuvo y el contrato fracasó.

Seis miembros de la dirección de la entidad pública, molestos por este bandazo, plantaron cara a Sánchez en la reunión del comité gestor del día siguiente. El responsable de contenidos fue acusado de ser el “cabecilla” de los “alborotadores”. Y el presidente logró la destitución de José Pablo López en la reunión de este martes con el apoyo imprescindible del PP y Martín Medem.

Para sacar adelante el programa Broncano, el PP propuso limitar la duración del contrato de tres años a uno (a razón de 14 millones de euros por curso). En paralelo, la presidenta negoció directamente con Broncano para reducirlo a dos años, según fuentes de la corporación, aunque horas después rompió el pacto con un mensaje de WhatsApp. Y al día siguiente citó a Broncano para entregarle un contrato que contemplaba sólo la duración de un año. El embrollo ha llegado a tal punto que el consejo ha pospuesto cualquier decisión hasta la próxima semana. Ya con Concepción Cascajosa al frente y con la incógnita de saber quiénes se sentarán en el comité directivo.

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