- Por Tom Bateman y Madeline Halpert
- Noticias de la BBC, Washington DC
hace 50 minutos
Jacob Flickinger era un trabajador humanitario y hombre de familia “leal y devoto” que fue “perseguido” y asesinado por Israel mientras intentaba ayudar a los necesitados, le dijeron sus padres a la BBC.
Flickinger, de 33 años, estadounidense-canadiense, fue una de las siete personas que murieron en un ataque a un convoy de World Central Kitchen.
El ejército de Israel se disculpó y calificó el ataque como un trágico error. Ha prometido una investigación completa.
Sin embargo, sus padres dijeron que su muerte fue un “crimen” y rechazaron las disculpas.
John Flickinger y Sylvia Labrecque dijeron que había un “agujero en sus corazones” y que la esposa de Jacob, Sandy, y su hijo Jasper, de 18 meses, estaban privados de marido y padre.
Hablando desde Quebec, dijeron que él y los demás trabajadores murieron mientras viajaban por una carretera designada por Israel como ruta humanitaria segura.
Flickinger dijo que la organización benéfica había informado con 24 horas de anticipación que su convoy dejaría alimentos en un almacén y se mantuvo en contacto con las Fuerzas de Defensa de Israel durante todo el proceso.
Pero aun así Israel atacó y “siguieron disparando hasta que todos los trabajadores murieron”, dijo. “Israel debe una explicación a las familias y al mundo”.
Su madre, la señora Labrecque, dijo que la descripción que hizo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu del ataque como un “trágico accidente” era –en su opinión– “una broma”.
“Era un ser humano tan bueno”, dijo sobre su hijo. “Era extremadamente devoto de su trabajo y de su familia”.
Jacob, que anteriormente había servido 11 años en las fuerzas armadas, fue a Gaza en marzo con el deseo de ayudar a otros, dijo su familia.
“Su vida ha girado en torno al servicio”, dijo Flickinger, añadiendo que incluso a pesar de ello, le preocupaba que su hijo viajara a través de una zona de guerra tan peligrosa como Gaza.
“Pero [Jacob] Sentí que World Central Kitchen sabía lo que estaban haciendo allí”, dijo, y su hijo “sabía que la gente se moría de hambre allí”.
Sus padres pidieron a Estados Unidos que dejara de enviar ayuda militar a Israel mientras el país utilizaba “los alimentos como arma”, en referencia a la falta de ayuda que llegaba a Gaza.
“Estados Unidos tiene una gran influencia sobre Israel”, dijo Flickinger.
Los padres de Jacob también pidieron un alto el fuego, la devolución de todos los rehenes israelíes retenidos por Hamás y más ayuda para la Gaza devastada por la guerra.
Flickinger también dijo que quería que el gobierno de Estados Unidos iniciara una investigación independiente sobre los asesinatos de trabajadores humanitarios, así como que Israel pagara reparaciones a los familiares que han perdido a sus seres queridos en Gaza.
“La justicia puede comenzar ahí, pero lo más importante es poner fin a esta locura”, dijo.
“Crecí sin tener un padre”, dijo Flickinger. “Ahora mi nieto crecerá sin tener a su padre de él”.
Labrecque dijo que esperaba que su nieto, Jasper, sirviera como recordatorio de la vida y la bondad de su hijo.
“Recuperarse de esa pérdida será un trabajo diario”, dijo. “Pero Jasper será una muy buena inspiración para que nos mantengamos fuertes”.
Flickinger dijo que había hablado con el gobierno canadiense, pero que no había tenido noticias de la Casa Blanca. Dijo que la embajada de Estados Unidos en Israel le informó sobre la muerte de su hijo.
“Me gustaría saber de alguien del gobierno de Estados Unidos”, dijo, y agregó que el gobierno canadiense había sido “muy útil”.
WCK –fundada por el famoso chef hispanoamericano José Andrés– fue uno de los principales proveedores de la ayuda que se necesita desesperadamente en Gaza, donde más de 33.000 palestinos han sido asesinados desde los ataques de Hamás del 7 de octubre.
Según grupos de ayuda, en total alrededor de 200 trabajadores humanitarios han muerto en el conflicto.
Alrededor de 1.200 israelíes murieron y 253 rehenes fueron tomados por Hamás en su ataque del 7 de octubre contra Israel.