La Cartagena que abrió las puertas a las mujeres en el vallenato, hoy cumpliría 54 años

La Cartagena que abrió las puertas a las mujeres en el vallenato, hoy cumpliría 54 años
La Cartagena que abrió las puertas a las mujeres en el vallenato, hoy cumpliría 54 años

Es 1994 y Las Diosas del Vallenato se presentan en los escenarios del Festival Mundial Vallenato en Bogotá. El estadio está repleto de aficionados, muchos de ellos esperando la presentación de juglares como los hermanos Zuleta, Jorge Oñate, Iván Villazón, Diomedes Díaz, Binomio de Oro y Los Diablitos. Patricia Teherán, Bau Gutiérrez -corista-, y el resto de chicas del grupo se preparan para subir al escenario. Cuando Bau y Patricia están a punto de subir las escaleras, un juglar murmura:

Las mujeres no deben cantar ni participar en esto.. Las mujeres deberían estar en casa cuidando a los niños, lavando y planchando la ropa y cuidando de sus maridos.

El comentario enoja a Bau y decide confrontarlo.

— ¡Guau! —grita Patricia, para detenerla. Pero esta costeña, también de sangre santandereana, está decidida a ponerlo en su lugar.

—Mira, maestro. Con el respeto que se merecen: les vamos a enseñar a todos que las mujeres podemos hacer vallenato y folklore.

Y sin más palabras, los dos subieron al escenario y cantaron sus mayores éxitos. El público coreó sus canciones y, con el sentimiento interpretativo de Patricia, Maribel Cortina al acordeón y la dedicación de las demás chicas, brindaron un espectáculo deslumbrante. Al final de la presentación, Bau regresa junto al juglar que los juzgó y, orgulloso, le dice:

— Ajá, maestro. ¿Cómo se veía tu ojo? —Pregunta irónicamente, y añade: ¿Viste que estamos bien para jugar? —. El profesor no le responde.

—Se quedaron con la boca cerrada—los defiende Iván Villazón, cantautor emblemático del género.

Patricia Teherán (centro) con las Diosas del Vallenato.

Foto:Cortesía de Liliana García.

Patricia Teherán fue la primera artista vallenata que logró traspasar fronteras con su música. Nació el 10 de junio de 1969, en el barrio Nuevo Bosque, al sur de Cartagena. Canciones como ‘Me Dejaste Sin Nada’, ‘Tarde Lo Conocí’ y ‘Todo Daria Por Ti’ llegaron al corazón de millones de mujeres que se identificaron con las románticas letras interpretadas por Teherán. Y para quienes querían incursionar en el vallenato, Cartagena fue el rayo de esperanza que demostró que la participación femenina en un género dominado por los hombres era posible.

Vea, maestro. Con el respeto que se merecen: les vamos a enseñar a todos que las mujeres podemos hacer vallenato y folklore.

Pero su paso por esta vida fue un breve suspiro. El 19 de enero de 1995 falleció a los 25 años de edad, en un accidente de tránsito en la vía al mar en Barranquilla, cerca del sector Lomita Arena en Santa Catalina. Se encontraba firmando contratos para cantar en el Carnaval de Barranquilla cuando, al regresar a Cartagena, perdió la vida, dejando atrás a su hijo, Yuri Alexander Teherán, de solo 4 meses.

Históricamente, el vallenato ha sido cosa de hombres desde sus inicios, y las mujeres han sido vistas como fuentes de inspiración. Liliana García, ex integrante de las Diosas del Vallenato, explica: “Fuimos las musas de inspiración de los cantantes guajiros y césares. Las mujeres hacían la comida y asistían a las fiestas y llevaban a los hombres a beber, cantar y tocar instrumentos. Sólo servían y tenían un papel sumiso, donde la mujer era poco o nada, porque lo único que hacía era servir a los hombres. “Se inspiraron en lo bonitas que eran, en su hermoso cabello para hacer sus canciones”.

Patricia Teherán es el referente femenino en la música vallenata, pero el mérito también es de Las Musas del Vallenato (agrupación liderada por la acordeonista ‘Chela’ Ceballos) y las Diosas del Vallenato. Les costó mucha fuerza y ​​esfuerzo, no sólo para hacer oídos sordos a los comentarios sexistas de que las mujeres sólo servían para las tareas del hogar, sino también para dividirse entre los estudios y la música, la falta de dinero y los largos viajes que tenían. hacer para viajar. prueba.

Aún así, el resultado de tanto trabajo hizo posible que estas chicas abrieran una puerta a una nueva era del género en la que las mujeres por fin tendrían un espacio.

Los inicios de la Diosa

A Carlos Teherán, padre del cantante, Le gustaba tocar el acordeón en las fiestas, dice su nieto Yuri Alexander. A esas fiestas llevó a Patricia, quien, aunque prefería tocar el clarinete, complacía a su padre cantando versos famosos del género.

Sin embargo, descubrió su amor por el vallenato cuando Chela Ceballos, fallecida acordeonista, lo aceptó. ‘Las musas del vallenato’ en 1988: “Chela Ceballos fue quien quiso mostrar el vallenato interpretado por mujeres frente al folklore machista. Se dedicó a buscar artistas que tuvieran el perfil que ella quería, porque quería crear un grupo totalmente femenino”, recuerda Bau Gutiérrez.

Liliana García y Bau Gutiérrez.

Foto:Cortesía de Liliana García.

Antes de ‘Las Musas’ estuvo Las Universitarias, el primer grupo vallenato integrado por mujeres que surgió en Valledupar y fue liderado por Rita Fernández. Si bien lograron generar furor en su momento, no hicieron lo que lograron las Diosas y las Musas.

No fue fácil darse a conocer, ni formar un grupo vallenato femenino. A Bau le costó llegar a los ensayos y Patricia estaba estudiando: fue un proceso grande en el que todos se pusieron de su lado. Al principio asistía poca gente a sus presentaciones y en distintas ocasiones le pidieron que se bajara del escenario para dedicarse a planchar y lavar ropa. Sin embargo, para Patricia siempre prevaleció su pasión por la música y no hacía mucho caso a los comentarios. Por lo general, hacía lo que su corazón le decía que hiciera.

Al principio quisieron aprovecharse de ellas, pero supieron defenderse: las Musas habían dado un concierto y, en aquel momento, el poco dinero que ganaban les ayudaba a mantenerse. Después de terminar de cantar, Bau escucha una conmoción proveniente del camerino. Entra y se sorprende al ver que Chela tenía agarrado del cuello al organizador del evento.

– ¡¿Que está pasando aqui?! —Pregunta Bau.

“No nos quieren pagar”, respondió enojada la fallecida Chela Ceballos.

Luego, Bau se une a él y agarra a otro organizador del evento y también lo agarra por el cuello. Entonces entra Patricia y queda tan sorprendida como Bau. Aun así, Teherán no se atrevió a atacarlos. Finalmente les pagaron y cuando salieron del lugar estaban riendo, sorprendidos, de lo que acababan de hacer.

En el podio del vallenato

En 1994, Teherán ya se había separado de las Musas y creó el grupo Diosas. Aún con tanto éxito, estas mujeres continuaron sufriendo dificultades para darse a conocer: cuando se lanzó el éxito ‘Tarde lo met’, escrito por Omar Geles, ese mismo año, lanzaron simultáneamente el tema ‘Santo Cachón’. Estas dos fueron las canciones que causaron furor. Y Patricia, dice Liliana, Se quejaba porque los empresarios manipulaban las cosas para dejarlas últimas en los conciertos o no contratarlas.

De izquierda a derecha: Bau Gutiérrez, Patricia Teherán y Liliana García.

Foto:Cortesía de Bau Gutiérrez

Así, aunque algunos todavía no creían en ellos, había otros, como Diomedes Díaz, que sí lo hacían, pues al ver que las letras escritas por Geles e interpretadas por Patricia estaban teniendo una gran acogida por parte de los oyentes del género, le dijo que cartagena: “Ya casi estás ahí.”

Un referente para los siguientes artistas vallenatos

Tras la muerte de Patricia, Omar Geles creó el grupo ‘Las Sirenas del Vallenato’ y convocó a diferentes mujeres a participar en la audición para la voz principal. Entre esos estaba Sandra Daza, hija del reconocido compositor vallenato Edilberto Daza. Sandra confesó a este medio que se quedó, pero que su padre no la dejó, pues, para él y para muchos exponentes del género, las mujeres no deberían cantar vallenato.

El sueño de Sandra era y es cantar, pero al principio se vio truncado porque su padre se molestó con solo escucharla interpretar una canción vallenata. Le dolió no poder participar en ‘Las sirenas‘, pero con el tiempo pudo demostrarle a su padre, con su talento, que las mujeres sabían cantar.

Patricia Teherán.

Foto:YouTube

Patricia significó esperanza para Sandra. Sintió que si ella podía hacerlo, también podría hacerlo. En aquella época todos querían ser como Patricia, porque era la cantante de moda. Sin embargo, durante su juventud el pensamiento arraigado de su padre le hizo imposible participar en el legado de Teherán.

Luego de ganarse la confianza de su padre luego de participar con él en un Festival de Compositores Vallenatos, Sandra se convierte en corista de diferentes grupos musicales y logra grabar un CD con el rey vallenato, Alme Granados, en homenaje a su padre, pero se retira porque sus prioridades en la vida cambian.

Patricia abrió un camino en la música vallenata para mujeres.

Hoy Daza regresa a la música y ya lanzó dos canciones, ‘Amor Sensible’ y ‘Homenaje a Iván Villazón‘, y está en proceso de hacer su primer álbum. Ella se niega a soltar el vallenato de antaño, esa melodía romántica que se acompaña de una guitarra acústica.

Sandra, como mujer, entiende la importancia del rol femenino en el género: “A nivel cultural ya no solo está representado por hombres sino también por mujeres: están Karen Lizarazo, Ana del Castillo, Las Musas del Vallenato, Margarita Doria , y un semillero de nuevos cantantes que están dando la cara por nuestro folklore. Patricia abrió un camino en la música vallenata para mujeres. Aquí en Valledupar se realiza el Festival Evafe, donde rinden culto a las mujeres e interpretan la mejor voz y el mejor acordeón. Las mujeres tenemos que seguir luchando para que el mundo sepa que no sólo es el hombre el que sabe tocar el acordeón, cantar o componer una buena canción, sino que las mujeres también lo hacemos”, concluyó.

LINDA DONADO RUDAS – ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO
Instagram: lindr_9

 
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