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Universidad de Valparaíso – Los psiquiatras advierten sobre el daño grave de que la sobreexposición a las pantallas provoca el desarrollo neurológico y la salud mental de los niños y adolescentes

La Dra. Elías Arab y Katerina Sommer presentaron su libro “El cerebro roto y la generación emergente”, una actividad que comenzó formal al año académico 2025 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

En un mundo cada vez más conectado en términos digitales, en el que las pantallas han pasado de ser simples herramientas de trabajo para convertirse en elementos centrales de nuestra vida cotidiana, los padres enfrentan un desafío cada vez más complejo: proteger la salud mental y emocional de sus hijos e hijas y saber cómo digital y videojuegos.

Cómo y hasta qué punto este fenómeno afecta el desarrollo cognitivo, las relaciones familiares y sociales, la educación, la salud física y el pozo general de los niños y los adolescentes y qué medidas se pueden adoptar para revertir esta situación y recuperar el control sobre este tipo de tecnologías, fueron algunas de las preguntas que elías árabe y Katerina Sommer, psiciatristas infantiles, intentó durante la presentación de su presentación de la presentación de la presentación de la emergencia “, una actividad de la actualización”, una actividad de la actualización “. Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

La reunión se llevó a cabo en dependencias del campus de salud de Reñaca y fue encabezada por Dean Orellana, quien en la ocasión fue acompañado por el vicio -Dean de ese escuadrón, Susana Cáceres. Asistieron, entre otras autoridades, la Vicecana de la Facultad de Ciencias Sociales, Cecilia Cocha; el director de igualdad y diversidad, Karin Berlien; El director del campus de San Felipe, Francisco Pantoja, y el director de los Servicios Clínicos UV, Anísbal Navarro.

También estuvieron presentes los directores y directores de las escuelas, líderes de carrera y coordinadores de las unidades administrativas que conforman la Facultad de Medicina, representantes de Centros of Practice y más de cien estudiantes de los programas de pregrado que se enseñan allí.

La presencia de todos ellos agradeció al Dean Orellana, quien en su discurso de bienvenida destacó la posibilidad de iniciar un nuevo año académico con una profunda reflexión sobre un tema que describió como “la mayor importancia y trascendencia” para el proceso de capacitación de generaciones futuras y el modelo de aprendizaje que actualmente aplica las disciplinas de la salud y la educación a nivel universitario.

Proceso no técnico

La presentación de los expositores invitados estuvo a cargo del profesor de la Escuela de Educación Plvular y Doctor en Ciencias de la Educación, Alberto Moreno, quien, a modo de introducción, argumentó que la necesidad de abordar el tema de la invasión de las pantallas, las redes sociales y los videojuegos nacen especialmente de que no hay que no hay nada en el proceso que sea eminente y que sea técnico, en el entendimiento de que cualquier transformación se acerca especialmente a una posición política y que se acelere de una posición política y que se acelere de una posición política y que se acelere de manera política y que se acelere de una posición política. redirigir este proceso.

Por lo tanto, Moreno argumentó que los autores del libro “El cerebro roto y la generación emergente” contribuyen, a partir de su enfoque particular, a dar cuenta de una serie de fenómenos a los que, poco a poco, ha generado una especie de consensus en torno a la imperativa de defender una educación centrada en las asignaturas y comunidades y no en los paradigms tecnocráticos, que tenden priorizando la eficiencia y la estandarización de la atención y la estandarización de la atención.

Esclavos digitales

Durante su presentación, el infanto Judumes Elías Arab y los psiquiatras de Katerina Sommer explicaron a su audiencia el impacto negativo de que el uso excesivo de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes y aplicaciones basadas en el uso de redes sociales y videojuegos, causas en las diferentes áreas del desarrollo del cerebro. También se refirieron al efecto de que esto causa niños y adolescentes, y las acciones o medidas que las familias y la sociedad deben aplicar, con el de frenar o mitigar el daño causado por la superxposición a este tipo de tecnologías.

En ese entendimiento, el Dr. Arab, que se graduó de la Facultad de Medicina UV, comenzó su intervención con una invitación para dejar de usar el concepto de “nativos digitales”, que comúnmente se usa para definir a quienes integran las generaciones de personas que nacieron después del aumento de los dispositivos electrónicos masivos, y los usan más bien para ellos la definición de “esclavos digitales”, por el grado de dependencia que mantienen con respecto a esos dispositivos de grado.

El especialista argumentó en esa línea que varios estudios se dan cuenta de que la mayoría de los niños y adolescentes pasan un promedio de nueve horas cada día frente a una pantalla, la del teléfono celular en la mayoría de los casos, en actividades consideradas no académicas, encontrando un total de sesenta y tres horas a la semana antes de un monitor, bajo una carga permanente de dopamina.

Este fenómeno, enfatizó, tiene consecuencias significativas en el cerebro, el producto del pequeño esfuerzo cognitivo que implica estar frente a los dispositivos electrónicos proporcionados por la pantalla cuyo exceso de uso se asocia con recompensas rápidas y gratificaciones inmediatas. Este último, dijo Arab, produce alteraciones en el desarrollo de las funciones ejecutivas del cerebro, la plasticidad neuronal y la mielinización, que luego deriva en decisiones impulsivas y una regulación más baja de las emociones, favoreciendo la disminución de la atención sostenida, la concentración y el control inhibitorio.

En este sentido, ya un modo de complemento, la Dra. Katerina Sommer, quien, por su parte, se graduó de la Universidad de Concepción Medicine, comentó que esta realidad termina siendo extremadamente dañina para el cerebro, porque es un órgano que completa su desarrollo en los veinte años de la vida de una persona, la corteza prefrontal es su última área para la madura.

Por lo tanto, el psiquiatra dijo que la estimulación excesiva del circuito de las recompensas, el producto del uso de las pantallas, las redes sociales y los videojuegos desde una edad temprana, el desarrollo normal de la corteza prefrontal y, en última instancia, del razonamiento equilibrado.

¿Hacer?

Después de este diagnóstico sombrío, ambos especialistas invitaron a la audiencia a tomar nota de esta situación, para ser conscientes de que es un problema que, además del desarrollo cognitivo, afecte las relaciones familiares y sociales, la salud física y el pozo general de los niños y los adolescentes y, por lo tanto, alentaron a los maestros y estudiantes a ser activistas en la búsqueda de soluciones y en la implementación de las acciones de la tecnología dirigida.

En lo específico, avanzaron y recomendaron algunas medidas, entre las cuales mencionaron la necesidad de alentar a los niños a pasar más cara a cara con sus amigos y familiares (siempre desconectados); privilegio de educación emocional; Genere espacios para diálogo sobre los riesgos asociados con el mal uso o abuso de los dispositivos de pantallas y desarrolle un pensamiento crítico.

Para hacer esto, plantearon opciones como despertar en niños, desde la primera infancia, el interés en leer libros impresos, motivarlos a estar en contacto con la naturaleza o llevar a cabo actividades sociales cara a cara con niños de su edad, practicar o ejercicios físicos, escuchar música y disfrutar del arte.

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Note: Gonzalo Battocchio / Photos: Matías Salazar

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