Ciudad de México, 5 de mayo (Efe) .- Menos de un año después de haber recibido el premio de literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2024, la autora argentina Gabriela Cabezón Camera regresa a México para continuar haciendo justicia a través de sus novelas a mujeres y escritores que han sido menospreciados a lo largo de la historia.
“La literatura era un club de niños más o menos blanco, más o menos rico, y eso cambió relativamente poco”, explicó en una entrevista con Efe, el creador de ‘The Girls of the Naranjel’, un libro que le dice a la vida de uno de los personajes extraños más antiguos que se han registrado, el insignia de la monja.
Sor Juana Inés de la Cruz fue una de esas mujeres que tuvo que soportar el desprecio de los hombres de su tiempo, según Cabezón, y “disculparse por cada palabra que le dijo a algunas taradas que tenían poder y no alcanzaron los tobillos”.
Afortunadamente para la sociedad y el mundo de la literatura particular, esto ha cambiado y pueden surgir iniciativas como Las Moiras (del grupo editorial de Penguin Random House), cuyo objetivo es destacar autores latinoamericanos reconocidos y emergentes.
“En los últimos 50 años, y especialmente los últimos 15 más o menos, muchas mujeres tenían acceso a la publicación. Ya no fuimos despreciados por ser mujeres. Se nos considera temas capaces de escribir como cualquier hombre y eso, sin duda, es algo para celebrar”, celebra Cabezón.
Escritores como el ganador mexicano de Pulitzer, Cristina Rivera Garza (‘The Invencible Summer of Liliana’), o la Samantha Schewblin argentina (‘Good Evil’) editado por la casa aleatoria en América Latina, destacada entre las diversas narraciones que se están publicando.
“Escribimos cosas muy diferentes, con muchos temas diferentes, con personajes de cualquier género”, dice.
El autor advierte la “maravilla” que puede ser capaz de hacer libros como mujer, a pesar del crecimiento de la censura en países como Estados Unidos o Argentina, un territorio en el que recientemente se forjó una controversia en torno al intento de retirarse por el gobierno argentino ‘Cometierra’ (2019), por Dolores Reyes.
“En un momento histórico tan curioso en el que, por un lado, los ultra derecho avanzan con censura (y) también comienza a publicar personas que ni siquiera son consideradas personas por la gente del poder. Es un momento histórico muy raro”, reflexiona con curiosidad.
Esta diversidad, señala, se logra en cada “grupo de personas a uno, dos, tres, 10 o 100 grandes escritores” que si no hubieran accedido a la publicación, “fue por mera discriminación”.
Además, Cabezón advierte que estos movimientos de censura observados en las escuelas públicas y las bibliotecas no son “espontáneas e inocentes” y no son causados porque “a un padre no le gusta” un libro, sino que es una tendencia “internacional ultra derecha”.
Escritura latinoamericana en ebullición
Después de la muerte del último gran exponente del auge latinoamericano, el peruano Mario Vargas Llosa, el autor no se atreve a confirmar si la escritura del continente está en su mejor momento.
“Lo que puedo decir es que estamos produciendo una literatura muy poderosa, muy rica y muy diversa, que lo tiene todo”, dice sobre la corriente actual a la que no se puede describir con un solo “es esto”.
Un momento de “mucha ebullición, creatividad y belleza” perfecta para cultural y políticamente contra aquellos que “están tratando de regresar a formas casi medievales”, concluye. Efusión
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