Fue provocativo el gesto del presidente Gustavo Petro de pedir al colegio Nacional La Salle donde estudió en Zipaquirá que le trajeran la bandera del M-19. Esta escuela, con especial significado para él por haber pasado allí su adolescencia con guías espirituales como el padre misionero Salvador Medina, por quien el Presidente profesa admiración. No sólo se formó académicamente, sino que también fue donde dio los pasos hacia el compromiso popular que luego lo llevaron a tomar las armas.
El evento coincidió con el aniversario 34 del asesinato del candidato presidencial, Carlos Pizarro Leongómez, último comandante del M-19, quien lideró en la guerra, pero también en la entrega de armas. Uno de los referentes de Petro y quien, proyectado en su hija María José, le colocó la banda presidencial el 7 de agosto de 2022.
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Las acciones del Presidente lo llevaron a ser acusado incluso de apología de la delincuencia y a recibir acusaciones de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (Acore) de revictimizar a miles de colombianos y miembros de las fuerzas militares. En las redes sociales llovieron columnas de opinión y comentarios.
Pero fue Helena Urán, quien incluso trabaja en un programa de la Cancillería y quien ha apoyado al Presidente, quien llamó más la atención.
A ella, que ha dedicado gran parte de su vida a buscar la verdad y lograr que la desaparición y asesinato de su padre no quede impune, reaccionó el ex magistrado adjunto del Consejo de Estado, Carlos Urán Rojas, en la retoma de el Palacio de Justicia se opuso firmemente a la exhibición por parte del Presidente de la bandera del M-19 acompañada de algunas palabras de elogio hacia la lucha guerrillera.
Petro, por su parte, se ha defendido recordando que no está prohibido mostrar la bandera y aprovechó para recomendar el libro publicado recientemente por la jefa negociadora del Gobierno en los diálogos con el ELN, Vera Grabe, sobre Carlos Pizarro, quien También fue su comandante. durante su paso por la M-19. El Presidente se ha rodeado cada vez más de sus compañeros guerrilleros, ubicándolos en puestos clave del gobierno, como el Comisionado de Paz, Otty Patiño.
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