Hay maneras de frenar el deterioro de la ganadería › Cuba › Granma – .

Hay maneras de frenar el deterioro de la ganadería › Cuba › Granma – .
Hay maneras de frenar el deterioro de la ganadería › Cuba › Granma – .

Maniadero, Ciego de Ávila.–Se los observa y avanzan por el sendero como un colegio silencioso hacia el ordeño. Cada uno, como si tuviera sabiduría humana, ocupa su lugar e incluso parece reclamar al ordeñador con algún que otro bramido.

No hace falta empujarlas, ni gritarles para que todos sepamos que las vacas de Miguel Valdés Carmenate, en el CC. Victoria de Girón, en la comunidad de Maniadero, están entre las más dóciles y productivas del mundo. Uno se da cuenta y juzga observando la mansedumbre y el resultado del ordeño.

Quizás esté exagerando, pero el propio Miguel lo dice, y tiene sus razones: «Es como cuando tienes hijos. Uno siempre dice, no porque sean mis hijos, sino que son los más lindos, los más, los más…

«Y digo, no porque sean mis vacas, sino que son las más productivas del mundo. Dime si estuvieras en Uruguay, en Brasil, con todos los recursos, pero mis vacas nacieron en un país pobre y bloqueado, aquí, en Maniadero, en el municipio de Majagua. No se les puede pedir más, aunque estas no son las causas fundamentales por las que la ganadería en Cuba va cuesta abajo y, si no detenemos a tiempo el deterioro, seguirá hundiéndose. “Con agua sola, los animales no producen leche, aunque el agua constituye el 87% de la leche”. ¡Qué paradoja!

“Son los más dóciles, los mejores del mundo”. No se cansa de repetir, no porque den una media de seis o siete litros, y más en primavera, sino porque son suyos y hay que defender el rebaño como sea posible, porque son el sustento de la familia y de muchos. niños, ancianos. , enfermo.

“¡Ojalá todas fueran como Campana, Coli Blanca, Catalina o Carmen!” exclama, mientras dice recordar aquel primer encuentro con el periodista y aquella frase guajira: “Vete a mi vaquería si quieres que te hable de ganadería, producción lechera y lo que quieras saber.

La deuda se saldó un día de estos en que el Sol lanza dardos de calor.

Miguel Valdés Carmenate. Foto: Osvaldo Gutiérrez Gómez (ACN)

–¿Por qué va tan mal la ganadería?

–Es malo porque llevamos muchos años permitiendo que lo destruyan. Las zonas ganaderas han sido destruidas; No podemos llegar a la ganadería con todos los medicamentos, las sales minerales que ayudan al metabolismo de las vacas. El bloqueo ha existido toda la vida, y no te digo que no haya afectado, pero con el bloqueo hubo ganadería en este país.

«Estamos rodeados de sal y no hay forma de recibir sal en granos. Hemos abandonado la finca, los pastos y nos hemos guiado por plantar un cono de cordón de caña por cada vaca o animal y reducir el área, sin tener en cuenta que la ganadería se desarrolla en buenos pastos, con buen manejo y buenas sementales. para una buena reproducción.

«¿Y quieres saber más? Hoy el ordeño se realiza a las nueve o diez de la mañana. Los terneros permanecen en los establos hasta las 11 o 12 del mediodía. Eso es un crimen. En esa época tiran las vacas por un lugar y los terneros por una pocilga, sin agua ni comida. Aquí vienen el parasitismo y la muerte.

«Otro detalle: para que un animal adulto pueda rumiar debe tener no menos de 45 o 50 libras de forraje en su vientre y beber más de 70 litros de agua diarios. Y más de la mitad de las explotaciones lecheras no tienen ni lo uno ni lo otro. Te lo digo, nací y crecí en una dehesa y he estudiado ganadería.

–¿Costará mucho recuperarlo?

-Mucho. No podremos sacarlo del barranco en seis meses o en un año, por mucho que queramos. La falta de alimentación influye. Para caer en los celos, la vaca tiene que comer y estar en forma. La ganadería no se recupera con la descarga de los barcos de pienso en el puerto. Nos va a costar mucho, mucho trabajo recuperarlo. Eso entristece al ganadero y es difícil decirlo, pero es la completa realidad.

«Mira, a los 114 o 119 días una cerda da a luz y una vaca tiene que esperar nueve meses, casi un año. Y si no tiene una buena alimentación y un buen manejo, la crianza de esa vaca no saldrá bien. Hemos perdido la genética, la inseminación. Así que no podemos pensar en la recuperación, aunque queramos.

«Para colmo, no recibimos ni un rollo de alambre por ningún lado. He visto gradas descargadas en algún lugar allá atrás y no nos han importado un carajo. Con unos rollitos y unas cuantas ideas chulas lo solucionamos.

–¿El gasto de engordar un toro?

–Ummm, esa es una historia diferente. ¿Quieres que te cuente la fábula del toro y el cerdo?

–No lo he oído.

–La ganadería está muy infravalorada. Escuche la fábula, contada a mi manera, por supuesto. Un toro necesita de 36 a 40 meses para convertirse en un toro de verdad, alcanzando los 400 o 420 kilogramos. Ese toro tenía un precio de 30,13 pesos el kilogramo. Nos dio entre 12.000 y 14.600 pesos, no más. Y tenemos que darle comida durante casi cuatro años para que alcance ese peso. Sin embargo, el año pasado vendí un cerdo en 86.000 pesos y lo engordé sólo durante cuatro o cinco meses.

-Simplemente no puede ser.

–Pues sí puede ser. Se lo dice este campesino que está sentado en un taburete. Por suerte, hace aproximadamente un año la uam (Unidad Agrícola Militar) subió el precio del toro y nos paga entre 38.000 o 40.000 pesos. Aún más barato que el cerdo del que te hablé hace un momento. Y eso, tener suerte.

-¿Que afortunado?

–La bolsa del cerdo, mamífero nacional, como dice la canción, está muy alta y la gente se ve obligada a comprar el cerdo por la escasez y necesidades que hay; Además, los revendedores aumentan el valor. Venden sus almas al diablo y están destruyendo al pueblo.

«El otro día vino alguien y me ofreció pagarme 350 pesos la libra. Apenas salió de aquí pedía como 500 pesos por cada libra. Es una vergüenza. La cuenta de los honestos no nos da.

«Y en el caso de la producción de carne vacuna, leche y carne, hay que venderla por el canal; es decir, al Estado. No puedes desviarlo porque sabes a qué te estás exponiendo. Y uno, con casi 70 años en las costillas, no puede exponerse; Todo lo hace por los cauces correspondientes, aunque la ganadería esté devaluada o infravalorada, como ya os dije.

«Y la otra cosa es la delincuencia. Eso hace más daño que la mala gestión y la falta de recursos. Está acabando con la ganadería. Hay que cuidar bien a los animales para que no los roben. A veces me levanto por la mañana, reviso y no encuentro a mis toros y me asusto. Y cuando pelean, el perdedor huye y se lleva la valla en la cabeza. ¡Ay madre mía! Y luego uno vuelve a asustarse; Otro problema, cuando nos ponemos a pensar en la valla, es que nos cuesta mucho buscar un pelo de alambre.

–Con todos estos percances es preferible dejar la ganadería.

–Primero usted deja el periodismo que yo dejo la ganadería. Eso es parte de mi vida.

–¿Qué opina del conteo masivo que se realiza en la provincia y el país? ¿Estás listo para que cuenten la masa?

–Ojalá mañana empiecen el conteo en mi finca, para que vean qué es el control. Conozco a mis vacas por dentro y por fuera. Me paro frente al corral, los llamo y vienen todos, las preñadas de un lugar y las paridas de otro. Todos tienen su nombre. Tengo 18 vaquillas, 36 vacas, 44 toros, según mi memoria y también en el papel.

–¿Tus mayores tesoros?

–Mis tres yeguas, el caballo; mi familia, la silla, el lazo, la raja puyón y el machete.

 
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