Libro para niños del pueblo Inga en Putumayo – .

Los indígenas Vanessa Tisoy Tandioy, Sandra Tisoy Tandioy y Muskuy Tisoy Tandioy, de la comunidad Inga de Santiago, Putumayo, en la búsqueda de fortalecer los valores culturales que se están perdiendo en su pueblo, decidieron recopilar parte del legado. en cuentos para niñas y niños.

“Hemos elegido a los niños como uno de los pilares fundamentales, ya que son ellos quienes heredan todos los conocimientos de los mayores de nuestra comunidad. Esperamos que este libro te permita fortalecer los cuentos en tu vida diaria, en tu vida y en tu familia”, afirma Sandra Tisoy, autora de esta obra.

Tomada por: Jorge Bravo y proporcionada por Sandra Tisoy

Según sus autores, este libro pretendió ser un tesoro que acompañe el proceso de vida de las personas que puedan tenerlo en sus manos. Los autores esperan que al leerlo recibas la magia del Valle de Sibundoy, la fuerza de la medicina, la espiritualidad y el pensamiento en el cuidado de la tierra.

“Nosotros los autores somos de una familia de la medicina, del cuidado de las plantas medicinales, del cuidado de la finca y del cuidado de la vida misma. Esa motivación que nos ha inculcado nuestra familia ha sido el motor para ver el territorio como lo que somos, como guardianes de este lugar y esa inspiración nos unió para escribir algo que se pueda tener en casa”, dijo Sandra Tisoy.

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El Valle de Sibundoy se inspiró en los colores de sus paisajes, la comunidad, la música, la medicina, el arte y las montañas, para escribir las tres historias que se cuentan en el libro. Las historias están escritas en inga, kichwa y español, para que puedan leerse y sentirse en esos tres idiomas. El propósito es que el mensaje trascienda y llegue a todas las personas.

“La idea de llevarlo a un libro era dar un mensaje breve pero profundo en la vida, el corazón y el espíritu de cada lector, sea grande o pequeño. Con mis hermanas Muskuy y Vanessa intentamos hacer una recopilación de las historias que nacían de la palabra, de la tradición oral que se compartía en nuestra familia y en la comunidad, y que eran visiones que se podían obtener a partir del ritual y estar cerca del tulpa con medicina de yagé, escuchar a las abuelas y abuelos en la finca”, dice Sandra Tisoy.

Tomada por: Leidy Ochoa y suministrada por: Sandra Tisoy

La construcción de esta memoria

El proceso de construcción de los cuentos tomó cuatro años, pero tuvo un formato digital hace dos años, que contó con ilustraciones de Jeisson Castillo y el apoyo en maquetación y diseño de Manuela Mejía,

Asimismo, contó con la ayuda de Asunción Agreda y Sandra Tisoy en la traducción al idioma inga y de Illapa Taruka Ruíz Erazo en el idioma kichwa.

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“Dijimos como autores que esto era un sueño hecho realidad para toda la comunidad indígena Inga. Esta memoria que se plasma en los tres cuentos sirve para fortalecer a la comunidad, esperamos que sean leídos y transmitidos a las diferentes generaciones, las que están ahora y las que vendrán”, afirma Sandra Tisoy.

Del valle de Sibundoy a la FILBo

Tomada por: Jorge Bravo y proporcionada por: Sandra Tisoy

Con el apoyo de la organización ambientalista Censat Agua Viva, el libro fue exhibido durante la Feria del Libro de Bogotá, como una invitación a seguir escuchando a las abuelas y abuelos alrededor del tulpa, leyendo el mensaje que da el fuego y contribuyendo a la tradición oral de seguir compartiendo la sabiduría que existe en las comunidades indígenas del departamento.

“Para nosotros esto es como un gran tesoro. Las historias lo cuentan, hablamos de las piedras sagradas, el tulpa, la medicina, los taitas sabios y la chagra. Todo lo que hay aquí es lo que queremos compartir, para que conozcan y sepan de la magia espiritual que somos y de la magia que nos rodea”, dijo Sandra Tisoy.

Tisoy agrega que “a partir de estas lecturas abracemos y agradezcamos a la Madre Naturaleza y sigamos haciendo ofrendas a los dadores de vida, al agua, a la tierra, al aire, al fuego, al amor, y también al territorio y al departamento”. . De alguna manera lo que se capta aquí es que reconocemos la magia espiritual como humanos y desde ahí seguimos ofreciendo”.

 
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