La inagotable franquicia de James Bond

La inagotable franquicia de James Bond
La inagotable franquicia de James Bond

Después de siete décadas de funcionamiento exitoso, uno tiene derecho a preguntarse por qué James Bond sigue acaparando la atención. atencion publica y de lo gigantesco y nunca saciado industria del entretenimiento. Y desde 1953, la franquicia que inició Ian Flemingun ex agente de inteligencia naval británica que pretendía ocupar su tiempo libre escribiendo novelas de suspense en el entorno privilegiado de su finca jamaicana, se ha convertido en un vena autentica.

Sólo los libros que firmó (12 novelas y dos colecciones de cuentos) han vendido más de 100 millones de copias; Pero el James Bond de Fleming no es el único Bond: a lo largo de los años, y con el respaldo de Ian Fleming Publications, el gestor de los derechos literarios, se han publicado decenas de novelas de Bond de autores como Kingsley Amis (seudónimo), John Gardner, Sebastian Faulks o William Boyd. El mismo gerente se ha ocupado de secuelas, precuelas y otros subproductos literarios bondianos. Hasta Señorita dineropennyLa secretaria ignífuga de M, tiene su propia serie.

Sin embargo, no hay duda de que la difusión universal del muy versátil Agente secreto británico del MI6 se debe, sobre todo, a la llamada canon de bonosconstruido a partir de la 25 películas de la productora EON, fundada por Albert compartimento Broccoli y Harry Saltzman en 1961, y a la que hay que sumar dos películas más: la primera Casino Real (1967), producido por Charles K. Feldman, y Nunca digas nunca (1983), del productor Kevin McClory. Este último, que denunció a Fleming por plagio, fue, además de instigador de larguísimos procesos contra Saltzman y Broccoli, el causante de los tremendos dolores de cabeza que amargaron los últimos años del escritor.

aire familiar

El éxito de canon de bonos tiene mucho que ver con la creación de un equipo solido lo que daba a sus productos un evidente parecido familiar. Ese equipo inicial, presidido por los dos productores y con base en los estudios de Pinewood en Londres, incluía técnicos y creadores, como el diseñador Ken Adam, autor de interiores futuristas; el guionista Richard Maibaum, que supo adaptar las novelas de Fleming; el compositor Juan Barryautor del identificable Tema de James Bond; el director de fotografía Ted Moore; el revolucionario editor Peter Hunt, o el legendario diseñador de títulos Maurice Binder. Sin olvidar, por supuesto, a Joe Caroff, quien transformó el 7 de 007 en la silueta de una luger, creando así uno de los logos más reconocibles del siglo XX.

Él El secreto de la validez del Vínculo cinematográfico. Es su capacidad camaleónica para adaptarse a los cambios en el entorno social, ideológico, moral y tecnológico. 007 contra el Dr. No (1962) sigue siendo una película con el Guerra Fría como telón de fondo (se estrenó durante el crisis de los misiles cubanos). A partir de ahí, en cada una de las siguientes películas cuestiones como la obvia La pérdida del poder imperial de Gran Bretañalas relaciones competitivas entre agentes angloamericanos, el despertar de la conciencia afroamericana (con la Panteras Negras y el blaxploitación), el caída de la URSS y el auge de las tecnologías informáticas y su globalización; hasta llegar, en las últimas películas, a referencias a la liberación femenina y para cambio climático.

Los fijos (discontinuos)

El primeras películas de james bond También tenían un elenco de reparto estable. dineropennyLa inefable secretaria de M, estuvo dirigida por la maravillosa Lois Maxwell hasta Una vista para matar (1985); M, el jefe del MI6, ha tenido 4 avatares: Bernard Lee, Robert Brown, Judith Denchquien rompió el techo de cristal y desempeñó el papel hasta la muerte de su personaje en caída del cielo (2012) y, finalmente, Ralph Fiennes. Otro fijo es Q, el jefe de la división de investigación del MI6, encargado de proporcionar a Bond los cachivaches y cachivaches que 007 se empeña en destruir en sus misiones: su mejor intérprete fue Desmond Llewelyn, que fue Q en una veintena de películas. Por cierto, el artilugio que se ofrecen a Bond, casi siempre al inicio de sus aventuras, tienen una clara función chejoviana: los espectadores esperan que su héroe los haga trabajar a lo largo de la película, e incluso disfruten de las repetidas potlatch de su destrucción ritual: incluso lo increíble Aston Martin con los que viaja el héroe se convierten en pura chatarra para disfrute de quienes nunca pudieron adquirirlos.

En cuanto a las preferencias de Ian Fleming, le hubiera gustado que su personaje se pareciera más a David Niven o Cary Grant en las películas.

A lo largo de las siete décadas en las que canon cinemático El personaje de James Bond ha sido interpretado por seis actores: sean Connery (6 películas para EON y 1 para McClory), George Lazenby (1), Roger Moore (7), Timothy Dalton (2), Pierre Brosnan (4) y Daniel Craig (5). Los fanáticos de Bond siguen discutiendo sobre las cualidades de cada uno; La mayor rivalidad (la llamada “guerra Bond”) es la que existe entre los partidarios de Connery y los partidarios de Moore. Mi favorito, sin embargo, es, con diferencia, Daniel Craig.

En cuanto a Las preferencias de Fleminghay que decir que le hubiera gustado que su personaje se pareciera más David Niven oa Cary Grant: nada que ver con esa especie de sátiro libidinoso con pelos en el pecho y aire de aficionado al culturismo que era entonces el escocés Sean Connery. Eso sí, a pesar de sus preferencias, Connery y Fleming acabaron siendo buenos amigos, entre otras cosas porque el escritor admiraba –y envidiaba– su personaje cinematográfico: lujo, mujeres, alcohol, casinosbuen humor, acción y triunfo.

Avatares de bonos

sean Connery ha sido el más Bond políticamente incorrecto de todo, entre otras cosas porque el convencional era mucho. Ella les dio una palmada en el culo a las chicas. curado a las lesbianas, como lo hizo en Dedo de oro con Pussy Galore, a quien obligó a meterse en un pajar; Por cierto, la homófoba Fleming estaba convencida de que las lesbianas lo eran porque aún no habían conocido al hombre adecuado. El Bond de Connery, además, era algo racista (Yo sospechaba de las personas de piel oscura, así como de los asiáticos y algunos centroeuropeos).

La homofóbica Fleming estaba convencida de que las lesbianas eran lesbianas porque aún no habían conocido al hombre adecuado

Aparte de algunos retornos no particularmente memorables de Connery (que había multiplicado por diez su salario de Dr. No), otros Bonds menos notables fueron George Lazenby en En el servicio Secreto de su Majestad (1969), cuyo único interés residía en que 007 se casaba por primera y única vez con una dama a quien el villano asesinaba continuamente. Posteriormente, después de las siete películas de Roger Moore -un Bond tan elegante e irónico que, poco a poco, acabó siendo una parodia un tanto divertida del original-, le llegó el turno a Timothy Daltonun 007 más duro, poco mujeriego y deliberadamente carente de humor e ironía.

El penúltimo bono fue Pierce Brosnanun 007 menos acosador y supremacista que tuvo que lidiar no solo con el M de Judith Dench (una jefa feminista que le llamó dinosaurio misógino y sexista), pero con villanos de un mundo en el que no había patrias claras y dominaban las tecnologías más letales.

El último avatar de Bond (de momento: Barbara Broccoli, hija del fundador y su medio hermano Michael Wilson, todavía piensan en cómo continuar) ha sido Daniel Craig. Además de ser el primer Bond rubio, es un asesino muy violento, un auténtico maquina de matar que actúa como extremo patriotismo. Pero, inusualmente, es un Bond vulnerable.se enamora perdidamente, por primera vez en su vidade la inestable y ambigua Vesper Lynd (Casino Real, 2006), y la ve morir en sus brazos-; Lo torturan casi hasta la muerte, lo dan por muerto (Quantum de consuelo, 2008) y acaba teniendo que volver a realizar las pruebas para ser readmitido en el MI6 (caída del cielo, 2012); Lleva a M (Dench, con quien tiene una relación tensa) a Escocia para luchar contra el archivillano Silva (Javier Bardem), y allí muestra vestigios de su infancia, antes ver morir a m.

Ahora sabemos que Bond también era un niño. En la última película (No hay tiempo para morir, 2021) Bond es, más que nunca, y según su director, Cary Fukunaga, un animal herido y sin ayuda, pero tiene una hija y, finalmente, muere por ella. Sí: bono muere. Pero al final nos dicen que volverá. Esperaremos.

Taschen tiene en su catálogo un auténtico bondopedia (en Inglés). al exhaustivo Los archivos de James Bondque contiene cientos de fotografías y textos de cada una de las películas del canon, recientemente se ha añadido el completísimo James Bond, Dr. No, con la información más completa sobre el rodaje de la mítica primera película de la saga. La mala noticia son los precios: el primero (648 páginas, 3,8 kilos de peso) cuesta 75 euros; del segundo hay dos ediciones “para coleccionistas”: a 1.500 y 750 euros respectivamente.

El novelas flamencas (ahora censurado y purgado de los aspectos menos políticamente correctos) ha sido reeditado por Roca en edición de bolsillo. La última – y mejor – biografía del autor de Bond es Ian Fleming, el hombre completode Nicholas Shakespeare (846 páginas, Harvill Secker, £ 30).

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV un puente cultural une Buenos Aires y Lisboa – .
NEXT 20 ideas concretas para el desarrollo de Turrialba, sugiere Walter Coto en su nuevo libro – .