Felipe VI jura la bandera y renueva su lealtad a España con la princesa Leonor como testigo

El Rey, acompañado de la reina Letizia, encabezó un acto solemne en el que se rindió homenaje a la clase que le acompañó en 1984, cuando finalizó su formación militar.

La casualidad es que Felipe VI vuelve a dar ejemplo a la princesa Leonor. El Jefe de Estado se reunió este sábado con su ascenso de la Academia General Militar, el XLIV, para renovar su juramento a la Bandera, cuando se cumplen 40 años desde que besó por primera vez la bandera nacional cuyo escudo había tejido la reina María Cristinaviuda de Alfonso XII, tatarabuelo de Felipe VI. Es la misma bandera que besó en 2010, cuando se cumplían 25 años de su primera toma de juramento, y a la que la Princesa de Asturias juró lealtad el pasado mes de octubre tras ingresar en la Academia General Militar.

Eran las once y media de la mañana cuando los reyes Felipe y Letizia llegaron al patio de ‘la General’, donde ya esperaban formados los cadetes, entre los que se encontraba la princesa Leonor, y los 200 compañeros de don Felipe. Cada uno de ellos dispuestos en una esquina de la plaza de acceso a la Academia. Felipe VI, con uniforme de capitán general, fue recibido por el director general de la Academia, Manuel Pérez López, acompañante así como promoción de Don Felipe, quien también juró la bandera este sábado.

Los Reyes fueron colocados en el palco de autoridades para recibir honores militares y, a continuación, Felipe VI revisado tropas para unirse a sus pares en formación. Luego dio paso a la ceremonia de juramento. Don Felipe, como ocurrió durante su primera juramentación y en el 25 aniversario, fue el primero en besar la bandera nacional entre aplausos de los presentes y ante la mirada de su hija, quien cursa el primer año de entrenamiento militar en el General . . El padre se ha convertido, con el ejemplo, en el mejor guía de su hija.

La princesa Leonor no ocupó lugar junto a sus padres y ha permanecido en el mismo lugar que los 800 cadetes con los que comparte Academia, colocados en formación para seguir el acto desde el patio central. Un hecho protocolar que se ha repetido en los diferentes actos que padre e hija han compartido desde que la Princesa de Asturias inició su entrenamiento militar.

Miguel Ángel Cano Rodríguez.Un soldado de la reserva y profesor de Protocolo, explica a EL MUNDO en qué consiste la ceremonia de rejuramento: “Las clases de veteranos se reúnen en el Patio de Armas de la Academia para renovar su juramento de fidelidad a la Bandera. Lo hacen con el corazón lleno de emoción, ante la misma Bandera que besaron en su juventud, y lo hacen en compañía de los nuevos ascensos, creando así un vínculo profundo con el “Espíritu del General”. Para los ascensos que renuevan su juramento, es el reencuentro. con sus compañeros, para volver a sentir el compañerismo y la complicidad que compartieron durante su formación, pero también es el momento de recordar a quienes ya no están entre ellos.

Además, la promoción XLVI es bastante especial, ya que todos los que formaron parte de ella siguen activos. Los actos de rejuración suelen celebrarse en un ambiente bastante familiar, pero esa condición y la presencia del monarca, lógicamente, ha potenciado la magnitud del evento. Esta generación destacó en la etapa de Transición, concretamente en su despliegue en la Guerra de Bosnia, bajo el mandato de los cascos azules de la ONU y posteriormente de la OTAN.

Estos 200 compañeros, bajo la atenta mirada del monarca, uno a uno, han ido besando la bandera para reafirmar su compromiso con España. Entre ellos. También han prestado juramento las viudas de los nueve miembros fallecidos de la promoción, entre las que se encuentran el coronel de ingenieros, José Manuel Júdez Alejandre, y un comandante de la Guardia Civil fallecido en un acto de servicio.

Tras el juramento, el Teniente General Francisco Javier Marcos Izquierdo, proclamó un discurso en el que destacó la importancia de mantener el compromiso con España y recordó algunos de los momentos que vivieron en Zaragoza cuando completaban su formación. “Recuerdo aquellos sábados por la tarde en los que, tras superar los retos de la semana, nos íbamos a Zaragoza a desconectar y pasar un buen rato”. En su declaración se dirigió a los cadetes para tomar ejemplo de su promoción y expresó que “cada uno de nuestros besos ha quedado grabado en la bandera de España para siempre”.

El director de la Academia General Militar, Manuel Pérez LópezTambién pronunció unas palabras en ese sentido, en las que destacó el valor de la promoción de 1984.

Para concluir el acto se rindió homenaje a los caídos y los cadetes desfilaron al son del himno de la Academia.

Felipe VI prefirió no tomar protagonismo en el acto, por lo que al finalizar el mismo abandonó el patio central sin pronunciar discurso.

 
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