Los cambios que puedes experimentar son varios.
Se habla mucho de los cambios que la actividad física puede provocar en tu cuerpo, algunos de ellos visibles, como la tonificación o la pérdida de grasa, y otros no tan evidentes pero igual o más importantes.
El deporte es salud y mantener una rutina regular de actividad física es una clave preventiva vital para afrontar las enfermedades.
Aunque al principio puedas sentir fatiga y agotamiento muscular, pronto experimentas sensaciones positivas que te llenan de energía y te animan a continuar con el desafío. Se activan tus músculos, así como la circulación y la oxigenación, y segregas hormonas que te hacen sentir bien.
Además, el ejercicio ayuda en la tarea de mantener un peso saludable, reduce el estrés y mejora la salud mental, entre otras ventajas. Por eso es importante encontrar maneras de mantenerse activo y estimulado mentalmente, incluso cuando no tenga la capacidad de realizar una actividad como antes.
Una de las mejores formas de prevenir los efectos negativos de dejar de hacer ejercicio es optar por realizar actividades menos extenuantes como caminar, nadar o andar en bicicleta.
¿Qué pasa si dejas de hacer ejercicios?
Pérdida de masa muscular
Cuando se abandona el ejercicio físico, el cuerpo pierde masa muscular y se debilita. Esto puede dificultar la realización de las tareas cotidianas y también puede aumentar el riesgo de lesiones.
ganar peso
El ejercicio físico regular ayuda a quemar calorías y mantener un peso saludable. Al descuidarlo se puede ganar peso y aumentar el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Mayor riesgo de enfermedades crónicas.
Cuando se trata de reducir el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer, el ejercicio físico es un buen aliado. Dejar de hacer ejercicio aumenta las posibilidades de contraer estas enfermedades y puede disminuir la calidad de vida.
Bienestar mental reducido
El ejercicio físico es una forma importante de reducir el estrés y mejorar el bienestar mental. Cuando dejamos de hacer ejercicio, podemos experimentar un aumento del estrés, la ansiedad y la depresión.
Pérdida de flexibilidad y movilidad.
La actividad física también ayuda a mantener la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones y los músculos. Si lo abandonamos, podemos experimentar una pérdida de flexibilidad y movilidad, lo que puede dificultar la realización de las actividades diarias.
