Para prevenir la enfermedad es muy importante eliminar los factores de riesgo que predisponen a padecerla. Conoce más en esta nota
Cada año, aproximadamente 4 mil personas en Argentina reciben el devastador diagnóstico de cáncer de vejiga. Este tipo de cáncer se posiciona como el quinto más frecuente entre los hombres, con 2.955 nuevos casos anuales, y el decimoquinto entre las mujeres, con 830 diagnósticos al año. Estas cifras revelan una realidad preocupante y subrayan la importancia de abordar esta enfermedad de manera integral y oportuna.
En el marco del Día Mundial del Cáncer de Vejiga, especialistas y profesionales de la salud lanzaron un llamado urgente para generar conciencia sobre esta enfermedad y la necesidad de detectarla en sus etapas iniciales. Es fundamental comprender los síntomas y factores de riesgo asociados al cáncer de vejiga para poder abordarlo de forma eficaz.
¿Qué es el cáncer de vejiga?
La enfermedad suele comenzar en las células uroteliales que recubren el interior de la vejiga. Estas células también se encuentran en los riñones y en los uréteres, los conductos que conectan los riñones con la vejiga. Aunque el cáncer urotelial puede desarrollarse en los riñones y los uréteres, es mucho más común en la vejiga.
La mayoría de los casos de cáncer de vejiga se diagnostican en etapas tempranas, cuando la enfermedad es altamente tratable. Sin embargo, incluso después de un tratamiento exitoso, existe la posibilidad de que el cáncer de vejiga reaparezca en el paciente. Por esta razón, las personas diagnosticadas con cáncer de vejiga a menudo se someten a pruebas de seguimiento durante varios años después del tratamiento para buscar signos de recurrencia.
Cómo se manifiesta el cáncer de vejiga
Sangre en la orina, micción frecuente, dolor al orinar, infecciones urinarias, obstrucciones urinarias y molestias en la espalda o pelvis son algunas de las posibles manifestaciones del cáncer de vejiga.
Los especialistas han destacado la importancia de prestar atención a estos síntomas y signos, ya que podrían ser indicativos de la presencia de esta enfermedad. La detección temprana y el tratamiento oportuno no sólo mejoran significativamente el pronóstico, sino que también son esenciales para el bienestar general del paciente. Por lo tanto, es fundamental consultar con su médico de cabecera si presenta alguno de estos síntomas.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo para desarrollar cáncer de vejiga, hay algunos modificables, como fumar, y otros que no lo son, como antecedentes familiares de cáncer de vejiga, haber estado expuesto en el trabajo a pinturas, metales o productos derivados del petróleo, haber recibido radioterapia. a la pelvis o ciertos medicamentos utilizados en la terapia contra el cáncer, y beber agua de un reservorio con altas concentraciones de arsénico, entre otros.
Tratamientos para el cáncer de vejiga: exploración de las opciones
El abordaje del cáncer de vejiga implica una variedad de tratamientos adaptados a las características individuales de cada paciente, como el tipo de cáncer, su grado y estadio, así como la salud general y las preferencias de tratamiento del paciente.
Cirugía:
Resección transuretral de tumores de vejiga: un procedimiento que permite la extirpación de cánceres en las capas internas de la vejiga mediante un instrumento eléctrico.
Cistectomía: consiste en la extirpación total o parcial de la vejiga, que puede incluir la extirpación de otros órganos cercanos afectados por el cáncer.
Derivaciones urinarias: En casos específicos se pueden crear conductos ileales o reservorios urinarios para facilitar el drenaje de la orina.
Quimioterapia:
Quimioterapia intravesical: se utiliza para tratar cánceres confinados al revestimiento de la vejiga, reduciendo el riesgo de recurrencia.
Quimioterapia sistémica: administrada en todo el cuerpo para aumentar las posibilidades de curación, especialmente después de una cirugía o como tratamiento primario en determinadas circunstancias.
Radioterapia:
Se utiliza para destruir células cancerosas, principalmente cuando la cirugía no es factible o no se prefiere.
Inmunoterapia:
Activa el sistema inmunológico del cuerpo para combatir las células cancerosas, ya sea localmente en la vejiga o sistémicamente en todo el cuerpo.
Terapia dirigida:
Destinado al tratamiento del cáncer avanzado cuando otras opciones han demostrado ser ineficaces, apuntando a debilidades específicas de las células cancerosas.
En determinados casos, se pueden recomendar tratamientos combinados, como radioterapia junto con quimioterapia, para maximizar la eficacia del tratamiento. Es crucial que el plan terapéutico sea discutido en profundidad entre el paciente y su equipo médico, considerando las particularidades de cada situación para garantizar el mejor resultado posible en la lucha contra el cáncer de vejiga.
