Enfermedad cardíaca que está aumentando entre los jóvenes (y no es benigna como se creía anteriormente)

Enfermedad cardíaca que está aumentando entre los jóvenes (y no es benigna como se creía anteriormente)
Enfermedad cardíaca que está aumentando entre los jóvenes (y no es benigna como se creía anteriormente)

La fibrilación auricular (FA), la arritmia más común en personas mayores, aparece cada vez con más frecuencia en personas más jóvenes, en quienes también puede provocar graves consecuencias. Así lo confirma la experiencia de los cardiólogos y lo corrobora un estudio reciente realizado en Estados Unidos.

Esta cardiopatía, que aumenta el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, se ha convertido en el tipo de arritmia más tratada en los hospitales españoles y su crecimiento está superando todas las expectativas. “Se habla de que dentro de 10 o 20 años podría producirse una auténtica epidemia de FA”, afirma Ignasi Anguera, director de la unidad de arritmias del hospital de Bellvitge.

Ignasi Anguera: “La FA puede convertirse en una auténtica epidemia en 10 o 20 años”

La FA es una arritmia, es decir, una alteración del ritmo cardíaco. Esta condición, que aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular, históricamente se ha asociado con la edad y se ha considerado que en pacientes jóvenes no era un factor en el desarrollo de otras patologías. Un estudio del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh con datos de más de 67.000 personas tratadas, una cuarta parte menores de 65 años, concluye que estos pacientes tienen un riesgo significativamente mayor de hospitalización por insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio que las mujeres. Personas sin fibrilación auricular.

El hallazgo es alarmante, en el sentido de que cada vez hay más casos de FA en todos los grupos de edad, especialmente entre los jóvenes, confirma Ivo Roca, jefe de sección de arritmias del Hospital Clínic de Barcelona. En su opinión, varios factores explican esta extensión: “En primer lugar, todo el mundo está más alerta para detectarla, porque lo que se pensaba que era una arritmia benigna ahora se ve grave. Como contamos con nuevos instrumentos de detección, cada día estamos haciendo gritando en pacientes más jóvenes. Seguramente no hay más, pero lo detectamos antes”.

Latidos cardíacos rápidos, el síntoma más común de la FA

LV

Por otro lado, la FA forma parte del grupo de enfermedades causadas en cierta medida por factores de riesgo cardiovascular. “La dieta ha provocado que la obesidad aumente en nuestro entorno, como ocurrió hace años en EE.UU. entre los jóvenes”, razona el cardiólogo.

Según los expertos, otro fenómeno que explica el aumento de la prevalencia de FA entre los jóvenes son los relojes inteligentes, capaces de realizar electrocardiogramas con gran precisión y hacer sonar la alarma. Así, se han detectado muchos casos de FA asintomática o con síntomas leves: palpitaciones o taquicardia.

Según el Dr. Anguera, es un detalle característico el hecho de que la FA afecte a un subgrupo de pacientes jóvenes sin otras enfermedades cardiacas (fibrilación auricular aislada). El aumento de casos responde a la facilidad de detección y a la existencia de factores desencadenantes muy destacados: hipertensión arterial, consumo excesivo de alcohol, apnea del sueño, obesidad o sedentarismo. Hasta hace unos años otras arritmias eran más frecuentes, ahora la FA es la número uno y crece sin frenos. “El aumento de la incidencia siempre es más importante de lo esperado, cada vez se superan las previsiones en el número de pacientes que estamos atendiendo. Se habla de que podría convertirse en una auténtica epidemia dentro de 10 o 20 años”, afirma el cardiólogo.

Dieta, hipertensión, sedentarismo, apnea del sueño o alcohol, factores desencadenantes.

Está demostrado que el deporte es cardioprotector. Aunque, paradójicamente, si se practica en exceso puede convertirse en un desencadenante de FA, y este exceso suele ser realizado por personas jóvenes. “Existe un subgrupo de individuos que realizan ejercicio de alta intensidad durante muchas horas en entrenamiento y competición”, afirma Anguera. Esta práctica provoca un aumento de la frecuencia cardíaca que provoca anomalías en el músculo cardíaco (fibrosis) y con el tiempo aumenta significativamente las posibilidades de desarrollar una arritmia.

Ante el aumento de casos y la constatación de que también pueden desencadenar graves consecuencias en los jóvenes, es necesaria la prevención, Anguera invoca: “Es importante porque los jóvenes tienden a pensar que están libres de riesgos cardiovasculares y hay cierta pereza. Hay que tener un buen control de la hipertensión, realizar ejercicio físico moderado y regular, controlar el peso y tratar la apnea del sueño. A los jóvenes les resulta difícil hacerse cargo, pero tienen que hacerlo”.

Hay solución: prevención y detección temprana

La parte positiva en la dinámica de crecimiento y extensión de la fibrilación articular es que responde claramente a la prevención y el tratamiento es altamente eficaz si se realiza en fases iniciales, de ahí la importancia de su detección precoz. Prevención, acorde con la salud cardiovascular: hábitos de vida saludables, dieta mediterránea, práctica deportiva regular y moderada, control de la obesidad, la hipertensión y la apnea del sueño. “En caso de duda, consulta precozmente a tu médico”, prescribe Ivo Roca: “Si dejamos la FA sin tratamiento, puede progresar a insuficiencia cardíaca o ictus cerebral. Si se detecta, existe un tratamiento preventivo, la ablación cardíaca con catéteres, un procedimiento mínimamente invasivo que elimina el foco de la arritmia. Si se hace temprano, la tasa de éxito a largo plazo es del 80%”.

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