Desminado humanitario en Colombia, un error podría ser el último

Desminado humanitario en Colombia, un error podría ser el último
Desminado humanitario en Colombia, un error podría ser el último

Por Ovidio Castro Medina |

El Carmen de Bolívar (Colombia) (EFE).- Los Montes de María, en el Caribe colombiano, fueron un campo de batalla en los años 90 en el que las FARC y los paramilitares utilizaron minas antipersonal para acorralar y someter a más de 2,5 millones de personas que vivían a través de años de violencia.

Sin embargo, estos pobladores comenzaron una nueva vida luego de que la región fuera declarada libre de estos artefactos, una tarea en la que no hay margen de error para los desminadores.

Arriesga tu vida para salvar a otros.

Así lo reconoce a Efe la Marina Eider Orozco, del Batallón de Desminado y de Ingenieros Anfibios de la Armada de Colombia, quien ha dedicado los últimos 15 años a esta labor en la que trabaja con la precisión de un cirujano.

Orozco sabe lo peligroso que es su trabajo, pero renueva su ánimo cada vez que ve las caras felices de los lugareños que valoran su sacrificio para evitar las minas, aún a riesgo de perder sus propias vidas.

Viste un uniforme caqui sobre el que luce un chaleco azul confeccionado con telas especiales y reforzado con sábanas que lo protege de posibles explosiones de minas antipersonal y otros artefactos “plantados” por grupos guerrilleros y paramilitares.

Fotografía del 2 de mayo de 2024 proporcionada por la Armada de Colombia que muestra a un miembro del Batallón de Desminado de la Armada de Colombia, mientras participa en un ejercicio de desminado en Carmen de Bolívar (Colombia). EFE/ Armada de Colombia

De su brazo sale un detector de metales, como una extensión, y su rostro está protegido por una visera anti-esquirlas. Nada de lo que lleva puesto lo despoja, no importa que el termómetro marque más de 35 grados centígrados, la temperatura promedio de la región.

Colombia es, después de Afganistán, el país más afectado por las minas. De los 9,4 millones de personas inscritas en el Registro Único de Víctimas (RUV), hay 12.228 por Minas Antipersonal, Municiones Sin Explotar y Artefactos Explosivos Improvisados.

“Me gusta lo que hago”, afirma Orozco, y recuerda que su mayor satisfacción es ver a los agricultores moverse sin miedo a caer en un campo minado en esta zona del país en la que la tierra devuelve al agricultor buenas cosechas de yuca. batatas. , aguacate, cacao, sésamo, tabaco y maíz.

Endurecido por la violencia

No muy lejos de Infante Orozco se encuentra Irene Niño Cortés, una campesina de 67 años que agradece que la región ya no tenga que preocuparse por las minas antipersonal.

Ella, con una voz suave y a veces difícil de escuchar, sube el tono al recordar que una mina dejó sin una pierna a uno de sus hermanos cuando, siendo jornalero, limpiaba maleza en una finca del departamento de Norte de Santander, una región fronteriza. con Venezuela.

Fotografía del 2 de mayo de 2024 proporcionada por la Armada de Colombia que muestra a un miembro del Batallón de Desminado de la Armada de Colombia, mientras participa en un ejercicio de desminado en Carmen de Bolívar (Colombia). EFE/ Armada de Colombia

“Mi hermano está vivo por la gracia de Dios”, dice la mujer que se salvó de dos masacres perpetradas por paramilitares en el caserío El Salado, a donde llegó huyendo de la violencia en Norte de Santander.

Y, moviendo los brazos para enfatizar, agrega: “Demos gracias a Dios porque llegó el equipo de desminado e hizo un excelente trabajo en los Montes de María para que esos terrenos quedaran libres del peligro de las minas”.

En El Salado, que forma parte del municipio de Carmen de Bolívar, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) perpetraron una masacre entre el 16 y el 21 de febrero de 2000 en la que fueron asesinadas más de 60 personas, por lo que se considerada como la masacre más cruel del país.

Vidas alteradas por las minas en Colombia

José Díaz Hoyos es otra de las víctimas de las minas antipersonal, antes llamadas “rompepiernas”, cuya vida cambió en un segundo en 2005.

Formó parte de un grupo de marinos que buscaban en los Montes de María al exministro Fernando Araújo, quien en ese momento estaba secuestrado por las FARC. “En septiembre de 2005 estaba de patrulla buscando al ministro Araújo y pisé una mina ‘quiebrapatas’. Fue en un abrir y cerrar de ojos”, recuerda.

Díaz, a quien le falta la pierna izquierda, se lamenta en un acto donde se declaró que los Montes de María estaban libres de sospecha de minas antipersonal luego de 15 años de trabajo, que a pesar de que el Gobierno colombiano firmó la paz con las FARC en 2016 , la guerrilla no cumple con el acuerdo porque ha seguido usando minas en otras partes del país.

 
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