Las operaciones ofensivas contra disidencias de las FARC no cesan en la zona montañosa del municipio de Caloto, en el norte del Cauca, luego de los intensos combates reportados entre las Fuerzas Armadas de Colombia y disidencias de las FARC.
Según denuncias de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin), el avance violento entre la Fuerza Pública y los grupos guerrilleros se tornó violento, lo que ha provocado el confinamiento de 82 familias y el desplazamiento de otras 36 familias en la vereda. La Esmeralda.
La asociación dice que el intercambio de disparos ha aumentado el riesgo para la integridad de las comunidades indígenas y campesinas de la región debido a los enfrentamientos. Además, ha exigido el cese inmediato de las hostilidades y ha llamado a respetar el Derecho Internacional Humanitario, protegiendo a la población civil y los bienes comunes, incluidos los lugares designados para asambleas permanentes.
Asistencia
“Hay fuertes enfrentamientos entre el Frente Dagoberto Ramos y el Ejército Nacional en las veredas La Chivera, Los Chorros y Venadillo en el resguardo Huellas, zona montañosa del municipio de Caloto. Los disparos y explosiones ocurren en cercanías de la población civil, poniendo en grave peligro la vida de las comunidades”, comentó Acin.
Asimismo, la asociación ha instado a las organizaciones de derechos humanos a permanecer en alerta y prestar la asistencia humanitaria necesaria a los afectados por el conflicto. La dura situación de orden público se suma a episodios similares de violencia ocurridos el mes anterior, incluido el secuestro de tres personas el 19 de abril, entre ellos dos funcionarios del CTI.
Operación
Y el departamento ha sido protagonista en el último mes debido a los fuertes enfrentamientos entre el Ejército Nacional y los comandados por Iván Mordisco. De hecho, hace apenas una semana, la Fuerza Pública reportó un duro golpe a disidencias en medio de un operativo en la región del Cañón del Micay, en el sur del Cauca, lo que generó polémica en torno a las bajas reportadas.
La respuesta del Ejército Nacional, a través del comandante del Comando Específico del Cauca, general Federico Mejía, ha sido firme, asegurando que las operaciones se basen en fuentes sólidas de inteligencia y humanas.
El general Mejía enfatizó que se trata de delincuentes y que su negativa a aceptar cifras oficiales es comprensible por el impacto desmoralizador que podrían tener en sus filas. “Estamos lidiando con criminales, con violencia”, explicó, refutando las acusaciones de inflar las cifras.
