Piense en los desafíos actuales que presenta la educación – .

La educación es un tema en constante discusión en el que intervienen docentes, no docentes, estudiantes, familias, medios de comunicación, etc. Es de público conocimiento que el sistema educativo se encuentra en una profunda crisis que parece no tener salida. Quienes participan en el proceso de enseñanza y aprendizaje sienten repetidamente que están empujando la piedra de Sísifo hacia la montaña de la burocracia y el desaliento. Esta situación se ve agravada por un contexto social, político y económico que dificulta las propuestas educativas y profundiza la desigualdad social en el acceso a una educación de calidad.

Este contexto se ve acentuado por la vorágine que presenta el mundo globalizado en el que estamos “obligatoriamente” insertados, que nos empuja a vivir hiperconectados virtualmente a través de dispositivos que están a nuestro alcance, ofreciéndonos una fuente inagotable de información. A esto se suman otros factores como la sobreexposición online y la pérdida de privacidad que afectan a la autonomía y la individualidad.

Nuevas líneas de pensamiento

Ante este panorama desalentador y sombrío, hay palabras significativas que condensan la sabiduría de quienes intentan proponer nuevas líneas de pensamiento. Este es el caso del filósofo contemporáneo Byung-Chul Han, destacado filósofo surcoreano-alemán nacido en Seúl en 1959 cuya obra se centra en cuestiones relacionadas con la sociedad, la cultura y la tecnología en la era digital.

Han es reconocido por su análisis social del desempeño y la productividad. Advierte sobre problemas como el exceso de positividad, la excesiva dependencia de la tecnología, la sociedad de la transparencia y la vigilancia y la falta de contemplación en la educación. De esta manera, ofrece una perspectiva sobre los desafíos de la sociedad contemporánea que claramente tienen un impacto en el sistema educativo.

Se presenta entonces un nuevo enfoque que llama a repensar prioridades, prácticas y valores en la enseñanza y el aprendizaje, buscando un equilibrio entre eficiencia y reflexión, productividad, contemplación, tecnología y conexión humana.

En un mundo cada vez más diverso, es crucial que los programas educativos promuevan el respeto a la diversidad y la inclusión, contribuyendo a la formación de ciudadanos tolerantes, flexibles y abiertos a la incertidumbre propia de nuestro contexto. La educación también debe preparar y promover el desarrollo de habilidades para la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la colaboración. En este sentido, se requiere una revisión exhaustiva de los planes de estudio y las prácticas pedagógicas para garantizar que la educación sea relevante y significativa en el mundo actual.

Por Jorge Bernat, Analía Pastor y Ana Laura Garcés
Profesores IN.ES Dra. Carmen Peñaloza

 
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