Día Internacional de los Trabajadores
1 de mayo de 2024
Queridos hermanos:
Con motivo de la fiesta de San José Obrero – “un carpintero que trabajó honestamente para asegurar el sustento de su familia” (patricia corde 6) – y de la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, vale recordar que “el trabajo es uno de estos aspectos, perenne y fundamental, siempre actual y que exige constantemente una atención renovada y un testimonio decidido. Porque siempre surgen nuevas preguntas y problemas, Siempre nacen nuevas esperanzas, pero también nacen miedos y amenazas relacionadas con esta dimensión fundamental de la existencia humana” (Ejercicios de laborem1).
No olvidemos que no hay peor pobreza que la que nos priva del trabajo y de la dignidad del trabajo. Por eso, siempre debemos recordar y exigir la dignidad y los derechos de los trabajadores, porque “en una sociedad verdaderamente desarrollada, el trabajo es una dimensión inalienable de la vida social, ya que no es sólo una forma de ganarse el pan, sino también un canal de crecimiento personal, establecer relaciones sanas, expresarse, compartir dones, sentirse corresponsable del mejoramiento del mundo y, en definitiva, vivir como pueblo (Fratelli tutti162).
Un trabajo digno es, ante todo, un trabajo en el que los trabajadores son cuidados, favoreciendo la conciliación de su vida personal, familiar y laboral. Debemos buscar, a través de un gran pacto social, las condiciones que hagan posible que la salud laboral sea un derecho fundamental de todos los trabajadores y una prioridad en cualquier entorno. Un trabajo que cuida, respeta la dignidad, garantiza los derechos y motiva la responsabilidad y la creatividad profesional.
Con San José, en su corazón de padre trabajador, nos comprometemos a cuidar integralmente el trabajo, como deber y derecho, como don de Dios, para que sea verdaderamente libre, creativo y solidario.
+ Francisco José Prieto Fernández
Arzobispo de Santiago de Compostela
