La Habana/
Según Miriam, pagaron 10.000 dólares canadienses (7.300 dólares estadounidenses) para transportar el cuerpo de su padre, según indicó el consulado de Canadá en La Habana. Sin embargo, a finales de la semana pasada les entregaron los restos de un “ruso de 20 años con varios tatuajes”.
El cuerpo del joven ruso fue enviado a su país, pero hasta el lunes no tenían noticias del paradero de los restos de Faraj Allah Jarjour. Las autoridades consulares de Canadá en Cuba culpan a “la empresa en la isla que coordina el regreso de los restos”, dijo Miriam. La familia del turista de 68 años envió un correo electrónico a funcionarios, incluido un miembro del Parlamento, que se ofreció a contactar a la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly.
Según Miriam, pagaron 7.300 dólares para transportar el cuerpo de su padre, según indicó el consulado de Canadá en La Habana.
La muerte de Faraj Allah puso en evidencia las carencias del Hotel Meliá Varadero, donde la familia había llegado dos días antes para pasar una semana de vacaciones con todos los servicios incluidos, publicó Tijeras en sus redes sociales.
Miriam dijo que el hotel no cuenta con instalaciones médicas, por lo que el cuerpo de su padre fue cubierto y permaneció bajo el sol por más de ocho horas. Además, debido a la falta de transporte, un vehículo trasladó los restos de Faraj Allah a La Habana para su certificación.
El caso de este cadáver perdido ilustra, una vez más, el estado de la industria turística en Cuba, que no levanta cabeza desde la covid-19 y que, sin embargo, sigue teniendo a Canadá como el primer país en número de visitantes extranjeros.
Hasta ahora, la familia de Faraj Allah ha gastado 25.000 dólares canadienses (18.248 dólares estadounidenses) durante todo el proceso, incluidos 15.000 dólares canadienses (10.950 dólares estadounidenses) para los servicios funerarios.
