Lo atacaron a balazos en la calle, está grave y buscan a los agresores

Lo atacaron a balazos en la calle, está grave y buscan a los agresores
Lo atacaron a balazos en la calle, está grave y buscan a los agresores

Todo resulta muy confuso en el último episodio de violencia urbana ocurrido la mañana del miércoles en el barrio Yapeyú, en la ciudad de Córdoba, cuando un joven de 22 años terminó tirado en el suelo con disparos de arma de fuego.

Mauricio Lescano se encuentra hospitalizado en estado grave. La Justicia intenta establecer si había participado en un robo o si escapaba de un agresor por alguna cuenta pendiente.

Minutos antes del tiroteo lo habían visto yendo de puerta en puerta, intentando entrar en cualquier domicilio, según fuentes con acceso al caso.

Portavoces de la investigación se inclinaron, al inicio de las pesquisas, por un aparente “intento de robo” repelido por manos anónimas.

Sin embargo, nadie todavía se atreve a negar que el violento episodio podría estar relacionado con una venganza por otros temas que aún deben ser revelados.

Lescano, según identificaron fuentes policiales, había sido visto desde las 6 de la mañana merodeando por la zona cercana a la calle Panamá al 2000, en el vecino barrio Bajo General Paz, según informaron vecinos.

Luego se habría trasladado al lugar donde resultó herido.

Fue en Panamá a las 29:00 cuando lo vieron frente a unas viviendas.

En ese momento se escucharon los disparos. Ya eran las 7.

El joven quedó tendido en el suelo. Cuando llegó la policía, descubrieron que le habían disparado en las piernas al menos dos veces.

Él mismo fue quien contó lo sucedido: “Me pegaron, me pegaron”, repitió.

Fue trasladado al Hospital de Emergencias, donde le detectaron una herida de bala en la ingle derecha, con orificio de entrada sin salida, otra en rodilla derecha y otra en pierna izquierda, esta última con orificio de entrada y salida.

Lo derivaron a la sala de shock del hospital. Su salud es reservada y los pronósticos no son buenos.

Córdoba. Balacera y un herido en la calle Panamá del barrio Yapeyú. (Ramiro Pereyra / La Voz)

Disturbios en Yapeyú

La escena dejó intranquilo al barrio de Yapeyú. Según sus habitantes, durante las primeras horas de la mañana el barrio se convirtió en un punto muy denso de la Capital, donde “se multiplicaron las emboscadas, los robos y las peleas”.

“Él (por Lescano) caminó por todos los barrios de esta zona. No sabíamos que tenía una ocupación fija, pero tampoco pensábamos que fuera un ladrón. La verdad es que muchos jóvenes han empezado a robar recientemente”, comentó un representante del barrio. Prefería el anonimato.

Su versión no encuentra variaciones en los relatos del resto de sus vecinos, que apenas quisieron opinar.

En los negocios cercanos al lugar donde se escucharon las detonaciones no estuvieron dispuestos a dar demasiados detalles en sus versiones, aunque en varios negocios reconocieron que conocen a “el Mauricio”. “Él todavía iba a la escuela y estudiaba”, dijo un trabajador de un quiosco.

Mientras tanto, la Policía de Córdoba comenzó a trabajar y se desplegó en la zona. Buscaban filmaciones y testigos que pudieran ubicar los pasos previos al ataque que sufrió Lescano.

La pregunta era sólo una: ¿Estaba robando o había sido perseguido con la idea de zanjar alguna “riña” pendiente?

Por este caso aún no hay arrestos ni cargos.

Robos repetidos

Más allá de la preocupación que generó este nuevo incidente policial en el barrio Yapeyú, sus habitantes dijeron que la violencia y los robos comenzaron a multiplicarse. Incluso hay quienes dijeron que “el barrio es muy peligroso, como nunca lo estuvo”.

“Le roban a los profesores del Cenma, a los profesores de la escuela, a los que vienen al Club Yapeyú y a toda la gente que no vive en el barrio. Pero también han comenzado los robos entre los vecinos y esto genera mucha violencia”, dijo un representante de la zona. También aseguró que las bandas de atracadores están integradas por muchachos muy jóvenes. “Empiezan a los 11 años”, dijeron. También aseguró que las bandas de atracadores están integradas por niños muy pequeños. “Empiezan a robar a los 11 años”, dijo.

Y señaló que muchos adolescentes terminan encerrados unos meses y regresan al barrio más violento. “La solución no es enviarlos al Complejo Esperanza. Hay que hacerlos regresar a las escuelas e integrarse a la sociedad, aunque sus familias también estén absolutamente desarmadas”, analizó.

“La verdad es que la zona es cada vez más insegura. Espero que a raíz de estas lamentables situaciones se pueda solucionar o calmar un poco la inseguridad”, concluyó otra fuente consultada, luego de enumerar una serie de problemas relacionados con distintos delitos: robo de celulares, autos y hasta entradas a casas en el vecindario. .

 
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