El primer colegio secundario del Chaco salteño celebra sus 40 años de vida

El primer colegio secundario del Chaco salteño celebra sus 40 años de vida
El primer colegio secundario del Chaco salteño celebra sus 40 años de vida

El colegio secundario 5041 “Virgen de Fátima”, de la ciudad de Coronel Juan Solá, cumple 40 años de existencia y hace unas semanas comenzaron a recordar aquella epopeya que significó la creación de la primera institución de educación secundaria en el Chaco salteño.

Don Cipriano Choque fue uno de los pioneros de aquel maravilloso esfuerzo realizado por una comisión de vecinos de Morillo, y zonas aledañas, para solicitar al entonces gobernador, Don Roberto Romero.

El hombre es uno de los pocos que quedan con vida y lo que dijo don Cipriano ya es un documento que deja constancia de la hazaña de crear una escuela de la nada. El programa “Ronda de Amigos“, que se transmite por FM Encuentro (La Voz Campesina) 89.9, todos los domingos de 11 a 13, conducido por Luis Alberto Palma y coconducido por José Salas, fue el que registró las historias y recuerdos de uno de los fundadores de la institución.

En un extenso reportaje de casi una hora, don Cipriano contó los detalles de cómo se desarrolló el proyecto educativo. Por supuesto, abundaron las anécdotas y recuerdos de un hombre que tiene 80 años.

El criollo recordó que llegó a la estación Morillo en 1980 con el cargo de jefe de estación. Ya contaba con 20 años de servicio en el Ferrocarril y además tenía conocimientos de ser telegrafista, radiooperador y teletipo.

Por supuesto, durante esos años estaba la dictadura cívico-militar, pero en 1983 las autoridades de facto anunciaron el regreso de la democracia con elecciones en el medio. En Salta, fue don Roberto Romero quien comenzó a recorrer el interior de la provincia con su propuesta peronista.

Cuando llegó a Morillo ya se había conformado una comisión para solicitar la creación de una escuela secundaria. Quedó claro que don Cipriano estaba en la lista de vecinos que presentaron el pedido al candidato del PJ.

“Vuelo de techo”

“En la campaña de don Roberto Romero se armó el proyecto de secundaria en Morillo. Claro, para los militares, los peronistas, éramos comunistas, zurdos, mala palabra, es volar el techo. Vuela el techo porque en esos años ya no se podían juntar más de 3 y cuando llegaban los militares hacíamos como si miráramos al techo y desaparecíamos”, dijo entre risas.

El hombre aún conserva la nota de pedido y tiene las firmas de los vecinos. Algunos ya son ilegibles, pero la fecha data del 13 de octubre de 1983. Entre los que se pueden leer están Eladio Florenciano, Gladis Suárez de Palma, Ubencio Florenciano, Victoria Ruiz, Delfina Pérez, Fernando Gómez, Cleto Aylán, entre otros. con apellidos más conocidos como Gerala, Corbalán y Arenas.

Don Cipriano, junto al camión de campaña peronista.

Don Roberto gana la Gobernación y asume el cargo el 10 de diciembre de 1983. “Nos apresuramos porque la necesidad de una escuela secundaria era grande. El 13 de diciembre la nota fue enviada al alcalde Mashur Lapad para que se la hiciera llegar al gobernador Roberto Romero. Lo principal de la nota es que se necesitaba la secundaria porque ya teníamos una población de 3.500 habitantes y 4.000 en la zona”, recordó Choque.

“Pero no eran sólo una nota. Empezamos a apresurarnos con los telegramas que yo, como jefe de estación y telegrafista, enviaba. Un telegrama, fechado el 14 de diciembre de 1983, instaba al gobernador a habilitar la escuela secundaria en el próximo año escolar”.

La primera información que tuvieron data del 13 de marzo del año siguiente con la noticia de que se inauguraba el primer año de secundaria en un edificio donde ya funciona otra institución educativa. La alegría fue inconmensurable; pero había que ponerse manos a la obra.

“Hay que recordar que la secundaria se logró de la nada. Esto no es algo que cayó del cielo. Tuvimos que trabajar intensamente”, dijo el hombre.

La comunicación oficial fue enviada el 1 de abril de 1984. El 2 de abril, aniversario de las Islas Malvinas, se inauguró el colegio. La comisión de pedido se convierte en comisión de gestión. “Había que resolver muchos temas, como por ejemplo: nos faltaban estudiantes. Como de milagro nos enviaron 30 estudiantes tobas de Santa Victoria Este. Todos los vecinos aportaron algo de su parte para que esto empezara a funcionar como la familia Palma que dio la carne durante un año, el alcalde Lapad puso el albergue a disposición de estudiantes que venían de otras zonas. Fue muy duro, pero siempre fuimos muy colaborativos”, dijo Choque.

La escuela comenzó a funcionar en el edificio de Escuelas de Oficios y Oficios, el cual contaba con dos aulas, talleres de corte y costura y manualidades, además de un curso de cocina y repostería. También hubo talleres de carpintería y herrería artística. En 2008 se convierte en Escuela de Educación Técnica N° 3.128 y funciona en la calle Salta y la Avenida Hipólito Yrigoyen.

Esa comisión fue muy importante y bien organizada. Con diversas gestiones consiguieron los fondos para pagarle a la señora Ruiz Díaz, la cocinera. El primer año ya se hicieron carrozas para el Día del Estudiante. La carroza ganadora fue Spring in the Sea y la primera reina estudiantil fue Sonia Suffy. La hija de Son Cipriano fue la abanderada en 1987.

“Hicimos de todo para recaudar fondos: bailes y bingos y el Municipio nos prestó los parlantes. Otra cosa, como antes no había fotocopiadoras, tuvimos que hacer los cartones de bingo manualmente. Hicimos al menos 400 tarjetas. Fue todo por nuestra cuenta. y así logramos pagar salarios, combustible y mantener el albergue”, dijo satisfecho don Cipriano.

Por eso el hombre dice que nada cayó del cielo, sino que fue trabajado. Sin embargo, hay una petición que se mantiene en el tiempo: conseguir que tenga un edificio propio.

La comisión trabajando en Navidad.

uno de tantos

Don Cipriano es una máquina de contar historias. Como los caminos del Chaco, siempre hay huellas que se abren desde el camino principal, y luego el hombre avanza por ellas. “Un día vino a la estación un grupo de monos tobas porque estaban aburridos. Empezamos a charlar y vieron mi guitarra. Tenía una viola que me había regalado Ariel Petrocceli un día que estábamos en un lugar que no se puede decir (1514) comiendo un asado. Como había varias guitarras le dije al profesor que quería aprender a tocar la guitarra y entonces me dio una con estuche. Los tobas me pidieron prestado el mismo. Como no volvió a pasar, fui a averiguar y descubrí que lo rompieron peleando. “Así que nunca aprendí a tocar la guitarra”, dijo el hombre entre risas.

 
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