Foto: Germán Veloz Placencia
La Habana, 28 mar (RHC) A trabajar en pro de contribuir a una mejor espiritualidad, llamó a los directivos presentes en el correspondiente balance el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez Hoja al 2023 del Ministerio de Cultura, celebrada ayer en el Palacio de la Revolución.
Habiendo dado -en el período- la máxima prioridad a la programación cultural, en un escenario particularmente marcado por grandes complejidades económicas, la calidad de las propuestas ofrecidas por los creadores al pueblo cubano fue una garantía.
Los resultados del trabajo, ampliamente presentado y posteriormente debatido -encabezado por Alpidio Alonso, Ministro de Cultura-, fueron reconocidos por el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, quien, tras recomendar un grupo de acciones a la entidad y sus instituciones Dijo que, en los momentos más difíciles, la cultura no ha faltado y ha transmitido su mensaje de esperanza.
El contexto actual, dijo Díaz-Canel en su discurso, está marcado por una política de máxima presión del Gobierno de Estados Unidos para derrocar la Revolución, que tiene dos componentes fundamentales: la asfixia económica, con el recrudecimiento del bloqueo contra la Isla; y la intoxicación mediática, una operación de inteligencia de ese Gobierno, que es de colonización cultural, en el afán de fracturar las esencias y raíces culturales de la población. Recordó la agresividad con la que se ataca a figuras del arte que defienden la Revolución, en campañas en las que suelen participar cubanos que han roto con el país. Desde la cultura es necesario identificar estos diseños y combatirlos, afirmó.
El tema de la unidad, también mencionado en algunas intervenciones, fue abordado por el Presidente. Para fortalecerlo recomendó aumentar la participación, con lo cual, dijo, tendremos esa unidad. “Dejemos que las vanguardias artísticas, los artistas y los creadores participen en la toma de decisiones”, afirmó, y destacó la importancia de un “diálogo oportuno, sistemático y profundo” con esta vanguardia, muy preservada también como método de trabajo del Ministerio. .
Díaz-Canel se refirió a la necesidad de que las instituciones se rediseñen para lograr sus propósitos, y también recuperar lo deteriorado física y espiritualmente. Detener el deterioro y recuperarse, precisó, y ejemplificó con el precario estado de las instalaciones del cine, que, en pocos meses, ha comenzado a cambiar de aires, al hacer las cosas desde otras perspectivas.
Entre las intervenciones, por solo mencionar algunas, trascendió la importancia de multiplicar el diálogo para acompañar los procesos de creación; el valor, como nunca antes, del trabajo cultural comunitario; el creciente número de actividades realizadas respecto al año anterior; el propósito prioritario de trabajar para contener la colonización cultural que se nos pretende imponer; canalizar la ofensiva creativa en estrecho contacto con los artistas; el fortalecimiento de la formación artística de los estudiantes desde una perspectiva descolonizadora y la calidad de los claustros de esta enseñanza (sobre los que se ha trabajado), así como el refuerzo de los sistemas de aseguramiento y sostenibilidad de la cultura.
El valor esencial de la cultura como alimento espiritual de la nación y el rechazo “con todas nuestras fuerzas” a la colonización cultural se debatió en el espacio en el que se planteó la idea de “hacer la cultura revolucionaria de estos tiempos”. (Fuente: Granma)
