No hay nada interesante que decir sobre el libro que has escrito.

No hay nada interesante que decir sobre el libro que has escrito.
No hay nada interesante que decir sobre el libro que has escrito.

Como Rodrigo Cortés Acabo de publicar un libro, jordi salvaje te ha invitado a su canaly youtube hablar sólo de películas. La charla duró más de cinco horas y en ningún momento hablaron del libro. Esto me parece muy edificante. Las secciones de Cultura están llenas de escritores hablando de los libros que han escrito, algo que debemos condenar y, en la medida de lo posible, destruir. No hay nada interesante que decir sobre el libro que has escrito. Todos los escritores de hoy se han sentado en una silla y han tecleado setenta mil palabras para terminar su libro, y quizá no sea imprescindible que nos lo digan. Sin embargo, la prensa mantiene la cortesía de dar espacio a los escritores para que nos cuenten ¿De qué color era la silla?, si escriben de noche o de día, si les gusta subrayar con una cerilla las frases que les han funcionado bien o si les ha molestado el ruido de un camión de la basura. Creo que Las secciones de Cultura no entienden del todo el periodismo.

“Me senté y escribí un libro” no es noticia.

Para hacer una película, tomas aviones, visitas a Robert De Niro, tienes peleas, sufres, vas, vienes, se cae un decorado, se cae el mundo entero. Es un milagro hacer una película. Es absolutamente fascinante todo lo que dice Cortés en su cinco horas con Jordi Wild.

Escribir un libro consiste básicamente en Presiona las teclas de tu Mac miles de veces, generalmente después de recibir una beca, tener una familia rica o tener una novia magnífica. Entonces tomas MDMA y le lloras al terapeuta. Así se escribe el 90% de la literatura española actual.

Antes los escritores trabajaban y escribían de noche, o estaban presos, o tenían el detalle de suicidarse en algún momento.

Antes, los escritores trabajaban y escribían de noche, con mucho sufrimiento o desvelos (Faulkner, Bukowski), o encarcelado (Genet, Sade), o tuvieron el detalle de suicidarse en algún momento (Wolf, Foster Wallace), que compensó los periódicos por tonterías que les habían hecho publicar. “Escribo de pie, escribo sentado, empiezo mis novelas cada 23 de octubre, escribo a mano y luego las mecanografío”. Es muy fuerte.

Jordi Wild será todo lo que quieras, pero no trae gente a su programa para hablar de tonterías, como escribir. El 22 de mayo tuiteó: “Oye, Planeta y Pingüino, ¿pueden dejar de enviarme decenas de libros cada mes a ver si suena la flauta y llevo al escritor al podcast? Me tienes enfermo con los paquetes”.

Jordi no quiere recibir libros gratis, porque tentaciones peligrosas. El primero, leerlos; el segundo, entrevistar al autor. “¿Cómo ha sido el proceso de escribir tu libro?” “Bueno, me senté en una silla y escribí”. “Vaya, nunca lo hubiera imaginado. Me dejas sin palabras.”

La entrevista de Wild con Cortés ha alcanzado ya las 800.000 visitas. Hay que reconocer que Rodrigo Cortés fue muy astuto al no hablar del libro que había ido a promocionar. Eso sí, no habrá conseguido vender ni un solo ejemplar de su obra. Pero no todo es vender, amigos; Lo más importante es no ser un dolor.

cuentos telúricos

A diferencia de Jordi Wild, yo he leído cuentos telúricos, porque a cada uno de nosotros se le paga en función de nuestras perversiones. El volumen es el tercer libro de cortés con Random House, donde lo publican porque es un director de cine guapo y hace podcasts muy escuchados. No creo que hayan tenido en cuenta eso de que escribe muy bien.

escribe muy bien. Me gustan más estas historias que su novela anterior, quizás porque la historia hace más llevadero el tono fabuloso acentuado que le gusta al autor. “Fabuloso” proviene de “fábula”, y de ahí nos sumergimos inmediatamente en la infancia y en narrativas encantadoras e imaginativas llenas de poética artesanal y oralidad. En otras palabras, para aclarar: una historia se llama gente serpientedonde esta un personaje Sr. silla, y donde se dice: “La respuesta fue rápida, pero estaba llena de agujeros”, y se afirma: “Y diles ángel querido, por favor recuerda decirles, diles, por favor, que los odio. ” Con esto creo que ya he explicado lo que quería decir.

Lo publican porque es director de cine y guapo y hace podcasts muy escuchados. Que escribe muy bien no creo que lo hayan tenido en cuenta.

Este tono, como un niño dentro del adulto, y estos temas (Cortazarianos, realistas mágicos, etc.) Me gustan enormemente, porque aplican una gran creatividad al lenguaje. Cortés, como sus autores tutelares (Cunqueiro, él Ferlosio de Alfanhuí; un poco de Cela), no está permitido escribir una frase sencilla a menos que sea bellamente sencilla. Entonces lo que hace es cambiar la sintaxis hasta que encuentra una manera simple, pero nueva, de decir algo. “Señor. Silla no necesitaba hablar con nadie que simplemente se pusiera cómodo”.

‘Cuentos telúricos’ de Rodrigo Cortés. (Casa al azar)

Es raro, o singular, que el autor, cuando hace películas, haga películas muy emocionantes, vivaces y terribles (un hombre enterrado vivo, Enterrado; mentalistas estafadores, luces rojas) y, al escribir, da, a través de esta intimidad de las campanas del lenguaje, la vida privada de las cosas antiguas. Ya con Jordi Wild afirmó que si una película “sale mal” es un desastre, casi una condena, mientras que los libros pueden salir muy mal tan ricamente, porque incluso puede parecer que has escrito una obra maestra.

No me sorprendería que estas historias se hubieran escrito precisamente entre un día de rodaje, es decir, en un período creativo entre guerras.

 
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