Cierra la céntrica librería Balmes de Teruel, acosada por la venta online y las descargas ilegales

La histórica Librería Balmes de Teruel cierra tras 72 años de actividad ininterrumpidamente dedicada a la cultura. El céntrico establecimiento, situado en la transitada calle San Juan, no ha podido resistirse a la competencia de ventas en línea de las grandes plataformas y la proliferación de descargas ilegales de libros. La caída del negocio de papelería por la digitalización de la Administración y las comunicaciones entre particulares y empresas ha dado el toque final al negocio dirigido por Javier Gómez desde hace 23 años.

Hasta Se ha hecho eco el escritor superventas Javier Sierra en sus redes sociales de la desaparición de un establecimiento popular. “Uno de los Librerías de referencia de mi infancia. ¡Qué sentimiento tan extraño y qué profunda tristeza la de ver como el tiempo lo devora todo. Les mando un fuerte abrazo a quienes han mantenido tan alta la bandera de la lectura durante décadas”, escribió Sierra en X.

Gómez, quien es presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Teruel, Sigue en la calle y busca trabajo a sus 59 años. Afirma que no le ha quedado más remedio que cerrar la puerta con llave “la fuerte caída de las ventas” por diferentes motivos, entre los que destaca la competencia online. El librero empezó a trabajar en Balmes hace 33 años y, cuando, después de 10 años, sus jefes se jubilaron, le ofrecieron la posibilidad de hacerse cargo. No lo pensó dos veces y aceptó el reto porque entonces “fue un buen negocio”, recuerda el comerciante, pero, se lamenta, “ahora no”.

El librero señala que se publican muchos libros, pero las ventas digitales son mínimas debido a las descargas ilegales y “contra eso no se puede luchar”. Además, el negocio de papelería que completaba sus ingresos se ha reducido en un 90% con la creciente digitalización de las comunicaciones a todos los niveles. Admite que la ubicación de su negocio es “buena, estratégica”, pero la clientela ha caído por debajo de lo aceptable.

Por eso hace dos semanas decidió escribir el tuit “más difícil” de su vida, encabezado por una ominosa “liquidación final”. “Hace mucho tiempo que la venta de libros no funciona en las librerías pequeñas, por lo que Me veo obligado a cerrar. Durante unas semanas seguiré liquidando lo que tengo, no sé con certeza cuántas… gracias por su comprensión”, publicó en la red X, antes Twitter.

Su único consuelo es que, tras el anuncio de su cierre, ha recibido la solidaridad de muchos lectores desde la ciudad y fuera de ella, entristecidos porque se apaga una luz en el campo de la literatura y la cultura. Entre las muestras de apoyo, la del turolense Javier Sierra.

 
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