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SEÚL.- Esta semana el presidente Vladimir Putin visita Corea del Norte reunirse por segunda vez en seis meses con su par Kim Jong Uncomo parte de un proceso de profundización de los vínculos militares entre ambos países reforzar las capacidades bélicas de Rusia en Ucrania con armas norcoreanas.
Putin estuvo por última vez en Corea del Norte en 2000, cuando se convirtió en el primer líder ruso o soviético en visitar el país. El viaje de esta semana comienza mañana y destaca la creciente importancia estratégica de Corea del Norte para Putin, especialmente porque su capacidad para suministrar las armas convencionales que Rusia necesita desesperadamente para su aventura bélica en Ucrania.
Kim se reunió por última vez con Putin en septiembre del año pasado en el cosmódromo de Vostochny, en el este de Rusia, una reunión que inauguró una nueva era de la relación bilateral.
Para Kim y su país –un paria en Occidente– era una rara oportunidad para que alguien los buscara como aliados. Y para Putin, significa fortalecer los vínculos con un Estado que ya le proporciona las municiones necesarias para mantener activo el frente de combate.
Ambos países confirmaron oficialmente la visita de dos días. “Por invitación del presidente de la Comisión de Asuntos Estatales de la RPDC, Kim Jong-un, Vladimir Putin realizará una visita de estado y de amistad a la República Popular Democrática de Corea los días 18 y 19 de junio”, informó el Kremlin.
Días antes de la llegada de Putin a Pyongyang, la capital norcoreana, El Kremlin prometió alentar la cooperación de Rusia con Corea del Norte “en todas las áreas”.
Pyongyang y Moscú fueron aliados durante la era de la Guerra Fría, hasta que sus relaciones se enfriaron tras la desintegración de la Unión Soviética. Pero en los últimos dos años, y basándose en la hostilidad compartida hacia Estados Unidos, ambos gobiernos se han acercado nuevamente: Rusia, por su guerra contra Ucrania, y Corea del Norte, por su programa de armas nucleares.
Cuando la guerra en Ucrania comenzó a prolongarse, Rusia se vio en la urgente necesidad de obtener armas convencionales, especialmente proyectiles de artillería. Y eso es lo que Corea del Norte tiene para ofrecer. A cambio, Kim quiere mejorar sus sistemas de armas y Rusia tiene tecnologías militares avanzadas y otras mejoras para compartir.
Según funcionarios estadounidenses y surcoreanos, desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, Corea del Norte le ha enviado miles de contenedores de municiones. Y dicen que a cambio Moscú ha enviado miles de contenedores de asistencia y otro tipo de ayuda.
En las semanas previas a la visita de Putin, Kim hizo alarde de lo que tiene para ofrecer a su homólogo ruso. El mes pasado recorrió las instalaciones de las fábricas de municiones de su país, elogió el aumento de la producción de armas y mostró almacenes llenos de misiles balísticos de corto alcancesegún Washington, similares a los misiles norcoreanos que Rusia disparó contra Ucrania.
Tanto Moscú como Pyongyang niegan el comercio de armas, que están prohibidos por las sanciones de la ONU. Pero en la cumbre del G-7 celebrada en Italia la semana pasada, los líderes del grupo condenaron “en los términos más enérgicos la creciente cooperación militar” entre las dos naciones, incluida la exportación de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y el uso de ellos por parte de Rusia contra Ucrania.
“Lo que este viaje de Putin significa es que Rusia necesita urgentemente armas norcoreanas para su guerra en Ucrania”, dijo el asesor de seguridad nacional de Corea del Sur, Chang Ho-jin, a Yonhap News este fin de semana. TELEVISOR. “Y a cambio, los norcoreanos intentarán obtener de él todo lo que puedan, porque la situación juega a su favor”.
Chang dijo que antes del viaje de Putin, Corea del Sur había advertido a Moscú que “no debía cruzar ciertas líneas”, aunque no dio detalles. Pero algunos analistas en Corea del Sur especulan que Kim podría aprovechar el viaje de Putin a intentar que los rusos le ayuden a mejorar sus armas nucleares y tratar de restablecer una alianza militar al estilo de la Guerra Fría con Moscú.
El panorama era muy sombrío para Kim, hasta que la guerra en Ucrania abrió un mundo de posibilidades.
La economía de su país estuvo devastada durante años por las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU para detener el programa de armas nucleares de Corea del Norte. Y en 2019, el intento de Kim de conseguir un levantamiento de las sanciones a través de su diplomacia directa con el entonces presidente Donald Trump terminó en fracaso y sin acuerdo.
La respuesta de Kim fue redoblar su programa de armas nucleares, imaginando una “Neo Guerra Fría” que aumentaría el valor estratégico de su país para China y Rusia en el noreste de Asia, mientras Estados Unidos, Japón y Corea del Sur ampliaban su propio programa de cooperación militar.
Corea del Norte fue uno de los pocos países que apoyó abiertamente la invasión de Ucrania por parte de Putin. A cambio, el año pasado Putin invitó a Kim al cosmódromo de Vostochny, donde dijo que Rusia estaba dispuesta a ayudar a Corea del Norte a lanzar satélites. Kim necesita satélites para monitorear mejor sus objetivos militares, pero hasta ahora ha tenido problemas para ponerlos en órbita.
Durante ese viaje del año pasado a Rusia, Kim recorrió sensibles instalaciones espaciales y militares rusasy en un momento brindó por Putin por lo que llamó “su lucha sagrada” contra la “banda malvada” de Occidente.
Los acuerdos de la ONU prohíben a Rusia proporcionar equipo militar a Corea del Norte, pero la decisión de recibir a Kim en instalaciones de alta tecnología que fabrican cohetes y aviones de combate ayudó a Rusia a mostrar el tipo de tecnología que Corea del Norte ha codiciado durante mucho tiempo como parte de su confrontación con Corea del Norte. Estados Unidos y sus aliados.
Ante una avalancha de sanciones y presiones internacionales por su invasión de Ucrania, Putin ha fortalecido las relaciones con los adversarios estadounidenses en todo el mundo, incluidoss Irán, Corea del Norte y Siria, lo que implica que el desafío para Washington ya supera el marco europeo.
Para Estados Unidos y sus aliados, este vínculo cada vez más estrecho entre Pyongyang y Moscú tiene implicaciones para la seguridad. Los expertos en defensa dicen que el uso de misiles en el campo de batalla de Corea del Norte en Ucrania, por ejemplo, puede proporcionar a Corea del Norte datos muy valiosos sobre el desempeño de esas armas contra los sistemas de defensa antimisiles occidentales.
Por otro lado, ese enfoque también conspira contra los esfuerzos internacionales para estrangular la capacidad de Kim de ganar divisas a través de actividades ilícitas.
Por Choe Sang-Hun
Traducción de Jaime Arrambide
