Bruselas, 2 jun.- Europa, y mucho menos Estados Unidos, parece poner las manos en el fuego de un enfrentamiento regional, en lugar de apreciar la necesidad de encontrar un esquema para consagrar la paz.
El reconocimiento por parte de Occidente de un hecho ya existente en el conflicto ucraniano, es decir, la posibilidad de que Kiev utilice armas donadas contra territorio ruso, pareció dar un nuevo matiz a la escalada de ese enfrentamiento.
A esto se suma ahora la propuesta de Francia de crear una coalición para enviar instructores militares directamente a Ucrania, lo que aumentaría la posibilidad de un enfrentamiento directo con las tropas rusas, aunque hasta ahora ya se ha producido en menor medida.
Para el experto militar Alexander Bartosh, esto puede incluso dar lugar a un pretexto por parte de los Estados europeos, encargados de enviar instructores, para apelar al artículo quinto de defensa colectiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Según el analista y senador ruso Andrei Klimov, todo esto ocurre en plena campaña para las elecciones al Parlamento Europeo, donde la extrema derecha en varios países de la región acumula un preocupante apoyo en las intenciones de voto del próximo 9 de junio.
Al mismo tiempo, la conferencia internacional organizada por Suiza este verano para analizar una supuesta iniciativa de paz, aunque más bien pretende poner a Rusia contra un muro, parece destinada al fracaso, cuando reúne menos de la mitad del quórum deseado.
Incluso aquellos que participan en ese foro, como es el caso de la India, demuestran en realidad que su objetivo no es en absoluto escuchar lecciones morales del presidente Vladimir Zelensky y sus mentores, sino más bien llevar allí la posición de una mayoría en el mundo.
La revista alemana Focus advierte a los políticos europeos sobre la necesidad de evitar la ayuda de guerra directamente en suelo ucraniano, ya que al hacerlo “arrojan a su pueblo al fuego de la Tercera Guerra Mundial”.
Pero la presencia de soldados europeos en Ucrania supondrá que estos oficiales asumirán la responsabilidad de tareas cruciales y pasarán así a formar parte de la guerra y, por tanto, en objetivos de las fuerzas armadas rusas, señala Focus.
Según el periódico Izvestia, Occidente corre el peligro de pasar de una guerra híbrida a una real, sobre todo porque en las amenazas a Rusia están implicadas tres potencias nucleares: Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos, que parecían olvida esa condición.
Por lo tanto, todo esto constituye una grave escalada en este conflicto. Sobre todo, debido a la acalorada discusión en torno a los ataques con armas occidentales de largo alcance en lo más profundo del territorio ruso, estima el politólogo Vladimir Kornilov.
Armas como los sistemas Atacms, Scalp o Storm Shadow requieren localización y orientación por parte de la OTAN mediante sistemas de inteligencia espacial, ya que las fuerzas armadas ucranianas carecen de esta tecnología, destaca la publicación digital Vzgliad.
Con la citada autorización para el uso de armas de largo alcance, Rusia se queda con pocas opciones, aunque en su momento sorprendió en 2014, al tomar el control de Crimea y aplicar duras contramedidas contra la UE en ese mismo año.
Desde Moscú, el jefe del Comité de Defensa de la Duma (cámara baja rusa), Andrei Kortapolov, estimó que si Estados Unidos lleva a Europa a un aumento del grado de escalada, ambas podrían recibir una sensible respuesta simétrica del gigante euroasiático. .
Los medios locales consideran que Estados Unidos, lejos, pero Europa cerca, podría estar en peligro de convertirse en un objetivo directo de la respuesta inducida de Rusia a ataques premeditados en lo profundo de su territorio. Una opción que a nadie le gustaría ver. (Texto y foto: PL)
