Sin embargo, el balance de votos también muestra como uno de los principales resultados de estas elecciones que, por primera vez desde la llegada de la democracia a Sudáfrica en 1994, el ANC no tiene mayoría absoluta en términos de apoyo popular.
Según reveló la CEI, el ANC logró obtener 159 escaños en la Asamblea nacional (Parlamento), así como el favor del electorado en una fracción superior al 40 por ciento de los 23.292 distritos electorales.
De esta manera, al no haber alcanzado el 50 por ciento definitorio de los 400 escaños de la Asamblea, el escenario político nacional se centra ahora en qué alianza de gobierno establecerá el ANC para, en su conjunto, tener una mayoría parlamentaria.
Según analistas locales, lo más probable es que el ANC recurra al menor número posible de partidos para formar gobierno, ya que una alianza con muchos miembros haría muy compleja la toma de decisiones en la Asamblea Nacional.
Por otro lado, la conservadora y opositora Alianza Democrática (DA) obtuvo 87 escaños, liderando sólo en la provincia sureña de Cabo Occidental.
Sigue siendo así la segunda fuerza política de Sudáfrica, lejos de sus aspiraciones preelectorales.
Por otro lado, el partido que superó muchos pronósticos fue el nuevo uMkhonto we Sizwe (MK), que se posicionó a partir de ahora como la tercera fuerza política de Sudáfrica, con 58 escaños en el Parlamento.
De hecho, surgió como el partido con más votos en la provincia sudoriental de KwaZulu-Natal, con el 45,93 por ciento en ese distrito.
Por su parte, los Luchadores por la Libertad Económica (EFF), cayeron un lugar y ahora están detrás de MK, ganando 39 escaños.
El otro partido con una cifra de dos dígitos en términos de legisladores electos fue el IFP (Partido de la Libertad Inkatha), con 17 escaños en la Asamblea.
Las elecciones contaron con una participación del 58,6 por ciento de los electores registrados.
El camino está así despejado para que, en los próximos 14 días, antes de la primera reunión de la nueva Asamblea Nacional (Parlamento), los principales partidos establezcan alianzas de gobierno.
Una vez formado el nuevo Parlamento este mes, los legisladores recién elegidos, agrupados en grupos por representación proporcional según los resultados de las elecciones, eligen al nuevo jefe de Estado dentro de los 30 días siguientes a las elecciones.
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