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México inauguró oficialmente la jornada electoral y sus habitantes acuden a las urnas este domingo 2 de junio, en medio de una grave situación por el asesinato de al menos 25 candidatos de diferentes municipios del país, entre los que se encuentra el último caso conocido. de Jorge Huerta Cabrera, asesinado apenas 48 antes de las votaciones de este domingo.
Incluso, según la ONG Data Cívica, en realidad serían una treintena de candidatos a cargos locales los asesinados desde septiembre pasado en el marco de estas elecciones. Actos violentos obligaron este sábado a suspender las elecciones en dos municipios de Chiapas (sur).
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Las urnas, a las que Unos 100 millones de electores en este país están convocados Con tres husos horarios, abrieron a las 8.00 horas (13.00 GMT) en Quintana Roo (sureste) y parte de la frontera con Estados Unidos, y luego en otros estados.
Mientras tanto, la jornada de este domingo tiene a dos mujeres como claras favoritas para hacerse con la presidencia de un país en el que se registran una media de unos 10 feminicidios al día y arrasado por la violencia de las bandas del narcotráfico.
Claudia Sheinbaum, física y candidata del oficialismo de izquierda, y Xóchitl Gálvez, senadora de centroderecha con raíces indígenas, Son los favoritos para gobernar la duodécima economía del mundo, con 129 millones de habitantes, hasta 2030.
Según un promedio de encuestas de la firma Oraculus, Sheinbaum, de 61 años y de origen judío, aventaja a Gálvez en 17 puntos porcentuales, impulsada por la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, su padrino político. En un lejano tercer lugar se encuentra el centrista Jorge Álvarez Máynez, un exdiputado de 38 años.
Confiado en el “voto oculto”, Gálvez, de 61 años, asegura que la suerte aún no está echada y que este domingo “va a caer un falso ídolo con pies de barro”, en referencia al popular López Obrador. Gálvez, una exitosa empresaria del sector tecnológico que centró su campaña en denunciar la “fallida” política de seguridad del presidente, bautizada “Abrazos, no balazos” porque busca atacar las causas de la violencia, cree que parte del voto oculto provendrá de zonas afectadas por los poderosos cárteles.
Unas 450.000 personas han sido asesinadas en México y decenas de miles están desaparecidas desde 2006, cuando el gobierno envió al ejército para combatir a los grupos criminales.
Visiones contrastantes
Los seguidores de Sheinbaum consideran que ella garantiza el legado de AMLO, quien fue eficiente en su gestión como alcaldesa de la Ciudad de México (2018-2023) y que es una “inspiración” para las mujeres de este país con altos índices de violencia de género. donde unas 10 mujeres son asesinadas diariamente, según la ONU.
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“Tener una presidenta te motiva, como se puede”, dice Blanca Sosa, de 31 años, vendedora de una tienda en el Zócalo capitalino. Sosa cree que Sheinbaum mantendrá las políticas sociales de AMLO, que “ha hecho cosas buenas como aumentar el salario mínimo o ayudar (pensiones) a los adultos mayores”. Durante su gobierno, 8,9 millones de personas salieron de la pobreza, situación en la que aún vive un tercio de la población.
Por el contrario, Ricardo Sánchez, un empresario de 55 años de la ciudad industrial de Monterrey (norte), votará por Gálvez por su “visión empresarial” y porque “no es un político convencional”.
Critica a López Obrador y asegura que su “política primero de pobres es arruinarnos a todos para que seamos pobres y luego darnos (…), para que digas que te ayuda”.
Ambos candidatos se comprometieron a mantener las ayudas sociales del actual gobierno. “¡No estoy aquí solo, estamos todos aquí!” expresó Sheinbaum al cerrar su campaña. “Es hora de las mujeres y de la transformación (…) Eso significa vivir sin miedo, libre de violencia”.
Por su parte, Gálvez reiteró que buscará recuperar el control de los territorios controlados por el crimen y llevar “libertad donde hoy un gobierno autoritario quiere imponer sus decisiones”.
La oposición cuenta con el apoyo de una coalición de los partidos tradicionales PAN, PRD y PRI, que gobernaron durante siete décadas hasta el año 2000.
Desafíos
La expansión del crimen organizado, que se alimenta de otros delitos como la extorsión, “es el problema más intimidante” que tendrá que afrontar quien llegue a la presidencia, afirma Michael Shifter, investigador del centro de análisis Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
También tendrá el desafío de mantener los programas sociales cuando el déficit fiscal ha aumentado al 5,9% y el crecimiento promedio en los últimos seis años fue apenas del 0,8%.
Otro desafío será la compleja relación con Estados Unidos, destino del 80% de las exportaciones mexicanas, especialmente si Donald Trump regresa al poder, advierte Shifter.
Trump ha amenazado con deportaciones masivas de migrantes que crucen la frontera binacional de casi 3.200 kilómetros, y en 2026 los dos países y Canadá deberán renegociar su acuerdo comercial T-MEC.
En estos comicios, la izquierda también busca ampliar la mayoría simple que tiene en el Congreso para aprobar polémicas reformas, incluida una judicial, así como conservar la alcaldía de Ciudad de México, su bastión.
