CIUDAD DE MÉXICO, 13 jun (EL UNIVERSAL).- En los últimos meses el nombre de Christian Nodal se ha mantenido como tendencia en las redes sociales. Y desde que el cantante del género regional mexicano anunció su ruptura con Belinda, con quien planeaba casarse, pasando por su separación de Cazzu, madre de su primogénito Inti, hasta su reciente relación con Ángela Aguilar, ha sido objeto de atención en diversas plataformas y en el mundo del entretenimiento.
A raíz de estos hechos, algunos usuarios han señalado que el cantante de “Goodbye Love” parece seguir un patrón en sus relaciones sentimentales, al que han denominado “síndrome de Tarzán”.
El “síndrome de Tarzán”, como se le conoce coloquialmente, no figura como un término clínico, sino más bien como una metáfora que describe un patrón emocional y de comportamiento. Este fenómeno se refiere a la práctica de “saltar” de una relación a otra sin permitir pausas en el medio, impulsado por el miedo a la soledad y la necesidad constante de apoyo emocional. Al igual que el personaje Tarzán, que va de liana en liana sin tocar el suelo, las personas que experimentan este síndrome se aseguran de establecer una nueva relación antes de haber cerrado por completo la anterior.
Este comportamiento, desde una perspectiva psicológica, puede interpretarse como una forma de evitar afrontar las propias emociones, el dolor de la pérdida y la necesaria reflexión que acompaña al final de una relación. Quienes muestran esta tendencia suelen depender emocionalmente de sus parejas y buscan en otros individuos la seguridad y el afecto que sienten que no pueden obtener por sí solos.
Por ello, varios expertos en psicología recomiendan tomarse un tiempo a solas después de una ruptura, permitirse hacer el duelo y, sobre todo, reflexionar sobre lo aprendido en la relación anterior.
Este tipo de síndrome se asocia al cantante debido a la rapidez con la que inicia nuevos romances y se enamora de otras personas. Muchos afirman que sus relaciones están destinadas al fracaso porque ni siquiera se toman el tiempo necesario para sanar y cerrar un ciclo antes de iniciar otro.
