Chus Martinez© Gina locura
De Mata-Hari a la sibila, la trayectoria de Chus Martinez (La Coruña, 1972). Porque empezó como espía, y de ahí pasó a convertirse en una de las comisarias de arte españolas más prestigiosas e internacionales, y por tanto en detectora de tendencias que están por venir. Aunque le repugna el adjetivo “comisionado estrella”, cabe señalar que se le ha aplicado con frecuencia. Tras formarse en Alemania y Estados Unidos, pronto inició una carrera internacional en la que destaca su trabajo en la Documenta de Kassel (uno de los eventos más punteros del panorama artístico mundial, que se celebra cada 5 años) y en el Museo de Arte. barrio de Nueva York, del que fue curadora jefe, antes de iniciar, hace diez años, su actual labor como directora del Instituto de Arte de la Academia de Arte y Diseño de Basilea, la ciudad suiza donde vive. Esto último es decir algo, ya que su vida transcurre dondequiera que sucedan las cosas en un momento dado. De la pre-inauguración de la Bienal de Venecia regresó brevemente a Basilea para luego recalar en Madrid, donde se desarrolla esta entrevista, y de allí viajará a Nueva York para, entre otras cosas, ver la Bienal del Whitney y tener un público Conversación con el artista Joan Jonas en el MoMA.
Viene a nuestro país con bastante frecuencia, ya que aquí siempre tiene trabajo. Fue muy comentada la sección que ideó en 2018 para la feria ARCO, centrada en el futuro. También es la encargada de comisariar las exposiciones de TBA21, la fundación de Francesca Thyssen-Bornemisza, en el Museo Thyssen (como la actual, dedicada a la artista filipino-canadiense Stephanie Comilang, y la siguiente, de la francesa Tabita Rezaire, que se inaugurará en octubre), y recientemente ha escrito el texto de la exposición inaugural del segundo espacio de la galería Mayoral de Barcelona, dedicado al arte más contemporáneo. Jordi Mayoral, codirector de la galería, destaca su generosidad: “Para nosotros es un lujo y un privilegio poder contar con ella, que siempre ha sido una persona muy generosa”.
Inauguración de la alcaldíaCortesía de la galería MAYORAL.
Pero parece rechazar las palabras rimbombantes y las pretensiones de grandeza, algo que se refleja en su texto para la exposición, un colectivo de mujeres artistas que trabajan con materiales humildes. “Históricamente el arte ha sido pensado desde y para la eternidad”, escribe allí Martínez. “Exposiciones como esta señalan la ineptitud adaptativa de pensar y actuar en esa dirección”.
¿Crees entonces que se equivocaron los artistas clásicos que crearon con un propósito de eternidad? ¿Qué hay más fructífero que un arte perecedero?
Nadie se equivoca, porque cada uno es producto de una idea o una fantasía, y todas las fantasías son válidas. Lo que creo es que hemos aprendido a aceptar que los materiales perecederos también son capaces de transmitir una idea de durabilidad o trascendencia. Esa arcilla hace lo mismo que el acero, como demuestra la arqueología. La diferencia entre lo duradero y lo perecedero proviene del hecho de que la modernidad tenía ideas muy binarias del mundo en general. Todo se dividió en grandes bloques binarios que hoy son improductivos.
Entonces hablemos de binarismo. Es cierto que pensar en términos binarios es relativamente sencillo, y por eso nos ha servido durante milenios para explicar la realidad. ¿Cree que ahora estamos preparados para ir más allá y pensar en términos más complejos?
Yo diría filosófica y teóricamente que no, pero prácticamente sí. Creo que la práctica, como siempre, nos está ayudando a superar barreras para las que no estamos muy preparados en términos de lenguaje y pensamiento. En filosofía ya ha habido grandes defensores del no binario, como Spinoza, pero nadie lee a Spinoza. Y en las redes sociales, en las noticias, en los artículos periodísticos, lo cierto es que no predominan las ideas complejas. Predominan las ideas simples. En ese sentido, siempre he visto a las personas trans como los astronautas del siglo XXI.
¿Porque?
Los veo como personas que han conquistado el espacio de las que históricamente se hablaba, porque realmente están conquistando el espacio, un nuevo espacio, un nuevo cuerpo y un nuevo lenguaje a través de un ejercicio que hacen por nosotros. Para mí son grandes pioneros, capaces de transmitir con su propio cuerpo una idea muy compleja y que hacen realidad para el resto. O sea, no lo hago con mi cuerpo, pero gracias a que hay gente que tiene el coraje de vivir con ese atrevimiento, aprendo y aprendemos todos. En ese sentido son héroes.
Cuando pienso en ti siempre recuerdo esa frase que te atribuye Enrique Vila-Matas en su libro Kassel no invita a la lógica, sobre tu experiencia participando en la Documenta de Kassel 2012, en la que trabajaste como curador. Que “el arte no es creativo ni innovador, el arte sí y luego te las arreglas”. Si no podemos confiar en el arte para la creatividad y la innovación, ¿dónde lo buscamos?
