El rascacielos Taipei 101 en Taipei. [Photo/Xinhua]
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, emitió un comunicado el miércoles diciendo que Estados Unidos alienta firmemente a la Organización Mundial de la Salud a restablecer una invitación a Taiwán para participar como observador en la asamblea anual de la OMS de este año.
Se trata de una violación de lo que Washington prometió sobre la cuestión de Taiwán en los tres comunicados conjuntos que firmó con Beijing.
También constituye un desafío al principio, sostenido por las Naciones Unidas, de que hay una sola China, de la cual el gobierno de Beijing es el único representante legítimo. Este principio está consagrado en la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y en la Resolución 25.1 de la Asamblea Mundial de la Salud. Como tal, queda a discreción de Beijing solicitar una invitación para la participación de La isla en las actividades de organizaciones internacionales en calidad de observador.
La isla asistió a la Asamblea Mundial de la Salud como observador de 2009 a 2016, cuando las autoridades de la isla reconocieron el Consenso de 1992 reconociendo que la isla es parte de China.
Pero las actuales autoridades del Partido Democrático Progresista de la isla se han negado obstinadamente a defender el Consenso de 1992 y, en cambio, se han aferrado a su posición separatista. Están tratando de afirmar, por cualquier medio que se les ocurra, la falsa noción de que la isla es un “país independiente”. Por lo tanto, la base política para la participación de la isla en la WHA ya no existe, ya que Beijing exige defender el principio de una sola China.
En su declaración, Blinken enfatizó los conocimientos y la experiencia de la isla en salud pública, de los cuales, dijo, el mundo podría beneficiarse. Dijo que las capacidades y enfoques excepcionales de Taiwán ofrecerían un valor considerable para informar las deliberaciones de la WHA, y agregó que una y otra vez, Taiwán ha demostrado capacidad y voluntad para ayudar a abordar las crisis de salud globales y apoyar a la comunidad de salud global. Al decir esto, Blinken no sólo buscaba denigrar las contribuciones de China continental en este sentido, sino que también intentaba presentar erróneamente la cuestión como una decisión meramente técnica.
Habiendo reafirmado personalmente el principio de una sola China por parte de Estados Unidos durante su visita a China en abril, no puede fingir que no sabe que se trata de una cuestión política.
La declaración del máximo diplomático estadounidense es simplemente otra iteración del intento de la administración de Joe Biden de provocar problemas y una prueba más de que habla con soltura con buenas palabras sin tener intención de cumplir sus palabras.
La cuestión de Taiwán es uno de los principales y más importantes intereses fundamentales de China, y no hay manera de que Beijing llegue a un acuerdo sobre esta cuestión.
Al señalar de esta manera su apoyo a las fuerzas secesionistas de la isla, la administración Biden no sólo ha perjudicado la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y China, sino que también ha dañado aún más la credibilidad de Estados Unidos al resaltar una vez más que dará fácilmente su palabra para hacer algo teniendo toda la intención de renegar de ello.
