Trump sigue haciendo oposiciones para ver su rostro esculpido en la espalda del Monte Rushmore, justo en el lado opuesto del inmortalizado en granito por el podio presidencial en la historia americana: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Esta semana marcó otro hito al convertirse en el primero de sus herederos en sentarse en el banquillo. Acusado, además, de un crimen no muy épico: perpetra
Trump sigue haciendo oposiciones para ver su rostro esculpido en la espalda del Monte Rushmore, justo en el lado opuesto del inmortalizado en granito por el podio presidencial en la historia americana: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Esta semana marcó otro hito al convertirse en el primero de sus herederos en sentarse en el banquillo. También se le acusa de un crimen no muy épico: perpetrar un fraude masivo para silenciar a una actriz porno.
Entonces, para compensar la estatura de estadista que la corte ha reducido, Trump se ha entregado –aún más– a la hipérbole. Últimamente se proclama, por ejemplo, capaz de acabar de un plumazo las dos guerras más inflamables en las que está sumido el mundo: Ucrania y Gaza. Y en enero incluso viajó al pasado vestido con el traje de capitán. posteriormente hacer las paces con Lincoln y garantizar que la Guerra Civil (600.000 muertos) podría haberse evitado “negociando”.
Su deseo de subir al mismo pedestal del Mall desde el que Lincoln contempla Washington le levanta ampollas. Hace tres semanas volvió a alcanzarle en un campo hasta ahora indiscutible: “He hecho más por la comunidad negra que cualquier presidente desde Lincoln. Y tal vez incluyendo a Lincoln”, añadió. El problema es que Lincoln hizo mucho por esa comunidad. Para empezar, la emancipó poniendo la primera piedra para abolir la esclavitud con su proclama de 1863.
Las similitudes entre los mejores y peores presidentes estadounidenses (según establece una reciente encuesta entre historiadores) son, al menos, discretas. Los dos militan en el mismo partido, el Republicano. Los dos prevalecieron sobre candidatos mejor posicionados de una establecimiento quien los miró con condescendencia. Los dos fueron atacados por la prensa. Ambos reinaron en épocas de polarización extrema: la Guerra Civil (1861-1865) y el periodo 2016-2020 (que por no poder clasificarse se llama simplemente trumpismo).
Lincoln llegó al poder en 1860 con el país dividido en dos por la esclavitud. Tres días después, Carolina del Sur declaró su victoria como un “acto hostil” y lanzó la procesos romper con la Unión. El mandato de Trump alimentó una polarización que desembocó en una pandemia y terminó con sus seguidores buscando a Nancy Pelosi en los salones del Capitolio..
Las diferencias entre ambos son, sin embargo, sorprendentes y tienen sus raíces en razones de carácter y estatura política. Lincoln evitó el insulto a su rival y salvó al país de la ruptura con el liderazgo integrador. Trump ha estado echando sal en todas las heridas.
