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Por Fernanda Valdivieso, Directora del Pacto Chileno de los Plásticos, Fundación Chile. El próximo 17 de mayo celebramos el Día del Reciclaje, siete meses después de implementar la Ley REP de Envases y Embalajes (EyE), este aniversario nos invita a reflexionar sobre el estado de nuestras prácticas ambientales y los desafíos que enfrentamos como sociedad. Las cifras del informe anual de la ANIR indican que durante 2022 se generaron en Chile 1,7 millones de toneladas de residuos correspondientes a envases y embalajes, de las cuales se valorizaron 658.928 toneladas. Es cierto que estas cifras son un reflejo de la realidad del país previo a la implementación de la Ley REP de E&E, que recién comenzó a operar en octubre de 2023. Sin embargo, demuestran que se requieren cambios sustantivos en la lógica de producción, operación, y una importante inversión en infraestructuras y tecnologías de recuperación para cumplir objetivos tan urgentes como ambiciosos. Entre los ejemplos destacados en esta línea, celebramos la reciente inauguración de la planta Ambipar GIRI, el centro de tratamiento de residuos más moderno de América Latina, que nos permitirá alcanzar una capacidad récord de procesamiento de residuos, con una tasa de recuperación superior al 90%. . En cuanto al procesamiento de plástico, destaca la reciente instalación de una unidad de lavado en la planta de Inproplas, que promoverá el reciclaje de plásticos, incluidas bolsas y envoltorios de snacks y alimentos que comúnmente y cada vez más generamos en casa. También destacan las plantas de reciclaje “botella a botella” de Coca-Cola y CCU que próximamente comenzarán a operar para incorporar plástico reciclado tipo PET, cumpliendo así con uno de los requisitos de la Ley de Plásticos de un Solo Uso. Sin embargo, el desafío de la gestión de residuos y contaminación no sólo requiere mejoras significativas en infraestructura, tecnología, políticas públicas y regulaciones, sino también un cambio cultural y una mayor responsabilidad individual. Porque el éxito de la Ley REP no recae únicamente en las empresas y entidades gubernamentales. Separar adecuadamente los residuos que generamos, reciclar de manera efectiva y reducir nuestro consumo de productos desechables son acciones concretas que todos podemos tomar para contribuir a lograr un futuro más sostenible. En ese sentido, valoramos que en Chile se esté impulsando a través de diferentes instrumentos y regulaciones la economía circular, reemplazando la producción y el consumo lineal, incluyendo materiales como el plástico. Y como los desafíos ambientales no conocen fronteras, como Pacto Chileno de los Plásticos – Circula el Plístico, hemos estado atentos y aportando nuestra experiencia en el actual proceso de negociación de un Tratado Global de los Plásticos, en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente y con la Red Global. de Plastics Pacts liderado por la Fundación Ellen MacArthur y WRAP. El contenido y alcance de este Tratado, que pretende forjar un instrumento jurídico vinculante para acabar con la contaminación plástica, fue discutido recientemente en la cuarta y penúltima reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN) que tuvo lugar a finales de abril en Canadá y cuya versión final debería ver la luz a finales de 2024. En vísperas del Día Internacional del Reciclaje, me gustaría enfatizar que si bien el reciclaje es esencial para avanzar en una economía circular, el reciclaje por sí solo no resolverá el problema crítico de la contaminación por plásticos y otros materiales a los que nos enfrentamos como humanidad. Es por eso que la prevención, la reducción y el impulso sustantivo a los modelos de reutilización de envases son y serán en los próximos años uno de los ejes de trabajo del Pacto Chileno por los Plásticos y la Red Global de Pactos por los Plásticos. Plástica. El mejor residuo es el que no se genera, y la conciencia ambiental reflejada en esfuerzos tanto individuales como colectivos, y cristalizada en infraestructuras, políticas públicas y regulaciones, es la receta para avanzar hacia una economía circular de materiales, incluidos los plásticos, que es fundamental . para lograr un futuro más sostenible. —

Por Fernanda Valdivieso, Directora del Pacto Chileno de los Plásticos, Fundación Chile. El próximo 17 de mayo celebramos el Día del Reciclaje, siete meses después de implementar la Ley REP de Envases y Embalajes (EyE), este aniversario nos invita a reflexionar sobre el estado de nuestras prácticas ambientales y los desafíos que enfrentamos como sociedad. Las cifras del informe anual de la ANIR indican que durante 2022 se generaron en Chile 1,7 millones de toneladas de residuos correspondientes a envases y embalajes, de las cuales se valorizaron 658.928 toneladas. Es cierto que estas cifras son un reflejo de la realidad del país previo a la implementación de la Ley REP de E&E, que recién comenzó a operar en octubre de 2023. Sin embargo, demuestran que se requieren cambios sustantivos en la lógica de producción, operación, y una importante inversión en infraestructuras y tecnologías de recuperación para cumplir objetivos tan urgentes como ambiciosos. Entre los ejemplos destacados en esta línea, celebramos la reciente inauguración de la planta Ambipar GIRI, el centro de tratamiento de residuos más moderno de América Latina, que nos permitirá alcanzar una capacidad récord de procesamiento de residuos, con una tasa de recuperación superior al 90%. . En cuanto al procesamiento de plástico, destaca la reciente instalación de una unidad de lavado en la planta de Inproplas, que promoverá el reciclaje de plásticos, incluidas bolsas y envoltorios de snacks y alimentos que comúnmente y cada vez más generamos en casa. También destacan las plantas de reciclaje “botella a botella” de Coca-Cola y CCU que próximamente comenzarán a operar para incorporar plástico reciclado tipo PET, cumpliendo así con uno de los requisitos de la Ley de Plásticos de un Solo Uso. Sin embargo, el desafío de la gestión de residuos y contaminación no sólo requiere mejoras significativas en infraestructura, tecnología, políticas públicas y regulaciones, sino también un cambio cultural y una mayor responsabilidad individual. Porque el éxito de la Ley REP no recae únicamente en las empresas y entidades gubernamentales. Separar adecuadamente los residuos que generamos, reciclar de manera efectiva y reducir nuestro consumo de productos desechables son acciones concretas que todos podemos tomar para contribuir a lograr un futuro más sostenible. En ese sentido, valoramos que en Chile se esté impulsando a través de diferentes instrumentos y regulaciones la economía circular, reemplazando la producción y el consumo lineal, incluyendo materiales como el plástico. Y como los desafíos ambientales no conocen fronteras, como Pacto Chileno de los Plásticos – Circula el Plístico, hemos estado atentos y aportando nuestra experiencia en el actual proceso de negociación de un Tratado Global de los Plásticos, en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente y con la Red Global. de Plastics Pacts liderado por la Fundación Ellen MacArthur y WRAP. El contenido y alcance de este Tratado, que pretende forjar un instrumento jurídico vinculante para acabar con la contaminación plástica, fue discutido recientemente en la cuarta y penúltima reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN) que tuvo lugar a finales de abril en Canadá y cuya versión final debería ver la luz a finales de 2024. En vísperas del Día Internacional del Reciclaje, me gustaría enfatizar que si bien el reciclaje es esencial para avanzar en una economía circular, el reciclaje por sí solo no resolverá el problema crítico de la contaminación por plásticos y otros materiales a los que nos enfrentamos como humanidad. Es por eso que la prevención, la reducción y el impulso sustantivo a los modelos de reutilización de envases son y serán en los próximos años uno de los ejes de trabajo del Pacto Chileno por los Plásticos y la Red Global de Pactos por los Plásticos. Plástica. El mejor residuo es el que no se genera, y la conciencia ambiental reflejada en esfuerzos tanto individuales como colectivos, y cristalizada en infraestructuras, políticas públicas y regulaciones, es la receta para avanzar hacia una economía circular de materiales, incluidos los plásticos, que es fundamental . para lograr un futuro más sostenible. —