Rammstein prende fuego a un Montjuïc lluvioso – .

Un año más, la montaña de Montjuïc vuelve a ser uno de los epicentros musicales de Barcelona. El Palau Sant Jordi, con varios recitales previstos para junio y julio, es el recinto de referencia. Sin embargo, ni siquiera el hecho de ser el nuevo feudo del Barça ha provocado que el Estadi Olímpic diga adiós a los grandes conciertos. Este martes, Rammstein fue el encargado de inaugurar la temporada de verano del estadio.

Cinco años después de su última visita a tierras catalanas, llegó a la montaña mágica la siempre polémica banda alemana liderada por Till Lindemann, recientemente acusada de abuso sexual aunque el caso fue archivado por falta de pruebas. Y como es costumbre, ofrecieron un recital de dos horas con mucha pirotecnia -utilizaron 1.000 litros de combustible quemado y cientos de luces- que convenció a los 52.000 presentes que llenaron el estadio, también con impermeables, a pesar del día lluvioso.

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Martí Abad

Sin cambios de guión, el concierto convenció a los asistentes que inauguraron la temporada de verano del estadio

Como ocurrió en San Sebastián hace una semana, los seis extravagantes protagonistas aparecieron al son de Música para los fuegos artificiales reales mientras descendían de la torre principal que presidía un imponente escenario. Y una vez en sus posiciones, comenzaron la velada con carnero 4.


El guitarrista Paul Landers y el vocalista Till Lindemann desafiaron la lluvia en Montjuïc

LV

No hay tiempo que perder, Enlaces 2 3 4 y No lujuria Recordaron lo que es un concierto de metal, en el que la puesta en escena es tan importante como la lista de cancionesy Sehnsucht, con las primeras raciones de pirotecnia, y Asche zu Asche Completaron un comienzo atronador en el que ni siquiera el tecladista Christian Lorenz se quedó quieto, mientras tocaba mientras caminaba sobre una cinta.

con el coro Mein Herz Brennt, con más fuego y un escenario teñido de rojo, la temperatura del Olímpic siguió subiendo. Y en medio de fuertes aplausos, un cochecito de bebé gigante, que acabó incendiado, dio la bienvenida. marionetacon un inicio acústico y un final frenético con confeti volando sobre Montjuïc.

Wiener Blut, dando significado al contrabajo de Christoph Schneider, y tiempola primera referencia a su último disco y con el escenario teñido de azul, continuaron con el guion previsto, para luego regresar hace unos años con AlemaniaUn tema controvertido que repasa algunos episodios de la historia de Alemania, completa un muy celebrado viaje en el tiempo.


Mil litros de combustible y cientos de luces son algunas de las armas de Rammstein para su espectacular puesta en escena

LV

Springsteen y Estopa completan la agenda de conciertos del recinto este verano

Radiocon una torre central que era también la pantalla del escenario principal, y Mi teilcon una olla gigante haciendo referencia al caso de Caníbal de RothenburgEllos tampoco se perdieron la fiesta, al igual que Du hasta, para muchos la canción más notable de la banda. Y se notó, con Till Lindemann disparando una ballesta con fuego que rebotó en las torres de iluminación y acabó prendiendo fuego metafóricamente al escenario entre los aplausos de los presentes.

La pirotecnia con hijo, dejando una humareda de color negro que seguramente preocupó a más de uno si veían desde lejos una humareda procedente del interior del Estadio Olímpico. Y tras unos minutos de descanso con un muppet entre el público que acabó siendo protagonista, llegó una pausa necesaria con un íntimo Ángelinterpretado al piano en un pequeño escenario en el centro de la pista y que iluminaba el cielo.

Tras visitar San Sebastián el pasado 5 de junio, Rammstein ofreció esta noche su segundo concierto en España

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Prestado

Sin embargo, la calma no duró mucho. Los protagonistas volvieron a sus posiciones utilizando embarcaciones neumáticas empujadas por el público para interpretar Países Bajos y teñieron la zona de verde con Du riechst tan visceralvolviendo a aquel 1995 en el que se dieron a conocer en el mundo.

Till Lindemann volvió a desafiar a los presentes disparando espuma con un cañón en coño. Y la denuncia social de Yo lo haré Pareció poner fin a la velada.

Pero aún quedaba fuego para gastar. Ramstein, con un vocalista con una mochila de la que salían llamas, abrió la sesión del bis. Y Adiós, segunda referencia de su último disco, fue la elegida para cerrar el recital. Un espectáculo, más que un concierto, en el que los alemanes demostraron que son una banda que sabe jugar sus cartas para triunfar en un estadio como el Lluís Companys. En las próximas semanas, Bruce Springsteen y Estopa también intentarán superar la prueba.

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