Veintinueve miradas masculinas marcan el cambio de la mujer

Veintinueve miradas masculinas marcan el cambio de la mujer
Veintinueve miradas masculinas marcan el cambio de la mujer

Álvaro Vega | Córdoba (EFE).- La evolución de la mujer desde mediados del siglo XIX hasta el derrocamiento de la Segunda República queda reflejada en una exposición en la que el Museo de Bellas Artes de Córdoba presenta, a través de la mirada de veintinueve artistas masculinos, la “ cambio en la posición de la mujer en la sociedad” que se fue produciendo a lo largo del tiempo hasta su fin en 1936, según el director de la pinacoteca, José María Domenech.

La exposición ‘La imagen femenina en el museo (1850-1936)’ presenta 42 dibujos, grabados y pinturas y una escultura, todos ellos realizados por hombres, donde hacemos un recorrido por los diferentes tratamientos de la imagen de la mujer en el arte. , a medida que su papel en la sociedad se ha transformado.

Artistas como José Gutiérrez Solana, Rafael Romero Barros, los hermanos Rafael, Enrique y Julio Romero de Torres, Darío de Regoyos, Ramón Casas, Eduardo Chicharro, Adolfo Lozano Sidro, Ángel Díaz Huertas, Ignacio Zuloaga y Gonzalo Bilbao trazan un camino organizado en siete áreas temáticas.

“Estas obras habían sido expuestas en otras ocasiones en el Museo, pero pensé que era importante darles otra perspectiva porque se van a ver de otra manera y con otros valores y otras propiedades que no tenían en anteriores ocasiones. Las ocasiones se descubrirán”, explicó a EFE. su director.

Iglesia y poderes fácticos

La exposición parte de la idea, ha apuntado José María Domenech, de que “tanto la Iglesia como los poderes relegaban a las mujeres a un papel totalmente secundario”, donde “la educación que recibían no era la misma que la de los hombres, sino que fueron educados para desempeñar ese papel secundario que les dio la sociedad”.

La Sala III del Bellas Artes de Córdoba alberga, además de las piezas de las colecciones del museo, otros elementos que acompañan el discurso de la exposición, publicaciones de distintas épocas que ofrecen contexto a las obras expuestas.

Uno de ellos es ‘La España negra’, de José Gutiérrez Solana, publicada en 1920, en la que el pintor realiza un recorrido por el país que se encuentra en cada pueblo y otro ‘El tratado de los casados ​​perfectos’, de Fray Luis de León, que reflejan la sociedad y la consideración de la mujer de la época cuya evolución se proyecta con ‘La imagen femenina en el museo (1850-1936)’.

“Nos parece muy importante representar esa época con nuestras obras” para mostrar, por ejemplo, la evolución de la educación y cómo llegaron las primeras mujeres a la universidad, afirma la directora de Bellas Artes de Córdoba.

La exposición se presenta por temáticas y no por periodos temporales para enseñar, entre otros, “la relación de la mujer con la religión, con el trabajo o con el ocio y cómo, a finales del primer tercio del siglo XX, se creó como un una especie de conciencia feminista o de autoafirmación de las mujeres”, algo que acabó con el reconocimiento del voto femenino en la Constitución de 1931.

Intercambio de impresiones frente a un cuadro en la exposición “La imagen femenina en el museo (1850-1936)”, en el Museo de Bellas Artes de Córdoba. EFE/Rafa Alcaide

España negra

Nada más entrar en la sala de exposiciones temporales de la pinacoteca, la primera representación de la imagen de la mujer está relacionada con la España negra, “que es un concepto estético de los 90, de crisis de la identidad española, podemos decir, y en el que las mujeres siempre estén representadas en ambientes rurales y vestidas de negro”.

La sección ‘La religión y su influencia en las mujeres’ aborda el hecho de que “la Iglesia católica tenía casi un gran dominio sobre el papel de la mujer en la sociedad y lo redujo a un entorno doméstico, al cuidado de la familia”.

Aquí aparece ‘Viernes Santo’, una de las obras de Julio Romero de Torres que no se encuentra en la exposición permanente del museo, que procede de la Colección Ángel Avilés y que representa a una viuda con un rosario en la mano izquierda y en actitud de bendecir. con la derecha.

En el espacio sobre ‘Mujeres y trabajo’ se puede ver tanto el papel del trabajo no remunerado como la incorporación de la mujer al mundo laboral, donde hay un “maravilloso dibujo de Ramón Casas”, que da imagen al cartel de la exposición, “y donde la mirada melancólica y triste” de la protagonista parece reflejar “ese mundo que trasladé del trabajo en casa al trabajo en la fábrica”.

La visión romántica del ocio

Una obra costumbrista de Rafael Romero de Torres da lugar a ‘La visión romántica de la mujer’ y en ‘Ocio, fiesta y diversión’ la forma en que “la alta sociedad ya disfrutaba antes, pero con la tibia incorporación al trabajo, “que tú Tengo tiempo y algo de dinero para el ocio”.

Forman parte de esta sección un dibujo atípico y “muy interesante” de Julio Romero de Torres y una obra de Lozano Sidro.

‘La mujer como objeto de deseo’, con ‘Oterito’, única obra de Ignacio Zuloaga presente en la sala como referente, enseña aspectos como el sexo, la prostitución, los reencuentros románticos “que había que hacer a oscuras” y ” algo que hoy sería polémico pero que entonces se veía como algo bueno para las mujeres y no algo negativo”, ‘El piropo’, grabado de Ricardo Baroja.

Finalmente, ‘Autoafirmación de las mujeres’ destaca la forma en que en el último periodo que aborda la exposición, los años 20 y 30 del siglo XX, “esa conciencia más o menos feminista de la mujer con más educación, que puede ser financieramente independiente, mirarse a sí misma y sentirse realizada”. EFE

 
For Latest Updates Follow us on Google News
 

PREV Sólo una mente entrenada puede encontrar la palabra “PROFESOR” – Enséñame de Ciencias – .
NEXT Sólo el ojo de un halcón puede encontrar la palabra ‘Alabanza’ en menos de 10 segundos