Las instituciones culturales de la Nación, en modo suspenso

Las instituciones culturales de la Nación, en modo suspenso
Las instituciones culturales de la Nación, en modo suspenso

A finales de marzo, el gobierno nacional anunció, con un tuit del vocero presidencial, que cambiaría el nombre del CCK a Palacio Libertad. “Y ya está”, concluyó Manuel Adorni con énfasis ejecutivo. ¿Oh sí? Nos dijimos esa misma tarde que era un anuncio falso, un bocado insustancial para entretener el paladar, simplemente porque algo que se ha votado en el Congreso, como el nombre de esa institución, requiere la anulación de otra ley, a menos que el rebautismo se haya realizado mediante un DNU. Sucede que en este caso sería difícil justificar tanto la necesidad como la urgencia.

La propuesta de Adorni decepcionó a la mayoría, especialmente a aquellos que creen que sería oportuno y loable dar finalmente a la antigua Oficina Central de Correos un nombre de consenso, un apellido inmutable y apartidista, a la altura del imponente edificio, una escala de edificio de el ego nacional encaprichado desde su reapertura, “el centro cultural más grande de América Latina”. Las redes bromearon con razón: “¿Dónde está el Palacio de la Libertad? “En el Centro Cultural Kirchner”. Y elipses.

Perfo de Flora y La González, los empleados públicos. Un homenaje a Antonio Gasalla se instaló en las salas y en el Auditorio, en la antigua Oficina Central de Correos.

En las últimas horas, como si hubieran adivinado nuestros pensamientos, como recoge nuestra edición impresa, comienzan a aparecer los nombramientos de Directores en el área de Cultura. La primera designada oficialmente, en abril, fue la directora del CCK, Valeria Ambrosio. Y la noche del jueves apareció en el Boletín Oficial Tulio Horacio Andreussi, titular del Fondo Nacional de las Artes.

Sin embargo, a diferencia del gesto olímpico y al mismo tiempo insustancial de marzo, el gobierno no parece estar tan preocupado por la programación y el empleo del que sigue siendo el CCK; tal vez se imaginan que con el nuevo nombre vendrán las pilas–. Tras permanecer más o menos “medio abierto” en los primeros meses de este año, empezó a ofrecer una agenda de actividades que por momentos se parece más a una llamada desesperada de ayuda a viejos amigos del trasnoche porteño.

Portavoz Adorni: anunció en X que el ex Correo Central se llamaría Palacio Libertad. Recibió críticas incluso de quienes apoyan el cambio de nombre.

Eventos destacados: homenaje a la banda “Los Abuelos de la Nada”, la presentación del nuevo disco de la cantante María José Demare. A finales de abril, la amada Antonio Gasalla motivó tantos homenajes juntos, en salas y salonesincluido el Auditorio Nacional con Planeta Gasalla, “una obra concebida en clave musical ideada, escrita y dirigida por Diego Sebastián Oria”, que llegamos a temer por su salud.

Así, el programa parece adventicio, completándose según las actividades que dejan caer las fuerzas del cielo, o que ya han sido liberadas antes en otros espacios. La mayoría de las presentaciones repiten sólo dos o tres funciones, en permanente rotación. Dos ejemplos de este fin de semana: El origen. Los griegos, una antología de textos de Eurípides, Aristófanes y Sófocles, y la actuación de Vicky Buchino, Edda Bustamante, María Rosa Fugazot y Graciela Pal, quienes “cantan y traen el espíritu helénico”. o bien Sonetos de Shakespeare, leen cinco actores bajo la dirección de Helena Tritek. En otras palabras, todos ellos Ofrecerán funciones de teatro de recitado. Quizás el CCK revele su propósito más meritorio en la activación de los Elencos Estables y la Orquesta Sinfónica, que se presentan todas las semanas; el resto parece inversamente proporcional a su majestuosa infraestructura.

Tulio Andreussi fue anunciado como jefe del FNA en febrero, su designación oficial no se conoció hasta esta semana. Foto de : Maxi Failla

La superficie del antiguo palacio de la Oficina Central de Correos es inmensa, con miles de metros cuadrados. A excepción del gran auditorio del sótano, la renovación no fue concebida para el teatro. Sabemos que hace dos meses declinó la propuesta de albergar la Noche de las Ideas, producida por el Instituto Francés de Argentina y la Fundación Medifé, que durante años y con aglomeración de personas se había realizado allí y resultó ideal, ocupando las decenas de pequeñas salas de conferencias. La razón fue que Obligó a pagar horas extras por el turno de noche.

Tanta sencillez extrema evoca aquella inspirada fórmula del escritor Héctor Libertella para resumir la Argentina: “Mucho lujo, poca eficiencia”. Sin embargo, esto no debe atribuirse a la gestión del director Ambrosio, productora ligada al teatro comercial. En verdad, debería ser vista como una patriota, dado que hasta abril trabajó ad honorem.

La dramaturga Valeria Ambrosio, al frente del CCK. Foto de : Juano Tesone

Balcones históricos del Cabildo

Con las dos excepciones mencionadas, la mayoría de los funcionarios culturales -con rango de directores- no han sido nombrados en el Boletín Oficial, en lo que ya parece un método con doble propósito: primero, otorga al gobierno una especie de período de prueba. un probador de fidelidad y eficacia. Y segundo, desfinancia por completo a las instituciones y las programa para la inacción.

Hasta hace un mes, el Museo Nacional de Bellas Artes estaba la única institución cultural que tenía un Director General acreditado, Gastón Duprat. En definitiva, tendremos que agradecer la afortunada previsión del ex Ministro Tristán Bauerquien lo volvió a elegir para un nuevo período desde la bancada, luego de que casi pisó la trampa de dejar al frente del MNBA a Marisa Baldasarre, una funcionaria kirchnerista competidora con apoyo, que pretendía cambiar cargos en la cúpula de la administración. público.

Andrés Duprat renovó su cargo como director de Bellas Artes hacia el final del sexenio de Tristán Bauer.

¿Cuántas semanas faltan para declarar el cese del Estado de facto? El récord lo ostentaba Sergio Falzone, exsubsecretario de Energía Eléctrica, quien ejerció su cargo durante dos meses sin ser designado. En el mismo decreto fue nombrado y removido. Esta acefalia, por supuesto, afecta a la gran mayoría del Estado, a nivel de las Direcciones. En los hechos, provoca retraso en la ejecución de programas oficiales. Pero también pone freno a problemas materiales acuciantes: la El Museo del Cabildo enfrenta una situación crítica de mantenimiento de su infraestructura: Los recursos ni la firma no parecen solucionar un problema de riesgo en uno de sus balcones.

El quid de este problema es que la Dirección de Infraestructura del ex Ministerio de Cultura pasó a la órbita del Ministerio de Capital Humano, la caja de seguridad del gobierno, de modo que sólo la firma de la ministra Sandra Pettovello puede dar lugar a gastos inesperados.

El secretario de Cultura de la Nación, Leo Cifelli, aún no convocó a concursos para media docena de museos nacionales. Foto de : Juano Tesone

En el mismo espíritu, y por primera vez en la historia, la Biblioteca Nacional depende ahora de ella, y ya no bajo la esfera del Secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, como sería lógico. El Secretario tampoco ha podido ponerse a trabajar con la licitación de media docena de museos nacionales, cuyas direcciones caducadas sólo han sido prorrogadas. La inacción y el aplazamiento ya no parecen ser el resultado de emergencias acumuladas sino más bien una modus operandi, ahorro de facto. Y punto.

 
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