Dave Mustaine, líder del grupo norteamericano, habló con El Espectador.
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Dentro del universo del heavy metal, Megadeth es una de sus figuras más importantes. Formados en la ciudad de Los Ángeles, California, hace 40 años, sus canciones, enmarcadas en el llamado trash metal, han formado parte de la banda sonora de millones. Acordes ultrarrápidos unidos a su atronadora base rítmica y la voz ronca de Dave Mustaine, le hicieron ser considerado uno de los cuatro grandes del estilo junto a Metallica, Slayer y Anthrax.
Mustaine, un hombre de carácter duro, formó parte de Metallica entre 1981 y 1983, cuando la entonces banda iba ganando respeto en el circuito underground de la costa oeste americana. En plena gira, Mustaine fue expulsado por su abuso de alcohol y otras sustancias. Como venganza, creó su propio grupo buscando un sonido más rápido y agresivo.
Liderado por el bajista David Ellefson, y una serie de guitarristas que incluían a Kerry King (fundador de Slayer), el grupo afinó su propuesta, y en 1985 lanzó su primer álbum: Killing Is My Business… and Business Is Good. La grabación publicada de forma independiente obtuvo críticas favorables más allá del ámbito del metal. Esto le llevó a firmar un contrato con la multinacional Capitol Records para un siguiente álbum, Peace Sells… But Who’s Buying?, lanzado en 1986.
Las constantes presentaciones y la exhibición de sus videoclips en canales de televisión fortalecieron el nombre de Megadeth. En la década de 1990, la formación de Mustaine, Ellefson, junto con el guitarrista Marty Friedman y el baterista Nick Menza, los estableció a nivel internacional. Álbumes como Rust in Peace, Countdown to Extinction y Youthanasia obtuvieron certificaciones de platino, además de manifestar la integridad artística del grupo en momentos en que Metallica flaqueaba por grabar canciones más cercanas al rock alternativo.
“Hemos trabajado duro y hemos sido coherentes con lo que nos gusta por encima de lo que está de moda”, afirmó Mustaine, de 62 años. “Hubo momentos difíciles, momentos en los que no sabía si realmente podría continuar”. El guitarrista hace referencia a los problemas de salud que afectó a su brazo y mano izquierdos a principios de este milenio a consecuencia de una neuropatía. Eso lo llevó a disolver temporalmente Megadeth y a entrar en fisioterapia intensa para volver a aprender a tocar el instrumento.
Un par de años antes de ese incidente, la banda realizó su primer show en Colombia, en el parque Simón Bolívar, ante unas 5.000 personas. Desde entonces el grupo se ha presentado cinco veces más en el país. Uno de ellos compartió escenario con los británicos Black Sabbath, padres del heavy metal.
Sin embargo, ha pasado una década desde su última visita y ahora Megadeth marcó un doble regreso con conciertos en el Movistar Arena. La primera fue ayer, y este lunes es la segunda fecha de su gira por Colombia. Un hito si lo comparamos con la asistencia de sus anteriores presentaciones. “Nuestros fans saben que no los defraudaremos y aquellos que aún no nos han visto pueden estar seguros de que van a vivir una experiencia poderosa”, dijo Mustaine con cierto orgullo.
Una de las canciones más reconocidas de su repertorio es Symphony of Destruction. La reacción del público, especialmente en Argentina, es eufórica. Tan pronto como se escucha el acorde inicial, la gente retrocede al unísono con un “Megadeth… espera a Megadeth”. Lo que empezó en el país del cono sur se ha trasladado a otros países de habla hispana.
“Es divertido ver la competencia entre Colombia, Argentina y Chile. Porque la primera vez que fuimos a Sudamérica, Chile y Argentina estaban peleándose por cuál país era el más enérgico, ya que ninguno de los dos sabía más allá de lo que se podía saber a través de revistas o casetes, así que ver esa respuesta nos voló la cabeza. En nuestra primera visita dimos cinco conciertos seguidos en Argentina, y de ahí surgió el cántico de ‘¡aguante Megadeth!’ surgió. y han pasado 30 años de aquella experiencia. “Colombia es un país que tenemos en el corazón y en cada show demuestra ser más fuerte”, afirma.
La formación actual incluye, además de Mustaine, al bajista estadounidense James LoMenzo, el baterista holandés Dirk Verbeuren y el guitarrista finlandés Teemu Mäntysaari. Este último se incorporó el año pasado en sustitución del brasileño Kiko Loureiro, que grabó su más reciente disco, The Sick, the Dying… and the Dead!.
“La despedida de Kiko fue agridulce. Es un buen padre y ama tanto a su familia como a su arte. Es un guitarrista fabuloso. Sin embargo, estaba estresado, ya que estar demasiado tiempo lejos de su familia lo estaba afectando. Esa situación no iba a mejorar, porque cada vez hay más espectáculos programados y él tiene tres hijos pequeños. En algún momento Kiko debió estar en su casa y acordamos que Teemu nos ayudará por un tiempo. Al final nos dimos cuenta de que lo mejor era quedarnos con Teemu y que Kiko se hiciera a un lado para cuidar de sus hijos.
Teemu es un monstruo. Es el músico que buscaba desde hace mucho tiempo. Le pido que aprenda canciones, lo hace; Le pido que estudie ciertos solos, lo hace; Le pido que haga ciertas partes vocales y lo hace. Tiene muy buena mano derecha, se parece mucho a lo que hago yo. Me gusta verlo jugar y aprender, porque lo hace más rápido que nadie. Esto me ha hecho volver a interesarme por lo que hago. No necesito que un guitarrista esté ahí para mí todos los días, porque a veces dejo la guitarra sola durante varios días, pero cuando aparece Teemu, estoy listo para ensayar. Listo para romperlo todo”.
De esta manera, este titán del metal está más que preparado para una nueva ronda en Bogotá. La expectación por este regreso, al igual que sus canciones, pone los pelos de punta.
