El clamor de la clase media adinerada de Argentina contra el aumento de los precios de la medicina privada se ha ido en crescendo hasta obligar al presidente Javier Milei, acérrimo partidario de la regulación del libre mercado, a tomar cartas en el asunto. Este miércoles, el Gobierno revocó la libertad de precios autorizada al sector por el megadecreto con el que inició su mandato y emitió una resolución que obliga a las principales empresas a reducir el valor de sus planes de salud: el aumento máximo autorizado equivale a la inflación. La variación de precios acumulada entre diciembre y marzo, último dato oficial, fue del 90%. Los planes médicos privados se dispararon más del 150% en el mismo período.
El golpe al bolsillo lo han sentido todos los que pagan por estos servicios, es decir, alrededor del 14% de la población argentina, poco más de seis millones de personas. Sin embargo, los más afectados han sido las personas mayores, que han visto mermar sus ingresos por el recorte de las pensiones mientras que su gasto se ha disparado por el aumento desorbitado de los medicamentos y los planes de salud. En casos extremos, ante la imposibilidad de pagar, algunos han acudido a los tribunales y obtenido sentencias favorables. Otros, a su pesar, se han dado de baja para afiliarse al sistema de salud que atiende a jubilados y pensionados.
El Gobierno comenzó a lanzar advertencias cada vez más serias a las empresas de medicina prepaga, como se las conoce en Argentina, pero hasta hoy no decidió actuar porque hacerlo contradice la leitmotiv libertarismo que Milei defendió en Davos: “El Estado no es la solución, es el problema mismo”. El portavoz presidencial, Manuel Adorni, anticipó en rueda de prensa que el Gobierno intervendría para reducir los precios. Para justificar la medida acusó de “cartelización” a un grupo de empresas “que representan cerca del 75% de los afiliados a la medicina privada”.
La decisión oficial se conoció poco después. A través de una resolución, la Secretaría de Industria y Comercio ordenó a las principales empresas privadas de salud “reajustar los valores de las tarifas de sus planes de salud según la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor” a partir de su próxima factura.
La Secretaría también ordenó a las empresas cesar el intercambio de información entre ellas y presentar a la Comisión Nacional de Competencia documentación detallada sobre cada uno de sus planes de salud como precios, ingresos obtenidos y número de afiliados. A raíz de https://twitter.com/HernanLReyes/status/1780628317143507008Se ha abierto una investigación por presunta cartelización “por el aumento coordinado de los precios de los planes de medicina prepaga”.
La Comisión Nacional de la Competencia considera que los acuerdos entre competidores, comúnmente conocidos como cárteles, “constituyen una infracción grave de la legislación en materia de competencia, que puede acarrear multas de hasta el 30% de la facturación de las empresas infractoras”.
Las empresas investigadas son Galeno Argentina SA, Asociación Civil Hospital Británico de Buenos Aires, Asociación Civil Hospital Alemán, Asociación Civil Medifé, Swiss Medical SA, Omint SA de Servicios y OSDE Organización de Servicios Empresariales Directos.
Vales doctores
El director de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, criticó duramente la decisión oficial, considerando que los precios están subiendo en consonancia con el aumento de los costes en un país donde la inflación interanual es del 288%, la más alta en tres décadas. “¿Se nos fue de las manos o se nos fue la inflación?” Belocopitt cuestionó en diálogo con el canal LN+. El empresario admitió que para muchos se ha vuelto difícil pagar los planes de salud. Como posible solución, propuso que el Gobierno subsidie a los usuarios de la medicina privada, así como brindar vales a los padres que llevan a sus hijos a escuelas privadas para ayudarlos a pagar la cuota mensual: “El vales que se entregan en educación, ¿cuál sería la diferencia de poder entregarlos también para medicina? Se puede hacer hablando, no buscando la confrontación”, afirmó.
Belocopitt también rechazó las acusaciones de cartelización lanzadas por el Gobierno y pidió mirar a los demás sectores de la economía argentina, en los que ve comportamientos similares en cuanto a aumentos de precios. “En términos de combustible, si Shell sube, a los cinco minutos YPF hace lo mismo. Un escenario similar ocurre con la leche. Si vamos a la industria de neumáticos, que tiene como principal insumo el caucho, cuando sube y se ve el aumento de neumáticos, el aumento tiene bandas similares”, afirmó. Milei ha negado varias veces que haya fallas de mercado, pero quizás como máximo representante del Estado argentino esté empezando a verlas.
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